King!

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sábado, 25 de octubre de 2014

Brick Price: “Mil y un momentos con Michael Jackson” (Recuerdos y Anécdotas) / Brick Price: "A thousand and one moments with Michael Jackson" (memories and anecdotes)

Oliver “Brick” Price formó parte del “Dream Team” creador del sueño de Michael Jackson, Neverland. Ello dio lugar a una larga y entrañable amistad entre ambos


Entré en contacto por primera vez con Michael cuando trabajamos en Capitán Eo. A partir de entonces, Laura, mi esposa, y yo fuimos amigos suyos durante unos 10 o 12 años. Ya no recuerdo cuántos.

Estábamos trabajando en un plató de sonido en la puerta de al lado del suyo, en Desilu Studios, Culver City, mientras rodábamos la película
“Space Camp” allí. Teníamos una cabina a tamaño real de un transbordador espacial y él estaba apasionado con el Space Program. Así que, un día, cuando todo el mundo se había marchado, visitó el plató. Se volvió loco por estar en el transbordador. Parecía un niño tocando interruptores diciendo ¡guau! todo el rato. Fue una respuesta muy gratificante.

Diseñé y construí varias cámaras 3D y era técnico de 3D, por eso tomaba muchas fotografías de lo que pasaba detrás de la escena. Cuando Michael las vio, se convirtió al instante en un aficionado al 3D y desde ese momento fui de las pocas personas que tuvo acceso libre a él y a sus proyectos con una cámara.

Realmente no sabía nada sobre los aspectos técnicos. Le enseñé algunas cosas que hice y construí para él una cámara 3D usando 2 cámaras Nikon. Las imágenes eran asombrosas. Tengo por alguna parte unas
500 u 800 fotografías de Michael detrás de escena en 3D así como en Neverland y en diferentes proyectos. Bueno, le gustó la cámara y le enseñé cómo usarla. Era increíblemente avispado y le cogió el truco enseguida. Le encantaba aprender. Quería que le enseñara cómo construir modelos y jugamos mucho con su enorme diseño en papel de su modelo de tren. Una vez fuimos a comprar algunas imágenes en 3D y le hice un visor para verlas. Le encantaba poder negociar el precio y conseguir un par de dólares de rebaja (risas).

Disfruté de verdad de su compañía por su ingenio, inteligencia, sentido del humor y humanidad. Estaba cómodo con mi familia.

Lo siguiente que recuerdo es estar involucrado en la película
“Moonwalker”. Construimos el coche en miniatura para el rodaje de los efectos especiales.
También hicimos el robot en miniatura. Kevin Pike hizo las piezas a tamaño real. Trabajamos bastante con Colin Chilvers, que era un gran tipo, y con Dennis Jones. Fue muy divertido.
También recreé su dormitorio en nuestro plató para la película. Era una réplica exacta de su habitación. No me puso ningún tipo de restricciones. (los retratos, el guante, las chaquetas…)

Puede que ordenara un poco antes de que me dejara caer por su casa, pero así era. Lo que hice fue sacar Polaroids y fotos en 3D de su habitación mientras lo empaquetábamos todo. Quería que fuera exacta (típico de Mikie). Y le prometí que se lo devolvería todo. A propósito, le llamaba Mikie en broma bastantes veces porque en aquella época había un anuncio que decía:
“¡A Mikie le gusta!”.

No filmamos en su propia habitación porque no había suficiente espacio. También por privacidad, para ser sincero. 


 

¡Hay tantos recuerdos de Moonwalker! Me sentaba a menudo con Michael en el trailer y Bubbles estaba con él. Era como tener un niño en la habitación, pero muy tranquilo y con buenos modales; ¡mejores que los de mis propios hijos! Ya había conocido a mis hijos en ese tiempo y ellos realmente le adoraban, por eso íbamos muy a menudo al rancho, incluso antes de que se construyera el parque. Una vez me comentó, y creo que es el mejor cumplido que he recibido jamás, que yo ‘debía ser un gran padre’, basado en lo que él observaba. Se lo agradecí enormemente y realmente me emocionó, porque nos relacionábamos en el terreno profesional y ese fue un momento muy personal. Fue un verdadero honor. Le dije que, por el modo en que le veía comportarse con los niños, esperaba que él los tuviera algún día, porque sentía que sería el mejor padre del mundo. Y por lo que he sabido, así fue. Él apreció mis palabras y pareció emocionarse.

Mi hijo tenía una amiga que le gustaba mucho llamada Ángela, cuando tenía unos 12 años. Un día llegó a casa llorando muy afligido porque le habían diagnosticado cáncer y sólo le daban entre una semana y un mes de vida. Se lo conté a Michael porque me sentía desconsolado por mi hijo, y le di el teléfono del hospital donde se encontraba ella. Los padres y las enfermeras me contaron que su habitación parecía una mezcla entre una floristería y una juguetería. Estaba llena de juguetes y flores. No exagero. Al parecer habló con ella por teléfono y le autografió algunas cosas y le dijo que la quería mucho… Me emociono al contarlo, pero ella continuó viviendo durante otro año más... Porque le dio una motivación, la hizo sentir especial. Ella sintió que había algo excitante en su vida y creo que él le ofreció un nivel de atención que aumentó su autoestima.



Michael era un enorme fan de todo lo relacionado con Disney. Un elemento primordial de Disneyland era el tren. La sensación que tenía de Michael es que era el niño de 14 años más mayor que he visto. Y esa cualidad infantil es rara en los adultos. Empezó a hablar sobre elementos que quería; en ese momento no había un parque de atracciones o un Neverland como lo conocemos hoy, sino más bien algo como “¿Qué ponemos aquí o allí?”. Él podía verlo claramente como si estuviéramos delante y estuviera ya terminado. En ese momento ya tenía el cine. No puedo recordar si ya nos conocíamos Brad Sundberg y yo; él estaba bastante a cargo del cine y desde entonces nos hicimos amigos. Hice algunos dibujos de elementos de trenes a escala infantil e intenté encontrarle cosas usadas para ahorrarle algo de dinero, ya que le gustaba más el material antiguo que las cosas nuevas, porque al fin y al cabo tenía más carácter y artesanía. Busqué alguna información sobre locomotoras que le gustaban a Michael y eran similares a las que había en Disney, y localicé un tren para él… Construimos un tren a escala para niños que pudieran conducir ellos mismos. Le pusimos baterías que duraban todo el día. Circulaba desde las casas de invitados hasta la casa principal. A mis hijos les encantaba. Pero, evidentemente, eso sólo no le satisfacía. Él quería uno de verdad.

Michael tenía una habitación enorme con trenes Lionel en miniatura.

No recuerdo cuándo se convirtió en Neverland Ranch de forma ‘oficial’ pero nosotros diseñamos y tallamos las señales de madera que había en el suelo. Tengo el original en mi casa y otro en mi oficina. Él quería réplicas en fibra de vidrio porque eran más duraderas.


Una vez salió a ver una de las señales a la entrada de Neverland en su carrito de golf, aparcó a unos 15 metros de ella y me dijo que me acercara. Le resultaba incómodo mirar la señal de cerca con toda la gente allí, les pedí que se marcharan y entonces se acercó a la señal y recorrió con sus manos la madera tallada.


Norma Staikos estaba a cargo del rancho. Cuando la conocí era obvio que se trataba de una relación de padre y madre junto con Bill Bray y con Miko Brando como un hermano; eran como una familia.

Recuerdo que estábamos sentados en la zona de la barbacoa mirando el paisaje y hablando de Neverland y su visión del lugar. De repente empezó a cantar una canción que nunca le había escuchado antes. Así simplemente. Era asombroso escucharle cantar en un lugar tan hermoso. Era extraordinario.

Era un retiro para él, pero también estaba destinado a ser un lugar para niños que necesitaban ayuda.

Salíamos a sitios públicos de vez en cuando y la gente le reconocía, lo que era divertido. Fuimos a ver un show, la gente le miraba, y él me dijo:
“La gente me está mirando, ¿Crees que saben quién soy?”, y yo le contesté: “Michael, llevas una mascarilla y a tres enormes guardaespaldas contigo” (risas). Me decía que a veces deseaba escapar de todo y ser tan solo una persona normal.
Una noche, durante una cena, se prepararon dos mesas, una para los adultos, con cubertería de plata y copas de cristal y otra para los niños. Mi hija Eilish dijo: “¡Quiero sentarme con Michael!” y Michael dijo: “¡Claro!”. Tuvieron que volver a organizarlo todo para acomodar a los niños. Me dejó alucinado. Tenía tanto miedo de que mi hija rompiera algo, pero se comportó como un adulto. Tenemos fotos con Michael esa noche y una fotografía de Eilish rodeada de muñecas.

Ustedes creen que sea verdad?  Estos no parecen los pies de MJ
Construimos un par de coches, los taxis, la máquina de Coca Cola y algunas miniaturas para la película “Regreso al Futuro”. Un día estaba hablando con Michael y cuando le dije que trabajé en ella me dijo: “¡Yo también!” Le dije: “¡¿Cómo?!”. ¿Recuerdan cuando Michael J. Fox hace el moonwalk? ¡Michael me dijo que eran sus pies haciendo el Moonwalk! No te lo puedo decir con seguridad, ¡no sé si estaba bromeando conmigo o no! Yo me lo tomé en serio, si no es cierto, es una historia muy divertida. Haría falta hablar con el cámara. Cada vez que Michael iba al plató lo despejaban y se quedaban las personas imprescindibles. Veré si puedo encontrar quién estaba en el plató entonces.

Cuando estábamos trabajando en el vídeo
“Come Together”, mi esposa y los niños fueron invitados a unirse al público. Michael fue muy amable. Nos invitó a su camerino y fuimos todos.Cuando nos marchamos les recuerdo mirando hacia atrás y a Eamonn diciendo: “¿Michael puede ser mi padre también?” y yo le contesté: “¡Claro que puede!!”(risas)

En otra ocasión, mi hijo quiso regalarle algo especial por Navidades y le pregunté qué quería regalarle. Resultó que su juguete favorito era una pistola BB. Y yo le dije
“Ohh, quizás no…”.
Michael era bastante pacifista y amaba a los animales también. Le llamé para avisarle de que mi hijo quería regalarle algo especial. Cuando recibió el regalo pareció realmente entusiasmado, y no creo que estuviera fingiendo, dijo:
“¿A qué le vamos a disparar?”. Le di una bolsa con latas de Coca Cola. En retrospectiva, ¡¡supongo que deberían haber sido latas de Pepsi!! (risas). Las colocamos en un muro y empezó a disparar. Falló los primeros disparos, pero cuando finalmente le dio a una lata, ¡Oh, Dios mío! ¡Estaba tan contento! Era como un niño. Le pregunté si de verdad la había gustado y dijo: “¡Sí, el mejor regalo que he tenido!”.

Otra vez fuimos al rancho y los niños querían conducir un carrito de golf. Yo estaba bastante en contra y les dije:
“¡Absolutamente no!”. Pero Michael les dio las llaves y les explicó brevemente el manejo. Eamonn acabó estrellándose contra todos nosotros, incluido Michael. Tenía unos 10 o 12 años entonces. Pensé que Michael estaría verdaderamente enfadado pero se reía como loco. Realmente comprendía cómo eran los niños. Y yo estaba sudando de miedo pensando en que casi matamos a uno de los artistas más grandes de todos los tiempos.

Un recuerdo que tengo del tiempo que pasamos juntos es que solíamos luchar (risas). Pero una vez había salido a comprar algunos posters; a él le encantaba coleccionar posters de viejas películas y de circo, y pagó una pequeña fortuna por uno de ellos, unos $10.000. Yo estaba bromeando con él y repitiendo un chiste sarcástico dirigido a él ¡Y él empezó a perseguirme y a golpearme con el poster de $10.000! 

Gracias al Foro MjHideout  
 

Un fan con suerte / A lucky fan

Quizás hayas visto esta foto y te hayas preguntado ¿Cuál será la historias detrás de esta foto? pues entonces a leer ;)



Londres 1997. Joe Yenish de 28 años entonces, supervisor de una empresa de marketing en Edison, Nueva Jersey, había viajado a través del mundo para ver a Michael, incluido un decisivo viaje a Londres en 1997: Mientras una multitud de fans corrían detrás de la limusina de Michael, Joe fue empujado hasta el suelo y fue atropellado por el coche de Michael. Pero el dolor mereció la pena: En compensación a la fractura de pierna que sufrió Joe, ganó un pase para entrar detrás del escenario y ser presentado a Michael, quien le firmó en el yeso.

Desde su encuentro con él, Joe se convirtió en un fan incluso más devoto, convirtiéndose en corresponsal de la revista internacional “King” y dirigiendo el “MJ Day”, una conferencia anual sobre Michael Jackson.


“Michael Jackson: En Busca de Neverland” por Gloria Rhoads Berlin (Capítulo 3°) / "Michael Jackson: In Search of Neverland" by Gloria Rhoads Berlin (Chapter 3 °)



CAPITULO 3°

Un trozo de paraíso

Así que Michael y yo fuimos en busca de su perfecto rancho. Solíamos curiosear por nuestra cuenta y buscar ranchos que estuvieran disponibles.
Michael Jackson, Miko Brando y yo condujimos hasta Santa Bárbara, a unas 80 millas de Encino. Bill Bray también venía con nosotros por seguridad. Michael y Miko habían ido juntos a la Escuela Cal Prep. Y eran compañeros desde jóvenes, Miko era el más cercano y querido amigo de Michael. Íbamos solo los cuatro, con Miko conduciendo parte del camino. (A Michael le gustaba conducir su propio Mercedes Benz cuando podía, así que él también conducía parte del camino.)
Pasamos por un pasto, estaba lleno de pequeños terneros, era una vaquería y todos los terneritos estaban alimentándose de las ubres de sus madres. Michael estaba tan emocionado! Gritaba de alegría, feliz y riéndose. Le encantaba ver cómo se alimentaban los animales. Nos paramos y nos acercamos a la valla a mirarlos. El granjero vino a preguntarnos, “¿Qué están haciendo aquí?”
“Bueno, estamos mirando a los terneros alimentarse.” Repliqué. “¿Está bien? ¿Algún problema?”
“No, para nada, solo era curiosidad. Nadie para nunca aquí.” El granjero era amigable y parecía que no se daba cuenta de que estaba hablando con Michael Jackson. Así que Michael empezó a hacerle un montón de preguntas sobre el periodo de gestación de un ternero. ¿Cuánto tiempo dura? ¿Cuánto tiempo está una madre alimentando a su ternero? Michael realmente tenía la mentalidad de un granjero! Estaba interesado en la cría de animales. Preguntó toda clase de cuestiones sobre la crianza. Había dos grandes negros toros sementales allí. La granja tenía cientos de terneros engendrados por ellos. Michael estaba fascinado por todo y se enredó en una discusión sobre cómo montar una granja y cómo se pasteurizaba la leche.
Quiero que sepan que, en realidad, Michael fue enseñado allí en aquel momento por el granjero a ordeñar una vaca Holstein: apuntando las dos ubres hacia un cubo!
Fue emocionante verle ordeñando la vaca. Ellos intentaron enseñarme a mí, y a Miko y a Bill Bray también, pero Michael era el mejor. Finalmente se las arregló para llenar el cubo hasta el borde y le encantó hacerlo.
Bill Bray trató de llevarnos de vuelta a la carretera. Con un rápido disparo, Michael lanzó un chorro de leche justo a la cara de Bill. El pobre Bill se limpió la cara con un pañuelo mientras el granjero se reía a carcajadas y Michael gritaba de felicidad. Anunció que se iba a mudar y a convertirse en granjero.
Fue realmente divertido que el granjero nunca supiera que Michael era famoso. Él no estaba en sintonía con el mundo del espectáculo, solo con los pastos y las vacas. Michael sacó partido de ello y disfrutó de su anonimato. El granjero preguntó de dónde éramos y le dijimos que de Encino, en el valle de San Fernando. Él no conectó a Michael con el Rey del Pop del mundo de la música.
Este fue uno de los primeros de un número de viajes que Michael y yo hicimos. Era primavera, llegaba junio mientras mirábamos esas preciosas granjas, con prístinos cielos azules llenos de blancas nubes de algodón.
Michael y yo miramos fácilmente una docena de sitios porque él disfrutaba comparando precios. Estaba más o menos haciéndose una idea de cuánto podía costar un rancho. Miramos rancho tras rancho, hasta que, a pesar de todos los factores en contra, descubrimos un paraíso secreto.
Cada vez que Michael Jackson se encontraba conmigo, siempre me abrazaba y me trataba como a su propia madre, Katherine. Michael era una persona muy amigable y dulce y estaba muy entusiasmado por que estuviéramos buscando este lugar ideal con el que había estado soñando durante años. En alguna ocasión fuimos solos a buscar ranchos, en otras ocasiones venía Miko Brando con nosotros, pero el resto del tiempo éramos solo nosotros, con Bill Bray conduciendo.
Alguna gente reconocía a Michael y querían inmediatamente un autógrafo. Michael normalmente se lo daba a menos que llegáramos tarde a alguna cita con alguna propiedad.
Un día paramos en un lugar que vendía gasolina, comida y chucherías, la chica que estaba detrás del mostrador, una guapa rubia de ojos azules, le miró fijamente y dijo, “¿Eres Michael Jackson?” “Sí”, replicó.
Ella dijo, “Oh, quiero un autógrafo tuyo, por favor.” Ella le dio un trozo de papel y le dijo, “Firma para mí y mi hijo.”
Así que Michael firmó para ella. “¿Cuál es el nombre de tu hijo?” preguntó.
“Mi hijo se llama Darryl”, contestó
“¿Qué edad tiene?” preguntó Michael
Michael comenzó a hablar con ella sobre el pequeño, quién cuidaba de él mientras ella trabajaba, detalles como ese. Era muy amable.
Una cosa en la que era muy estricto donde quiera que íbamos, cuando la gente era amable con nosotros, y abrían las puertas de sus casas para darnos un vaso de agua o algo que comer, siempre decíamos “gracias.” Su cortesía era siempre evidente. En uno de los ranchos en que paramos, había una enorme parra entre la parte delantera y trasera de la casa. Cuando Michael y yo pedimos permiso para coger algunas uvas, nos lo dieron encantados.
No se pueden ver muchos ranchos en un día porque hay una muy larga distancia entre unos y otros. Pasas por millas de paisaje vacío, solo árboles y montañas por toda compañía. Pasamos por un lago llamado Lago Cachuma, un lago muy plácido. Michael tenía tendencia a parar en cualquier lugar y mirar todo lo que le llamaba la atención. Paramos allí a echar un vistazo. El Lago Cachuma le interesó realmente y Michael quiso saber más acerca de él. Como siempre, tenía un montón de preguntas: ¿Había peces en el lago? ¿Iba la gente a pescar allí? ¿Qué clase de peces había? El era siempre curioso.
Vimos una serie de ranchos: Vió el rancho donde vivieron Ronald Y Nancy Reagan. Vió el rancho que el maravilloso cantante Johnny Mathis compró. Michael visitó el rancho de la famosa estrella del tenis Rod Laver, que tenía una casa estilo Tudor inglés con 200 acres de terreno, pero no le gustó porque estaba situada en medio de otros ranchos.
A Michael no le gustaron muchos ranchos de los que vió incluso aunque fueran estupendos. Un rancho que perteneció a la actriz Jane Seymour incluso tenía un lago lleno de cisnes y patos. Su marido abrió el rancho para nosotros, a pesar de que Jane estaba en Londres en ese momento.
Miko Brando tenía un amigo que era dueño de una isla, en las Islas Fidji, donde cultivaba perlas negras. El amigo, que era conocido como El Rey de la Perla Negra, tenía un rancho en venta en el condado de Santa Bárbara. El rancho era precioso, pero de lo más inconveniente.

Michael vió y rechazó la propiedad que Oprah Winfrey finalmente compró. Otro socio le enseñó uno de los ranchos que pertenecían a un amigo suyo y que estaba en la cima de una montaña con vistas panorámicas al océano. A él no le importaba ver el océano o la playa.
Estos eran los parámetros. El rancho que él quería debía tener alrededor de unos 200 acres, un lugar amplio para una granja, para criar animales, y un lugar muy privado, sin vecinos. Michael quería privacidad y prefería la idea de estar cerca de un bosque, en un lugar oculto alejado de la carretera.
Por esa razón no quería estar cerca del océano. No existe privacidad en un rancho frente al océano o tras una carretera frente al océano. Cuando la gente va a la playa, pasan por delante de tu rancho, y si estás cerca de una autopista, hay mucho ruido por el tráfico. De esas cosas trataba de alejarse Michael: Tráfico, ruido y contaminación. Quería un santuario.
Y, para ser honesta, de entre todos los que buscamos, no había rancho que pudiera jamás compararse al que Michael finalmente compró.

CARTA DE WILL BERLIN

Mis padres me había regalado un genial Alfa Romeo Fiat convertible para mi 16 cumpleaños. Un soleado día iba conduciendo por Ventura Boulevard con la capota bajada cuando me dí cuenta de que un Rolls Royce, que iba también por la vía rápida, venía en dirección contraria.
Cuando el Rolls Royce se me acercó, pude ver a un hombre con un sombrero tipo safari, así como el resto de la ropa, o al menos una camisa tipo safari también. Era Michael. Parecía muy contento al volante del Rolls Royce, y también con su traje. Le miré fijamente todo el tiempo y pude escuchar que sonaba música en su coche.
El vistazo me dejó sin aliento, y pensé, “Guau! Michael es un fenómeno!” Creo que en ese momento de su vida, se estaba permitiendo gastar dinero en cosas que quería experimentar en la vida y que solo el dinero puede comprar, como el Rolls Royce que conducía.


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