“Nosotros
éramos amigos desde que él me visitó en 2001 en mi cabaña en la montaña en Solda.
Un genio del siglo, sensible a lo que vivió en su propio mundo!
Hasta
el día de hoy recuerdo las guerras de almohadas con Michael, Valerie y Françoise a
las cinco de la mañana. Michael no podía dormir. Y nuestra meditación fue
compartida. Para la cena nosotros comimos espaguetis con langosta, él se cubrió
los ojos con una servilleta, porque se le hiso triste.
En
una de mis llamadas a mis hijos, que estaban por aquel entonces en Londres, y
no sabían nada acerca de la visita secreta que Michael me hizo en Solda. Con Freddy,
Michael tuvo una larga conversación acerca de Dios y el mundo. Freddy estaba
muy tranquilo, hablando por teléfono con una superestrella, no estaba
entusiasmado.
Michael habló con Nathalie, mi hija menor. Pero simplemente ella se burló de él: “Si eres Michael Jackson, yo soy el Papa”, dijo ella, y entonces colgó el teléfono. Completamente
angustiado Michael me contó acerca de la
conversación telefónica que tuvo con Nathalie.
Hablamos
mucho sobre las guerras, tipo de cosas que le molestaban. Cuando fue honrado en
Berlín en otoño de 2002 con un Bambi, tuvo que hacer un discurso. Le dije que
dijera algo acerca de la inminente guerra en Irak. Que en Kuwait, la mayoría de
las tropas de Estados Unidos ya se habían desplegado. Michael me miró y me dijo
“Sabes
me estás pidiendo algo que me puede traer problemas en los Estados Unidos”, y yo negué con la cabeza.
La
noche en la ceremonia frente a millones
de telespectadores, Michael entonces dijo en su discurso:
“Somos una nación. Somos alemanes. Somos
armenios. Franceses, italianos, rusos, americanos, asiáticos, africanos… muchas
otras nacionalidades. Somos cristianos, judíos, árabes, hindús. Somos negros,
somos blancos. Somos una comunidad de muchas diferencias, tan complejas pero
tan simples. No necesitamos la guerra!”
Michael, era una persona maravillosa y
un artista único. Esa es la razón por la que ellos le persiguieron, como a un
ciervo. La destrucción de los ganadores es
uno de los juegos favoritos de nuestro mundo. Nunca te olvidare. Una y otra vez
escucho tu música. Por encima de todo "Earth Song" y "We Are The
World". Para millones de personas nunca morirás. Gracias, Michael!”
- Jürgen Todenhöfer, empresario y
filántropo