Durante
su estancia en Irlanda, (2006-2007 aproximadamente), trató de conseguir que su
amigo el doctor Treacy le acompañara a visitar a unos niños gravemente quemados
al Hospital para niños de Crumlin. El doctor Treacy dice ahora que se
arrepiente de no haber apoyado a Michael en ese momento y de no haberle
permitido ver a los niños.
El
doctor Treacy estaba preocupado con razón porque los medios podrían haber
vuelto la visita de Michael en contra de él, como ya hicieron con todo lo
demás, particularmente, tan pronto después del juicio de 2005. Michael sin
embargo, estaba más preocupado por los niños que por la publicidad
potencialmente negativa que podía atraer hacia sí mismo.
Los
niños, Gavin y Millie Murray de 5 y 7 años, habían sido gravemente heridos por
las llamas causadas por una bomba de gasolina lanzada en una pelea entre
pandillas. Estaban sentados en el asiento trasero del coche de su madre en los
jardines Pineview, en Moyross, Limerick, el 10 de septiembre de 2006.
El
doctor Treacy recuerda:
Michael
quería ir a visitarlos y lo discutimos largamente. Pensé que era una mala idea
ya que los medios no sabían dónde se encontraba él. Se habría expuesto a su
hostilidad y habría escrito totalmente lo contrario de lo que era si lo
hubieran visto entrar a un hospital pediátrico poco tiempo después del juicio.
Él
quería que fuera con él y dijo que fuera a verles cómo se encontraban ya que yo
trabajaba como doctor en el hospital. Continuamente me preguntaba, “¿Sufren dolor?” “¿Se
les está dando morfina?” “¿Qué gravedad tienen las quemaduras?” “¿Irás a verlos
por mí?” “¿Les quedarán cicatrices?” “¿Vivian en un entorno marginado?” “¿Por
qué no podía ir a verles?”
MICHAEL: Por qué dices esas cosas Patrick,
¿que no puedo ir a verles? Tú no crees que yo podría jamás hacer daño a un
niño.”
DR.
TREACY: Michael, yo no creo que pudieras hacer daño a un niño, jamás!
MICHAEL: Entonces, ¿Por qué no me dejas ir
al hospital?
DR.
TREACY: Porque tu inocencia te creará problemas!
MICHAEL: ¿Qué inocencia?
DR.
TREACY: Ya sabes, tu incapacidad para ver lo que los medios harían de esta
visita, esa es la razón por la que estás en problemas en primer lugar!
MICHAEL: ¿Crees que haría daño a un niño?
DR
TREACY: No.
MICHAEL: Dices eso desde el fondo de tu
corazón.
DR.
TREACY: Michael, creo que eres como un moderno Jesucristo!
MICHAEL: ¿Si Jesús estuviera ahora aquí, le
detendrías?
DR.
TREACY: No.
MICHAEL: Nunca conociste a Jesús ni le has
visto en persona y aun así le apoyarías. Dices que me conoces y a mí no me
apoyas. Eso es ser hipócrita!
DR.
TREACY: Michael, tienes razón!
Todavía
sentía que no debía ir al Hospital y me mantuve firme en contra de ello y debo
decir que me arrepiento de ello hasta el día de hoy por no haber estado a su
lado cuando más me necesitaba.
Saben…
los niños se han puesto en contacto conmigo y dijeron que uno de los momentos
más grandes de sus vidas fue el hecho de que Michael Jackson pensara en ellos.
Les mencioné hace un año en otra entrevista.
Adrienne
O´Donohue, la madre de otra niña gravemente quemada, escribió:
“Hermoso ser humano. Muchas
gracias por darle a Jodie la foto firmada. El hecho de que ambos sufrieran
graves quemaduras en la cabeza y de que ella muriera el día de su cumpleaños,
hace que nos sintamos conectados con él. Él era verdaderamente uno de los más
grandes humanitarios que el mundo haya visto jamás.”
***
Discurso
De Patrick Treacy En Gardner St. Elementary School. 22 De Junio De 2011
En
un acto privado para rendir homenaje al legado humanitario de Michael Jackson,
y en asociación con MICHAEL JACKSON TRIBUTE PORTRAIT, Patrick Treacy pronunció
el siguiente discurso en junio de 2011:
“Hace
cincuenta y tres años, nació un joven negro en una pequeña localidad de
Indiana. Eran tiempos diferentes, tiempos en los que el Movimiento por los
Derechos Civiles de los Afro-Americanos intentaba conseguir libertad frente a
la opresión de la América blanca.
Eran
tiempos también en que la generación de la posguerra estaba creciendo, eran los
hijos de los soldados que habían sido hechos prisioneros en los campos de
Auswitz y Buchenwald, tiempos en que toda Europa estaba llena de profunda
gratitud hacia el pueblo americano.
Como
Elie Wiesel, superviviente del Holocausto Judío, dijo en una conferencia en una
importante reunión en la Casa Blanca en 1999, ‘La gratitud es lo que define la
humanidad de una persona’.
Y
gratitud es lo que deberíamos sentir hoy por este joven negro americano. Su
nombre era Michael Jackson, alguien por quien me siento privilegiado de llamar
mi amigo, alguien que a menudo se quedó solo defendiendo a los niños del mundo
del desamparo, por ser víctimas de enfermedades e injusticias.
Michael
estaba muy preocupado por el sufrimiento que vio en el mundo e incluso más por
la indiferencia hacia ese sufrimiento. Sus primeras palabras cuando nos
conocimos fueron:
“Muchas
gracias por ayudar a la gente de África”.
Sin
ínfulas ni pretensiones, su única preocupación eran las vidas de otras personas
que vivían en diferentes continentes al nuestro.
He
estado en África y he visto la devastación que ha provocado el SIDA, y cuando
lo hablábamos, había lágrimas en sus ojos y decía que teníamos que hacer algo
por el pueblo de África.
Planeó
un gran concierto en Ruanda e iríamos juntos en su avión para ver a su gran
amigo, Nelson Mandela. Tristemente, esos eventos no tuvieron lugar y el mundo
perdió a uno de sus grandes humanitarios.
En
su discurso, Elie Wiesel dijo algunas palabras sobre la indiferencia. Dijo,
‘Ser indiferente al sufrimiento de la humanidad es lo que hace a la persona
inhumana’.
Para
la persona que es indiferente, su vecino no es importante. Sus vidas no tienen
sentido pues la indiferencia los reduce a una abstracción. La indiferencia
siempre beneficia al agresor –nunca a la víctima, cuyo dolor se ve magnificado
cuando se sienten olvidados.
Michael
Jackson sentía ese dolor, no solo por los niños hambrientos, sino también por
sí mismo cuando el pueblo de América permanecía indiferente a la injusticia que
perpetró contra él convirtiéndole en prisionero virtual en su propia tierra,
provocando que tuviera que marcharse a Oriente Medio y finalmente encontrara
soledad en Irlanda, mi hogar.
Qué
ironía que alguien a quien le importaba tanto el resto de la humanidad fuera
rechazado él mismo. Era un dolor que él sentía muy profundamente y que en
ocasiones comentaba conmigo, pero casi nunca quería hablar sobre ello y yo
nunca quise abrir esos recuerdos dolorosos… siendo como él, desterrándolos.
Michael
Jackson nunca fue indiferente. Él llevó luz donde había oscuridad, esperanza
donde había desesperación; nunca aceptó la crueldad cuando pudo ofrecer
compasión.
Acabamos
de empezar un nuevo siglo, un nuevo milenio. Los primeros diez años han sido
unos de los más brutales que el planeta ha conocido. El siglo comenzó con los
ataques terroristas en el World Trade Center y el Pentágono. Estas acciones
arrastraron a esta gran nación hacia conflictos en Iraq y Afganistán. Han sido
guerras en unos veinte países, que han cubierto de una oscura sombra a la
humanidad. Mucha violencia, mucho dolor.
Si
hay una cosa que hacer hoy, para preservar el recuerdo de Michael Jackson, es
no ser indiferentes al sufrimiento que vemos a nuestro alrededor en el Mundo.
Hay
veces en que siento que Dios ha abandonado a este mundo, el terrible terremoto
en Haití donde los cuerpos estaban cortados como sierras por los edificios, las
calles del norte de Irlanda, donde te cortan la garganta si pronuncias una
palabra con el acento equivocado.
He
vivido en Bagdad, he sido prisionero de Saddam Hussein, llevo las heridas de
guerra del Norte de Irlanda y os digo que hay un Dios que mira todo este mal y
que nos trajo a Michael Jackson para ayudar a resolverlo.
Hace
unos setenta años, un barco cargado con mil judíos fue rechazado en el Puerto
de San Luis y devuelto a la Alemania Nazi. El barco, que estaba ya en las
costas de Estados Unidos, fue enviado de vuelta y la gente quedó en manos del
destino y del dictador.
Esto
sucedió en América, un país con la mayor democracia, la nación más generosa de
nuestra historia contemporánea. Está sucediendo de nuevo hoy, con el bombardeo
y el terrorismo contra niños inocentes en costas extranjeras. No dejemos que
suceda, levantémonos por las cosas por las que Michael lo hacía, erradicar la
injusticia, combatir las enfermedades e intentar salvar el planeta en que
vivimos.
¿Cuál
será el legado de Michael Jackson? ¿Cómo será recordado por las generaciones
que aún no han nacido?
Agradezcamos
a Dios que nos envió este ángel a vivir entre nosotros por un tiempo y no
seamos indiferentes a los males que vemos a nuestro alrededor. Si Michael
alguna vez quiso que hiciéramos una cosa que podría hacerle feliz mientras nos
mira desde arriba, sería no dar la espalda a las víctimas de la opresión y de
la agresión, y si hay duda por saber cómo actuar… simplemente piensen…
…¿‘Qué Habría Hecho Michael’?
Doctor
Patrick Treacy