King!

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sábado, 1 de noviembre de 2014

“Michael Jackson: En Busca de Neverland” por Gloria Rhoads Berlin. (Capítulo 4°) / "Michael Jackson: In Search of Neverland" by Gloria Rhoads Berlin. (Chapter 4 °)





CAPITULO 4º


La casa de sus sueños 

Cómo he mencionado, Michael era bastante claro sobre lo que quería. 

Él recordaba haber filmado un video con Paul McCartney (Say say say) en un rancho que tenía una maravillosa casa principal de estilo Tudor inglés. El rodaje no fue bien, y finalmente tuvieron que abandonar la propiedad porque el equipo de Paul McCartney no obtuvo el permiso de la propiedad por adelantado. Pero Michael recordaba ese maravilloso lugar y quería algo así.
Mi primer paso fue investigar todos los ranchos nacionales y encontré que había solo tres que satisficieran sus parámetros; uno de ellos estaba en el condado de Santa Bárbara, situado en el Valle de Santa Inés.
Una vez que descubrí su localización, aún no sabía cómo llegar hasta allí. Eran los tiempos anteriores al GPS y algunas carreteras secundarias no tenían señalización. Llamé a un agente local; T. Hayer de Santa Bárbara, quién, como supe más tarde, coincidió que era un empleado del dueño del rancho, Bill Bone.
Un colega agente, Paul, contestó al teléfono y dijo, “Ayer estuve en este rancho en la caravana de nuestros agentes. Solo lo hemos inspeccionado pero no está registrado. Cualquier posible prospección de compra tiene que ser registrada y aprobada por el dueño.”
Con esos requerimientos, pensé que mejor veía previamente el rancho antes de mencionárselo a Michael. Paul estuvo de acuerdo y se ofreció a guiarme hasta el rancho y yo le seguí desde Santa Bárbara hasta el Valle de Santa Inés. Llegamos a la puerta principal, que estaba sin señalizar, y todavía nos quedaban tres millas antes de llegar a la casa principal, (4.8 km.). El rancho, conocido como Rancho del Valle del Sicomoro, estaba situado en un valle de suaves colinas con 50.000 robles en la propiedad así como una profusa cantidad de sicomoros.
Cuando alcanzamos la casa principal situada en un terreno de 32 acres, (129.500m2), yo estaba estremecida con lo que veía. La casa era fantástica. Me parecía un castillo. Era un diseño estilo Tudor inglés: dos plantas y 1.300 m2! En las habitaciones de la casa principal no había dos techos iguales, ni tampoco ningún suelo era parecido a otro. Cada habitación era un exquisito trabajo artístico, completamente diferente de la siguiente habitación, y de la siguiente. Fue específicamente diseñado de ese modo por Bill Bone y su esposa, con la ayuda de sus decoradores y arquitectos. En esencia era un palacio, el cual había sido construido por Bone para su esposa e hijos. Creó un paraíso especial para su familia.
Otro detalle que debo mencionar: Michael Jackson había estipulado que su lugar ideal debía tener ciervos. Sycamore Valley Ranch estaba unido al Parque Nacional de los Padres, hogar de numerosos ciervos, que bajaban a comer geranios alrededor de la propiedad. De hecho, los geranios estaban plantados en realidad para atraer a los ciervos, que, aparentemente, encontraban estas flores irresistibles. (Como después pude experimentar, era completamente mágico verles saltar a la luz del amanecer, o del atardecer, cuando bajaban del bosque a comer.)
Me quedó claro que este era el lugar que Michael Jackson llamaría su hogar.

El dueño del rancho, Bill Bone, era el promotor inmobiliario del PGA West Resort en Palm Springs. Él y su esposa se habían conocido en la Universidad de Stanford y mientras estaban aún en la universidad, Bill hizo un dibujo de la mansión, la casa de sus sueños, para la que sería su esposa y le prometió que la construiría para ella cuando se convirtiera en constructor. Y lo hizo.
Le llevó cinco años, trabajando tres días completos a la semana, completar los interiores. Bill fue nombrado el constructor de la década en California en 1988, y ha recibido los más altos honores por sus muchos logros, lo que incluye la promoción de un buen número de comunidades residenciales y campos de golf.
Desafortunadamente, en ese momento, Bill y su esposa estaban en proceso de divorcio, y la venta de la casa era parte del acuerdo. Bill se sentía destrozado por esto y a veces lloraba abiertamente, las lágrimas le caían por la cara. Pero Bill sabía que iba a tener que vender su hogar y tenía sentimientos encontrados sobre ello.
En orden a una posible visita para ver el rancho, Bill tenía unos requerimientos estrictos. Quería verificar que el posible comprador pudiera permitirse comprar la propiedad y requirió dos declaraciones de impuestos para verificar los ingresos. Yo sabía que esta sería una complicada transacción para cualquier comprador, pero no tenía idea de cuánto tiempo llevaría finalizar el trato, porque este tipo de largas transacciones tienen que salvar numerosos obstáculos.
El primer paso a dar era hacer que Michael visitara el rancho y ver si ese lugar era aquel que él recordaba.
Cuando le dije a Michael que había encontrado un rancho de, al menos, 2.700 acres, (11 km2), que pertenecía al, entonces, hombre más rico de California, sus ojos se abrieron de par en par y no pudo esperar a verlo.
Estaba en proceso de finalizar los acuerdos pero tenía muchos obstáculos que salvar, debido a los estrictos requerimientos del propietario. Tuvo que firmarse una completa declaración en un formulario de registro de cliente, junto con copias de declaraciones de ingresos que dieran fe de que el comprador estaba cualificado para comprar el rancho.
Bill Bone preguntó muy seriamente, “¿Quién es el hombre misterioso que quiere permanecer en el anonimato mientras inspecciona mi rancho de 35 millones de dólares?” Él había rechazado abrir el rancho hasta que fuera asegurado que su propiedad (la cual contenía alrededor de tres millones y medio de dólares en mobiliario y obras de arte) estaría a salvo. Aportando este seguro sería difícil que declinara registrar el nombre de este extraño enmascarado.
Como de costumbre, yo estaba en medio, haciéndolo lo mejor posible para presentar a Michael Jackson al señor Bone, quien finalmente accedió a abrir el rancho después de que Michael me diera permiso para registrar su visita personal. Todavía, tenía que preparar a Bill Bone para trabajar juntos en la conclusión exitosa del trato.

Algunos días después, Michael y yo hicimos preparativos para visitar el rancho y hacer el viaje en coche con muchas paradas a lo largo del camino. Casi fui el afortunado chófer. Bill Bray debía haber estado allí para llevarnos, pero cuando llegué a las 8.30 no había llegado todavía y Michael tenía el aspecto alicaído como si hubiera estado llorando toda la noche.
Mi relación personal con Michael era muy cercana y privada. Él sabía que podía confiar en que lo que discutiéramos sería confidencial. Estoy segura de que había estado llorando y trataba de ocultármelo.
“Oh Michael, ¿qué pasa?”, le pregunté mientras le daba un abrazo. “Sabes que cualquier cosa que tú y yo hablemos se quedará entre nosotros.”
Michael suspiró y respondió. “Gloria, por favor no dejes que nadie sepa que estoy mirando ranchos, especialmente a los propietarios de agencias inmobiliarias. Ni una palabra a la prensa. Mucha de la gente de mi entorno tampoco debe saberlo. Este es un secreto especial entre tú y yo. A pesar de que se que esto lo hará más difícil, sé que puedo confiar en ti. ¿Harás todo lo posible para encontrarme el rancho antes de irme a Japón?
“Sí, Michael, tu felicidad es muy importante para mí,” le dije, “!Porque te quiero como a un hijo!, verás el rancho de tus sueños antes de irte a Japón de gira.”
Le sonreí mientras me miraba profundamente a los ojos mientras pienso que trataba de calibrar mi compromiso. Finalmente, Bill Bray llegó jadeando, secándose la frente y nos pusimos en marcha.

Cuando llegamos al rancho, T. Hayer estaba allí para abrírnoslo. No pareció reconocer a mi cliente y comenzó a enseñarnos los alrededores. Primero, a pesar de estar ansiosos por ver el interior de aquella fabulosa mansión, nos condujo alrededor de la propiedad en un vehículo de cuatro ruedas. Cuando finalmente llegamos a la casa, difícilmente podíamos creer lo que veían nuestros ojos. La casa tenía enfrente un lago artificial de seis acres y medio. A la entrada de la casa se accedía a través de un largo puente que era una imitación del Puente de Londres. ¡Michael estaba tan emocionado! No podía parar de abrazarme.
La casa tenía treinta habitaciones incluyendo siete dormitorios, cada uno de los cuales tenía su propio cuarto de baño. Antes de nuestra visita, pedí a Bill Bone que pusiera unos bonitos ramos de flores frescas en cada habitación. Cada habitación tenía una clase diferente de flores puesto el énfasis en un solo color o en una especial clase de flor exótica. Eso eran muchas flores y costó a Bill muchos miles de dólares, pero Michael adoraba las flores y el hecho de que estuvieran allí para “darle la bienvenida” lo hacía completamente diferente para él. Estaba en el séptimo cielo.
La casa estaba decorada con arte elegante y hermoso, importado de todos los rincones del mundo. Un gran piano Bösendorfer había sido importado desde Viena y montado en el interior de la casa. Michael no pudo esperar para probarlo. Se sentó inmediatamente y empezó a tocar, cantando “I Can´t Stop Loving You.”
El cuarto de los niños que conectaba con la segunda planta tenía una zona en la que dar clase a los niños, donde podían entretenerles y enseñarles. Vimos un gran disfraz de bruja con un sombrero negro colgando de un enorme bulto en un rincón. Michael decidió ponerse el sombrero negro de bruja y quitó la capa del maniquí que resultó ser un esqueleto. Michael gritó encantado. Le encantaba el terror gore y los monstruos, su tema favorito en las películas de terror. (Sus favoritas eran aquellas antiguas películas de hombres lobo donde el hombre se convierte en lobo.)
Michael estaba muy feliz. Ahora ya sabía lo bien que lo iba a pasar en aquella sala de juegos.
Despues preguntó si la casa estaba encantada. Le dije, “Bueno, ¿la comprarías si lo estuviera?”
Él se rió, “Por supuesto que lo haría. Me gustaría saber por quién está encantada”.
Le dije, “Por nadie. Bill Bone construyó esta casa para su familia desde la nada, así que no hay fantasmas que vengan con la casa. Pero te buscaremos uno si lo quieres. Plantaremos un fantasma para que pueda perseguirte.”
Michael reía y reía. Tenía un gran sentido del humor. Entonces imitó a los espectros de Halloween y sacudió una sábana blanca como Casper el fantasma, ¡boo, boo! Y todos nos unimos a la diversión en aquella enorme sala de juegos jugando al escondite.

En aquella primera visita al rancho pasamos horas dentro de la casa. Estaba llena de sorpresas, todo era extraordinario, y terminó llevándonos todo el día inspeccionar apropiadamente la casa principal. Incluso entonces, no pudimos verlo todo, dejando a un lado las otras cinco residencias de la propiedad, las casas de los empleados, oficinas administrativas, diez garajes (todos con acabados interiores para que el espacio pudiera ser utilizado para fiestas). Sin mencionar la piscina de 54 metros, las pistas de tenis, el campo de golf privado, los 929.000m2 de espacio de recreo alrededor de la casa con una bodega conteniendo una fabulosa colección de vino, ¡todo ello como parte del trato!

Michael era muy detallista y práctico. Tenía muchas preguntas para ser contestadas y quería saber el fondo de todo. No era un cliente relajado en absoluto. ¡Era parte activa! Tenía una maravillosa memoria y si yo olvidaba contestar alguna pregunta, él rápidamente me la recordaba.
En mi tercer viaje al rancho del Valle del Sicomoro, mi hermana Lita, mi prima Deanna y yo, condujimos allí desde Encino. Fuimos allí para dar la bienvenida a Michael, quién llegó en helicóptero desde el aeropuerto de Van Nuys. Trajo con él un séquito, su abogado, John Branca, su manager personal, Frank DiLeo y su seguridad personal, Bill Bray, para presentarles el rancho de sus sueños.
Bill Bone tenía una vía y una pista de aterrizaje especial para pequeños aeroplanos y helicópteros y no quería que nadie aterrizara en ningún otro lugar. Mi hermana Lita, Deanna y yo estábamos allí para esperar el helicóptero y así es como recuerda mi prima ese día.
“Me preguntaron si me gustaría salir al campo y esperar el helicóptero que traía a Michael. Nunca había conocido a tan alta celebridad antes, y mucho menos verla llegar en un helicóptero. Cuando salieron del helicóptero, Michael salió hacia nosotros para saludarnos. Se acercó a mí, estrechó mi mano y me preguntó mi nombre con una tímida voz. Yo estaba sorprendida por lo amable que fue y por el hecho de que se tomara tiempo para hablar con cada uno de nosotros y estrechar nuestras manos.”

Lo que sí sé y otra gente no conoce es que Michael Jackson era extremadamente espiritual y religioso. Fue este mismo día en que Michael compartió conmigo el lado más íntimo de su vida mientras caminamos cogidos de la mano sobre gorgoteantes riachuelos, rocas y troncos, algunas veces saltando además de paseando. Cuando nos sentamos para descansar unos minutos, Michael bajó la cabeza en señal de oración y me pidió, “Gloria, ¿podrías rezar la oración del Señor conmigo, por favor?”
Mientras cualquier otro estaría corriendo alrededor y haciéndole un montón de preguntas al encargado del rancho, nosotros nos sentamos tranquilamente y rezamos. Rezamos juntos sobre cada estructura de la propiedad.
El resto de la jornada estuvimos explorando la propiedad, quisimos saber los metros cuadrados de varios edificios y cada detalle de los dos pisos de 929m2 de la casa de recreo adyacente a las pistas de tenis, la piscina y una cascada de 33 metros de altura. Nos llevaron a la bodega en el sótano bajo la casa de recreo para conocer la extraordinaria colección de vinos que Bill Bone había adquirido.
Michael y yo tranquilamente observamos el comportamiento de todos ellos y nos mirábamos el uno al otro mientras saboreábamos cada momento. El dueño, Bill Bone, estaba enseñando amablemente al séquito de Michael su creación, actuando como un gentil anfitrión, y ofreciendo comida y bebidas.
Bill Bray estaba observándome atentamente. Él había sido empleado por los Jackson para cuidar de Michael desde que éste era cantante principal de los Jackson five, y había cuidado de Michael mientras crecía. A pesar de que ahora era director ejecutivo en MJJ Producciones, todavía cuidaba de Michael, y parecía que no quería que nadie se acercara demasiado a él. Entonces me di cuenta de que todo aquel que trabajaba para Michael parecía estar molesto porque él confiara en mí.

Finalmente, decidimos que tendríamos que pasar más tiempo allí para investigar y explorar todo a fondo. Bill Bone gentilmente accedió a dejarnos pasar una semana en la propiedad, así que nos marchamos y organizamos volver en unos pocos días.

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