King!

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lunes, 28 de julio de 2014

Michael en Rock-afire Explosion Factory / Michael Rock-afire Explosion Factory








Michael realizó un recorrido por la fábrica de Rock-afire Explosion (una fábrica para la producción de robots animatronics) y conoció a la banda! Rock-afire fue la "banda" de Showbiz Pizza Place, una popular cadena de restaurantes durante los años 80. La banda de animatronic consistía en robots animales de tamaño natural programados para realizar canciones pop actuales, melodías populares y composiciones originales.
Las canciones de Michael aparecieron en una grabación de vinilo Rock-afire liberada. 




La banda tocó canciones de Michael, en Mayo de 1988, para Showbiz Pizza Place.




Judd Lander: Yo trabajé con Michael Jackson / Judd Lander: I worked with Michael Jackson

Judd Lander era director de publicidad de Epic UK en el 79, año en que se publicó Off the Wall. A continuación relata su colaboración con el Rey del Pop durante sus primeros años de fama, desde la visita a Buckingham Palace, hasta cuando iba de compras por Camden o el día que conoció a Paul McCartney.

Un tipo llamado Steve Popavich, un alto ejecutivo de Epic Records que trabajaba en Nueva York —un relaciones públicas mítico— me llamó para decirme que acababa de firmar con la familia Jackson, después de arrebatárselos a Motown (le gustaba contarme todos los chismorreos del mercado americano). La primera vez que coincidí con Michael fue en el 78, cuando los Jacksons regresaron de la gira Destiny, la última que realizó con su familia, si no recuerdo mal. Al cabo de un año, Michael empezó su carrera en solitario, vino por aquí y, como lo conocía, se lo presenté al personal de la discográfica, como solía hacer con los artistas nuevos, aunque Michael ya era increíblemente famoso en aquel momento. Recuerdo que se lo presenté a todo el mundo (¡cómo olvidar la cara de susto del chico de posproducción al tener ante sí a tan ilustre icono!). Pero él se mostraba siempre encantador con todo el mundo.
 


Era genial trabajar con Michael. Siempre viajaba ligero de equipaje. Quiero decir que, después de las entrevistas, solíamos acabar solos él, un servidor y su guardaespaldas, un tipo canijo y modesto. Preferíamos usar un coche pequeño, pasando de limusinas: discreción por encima de todo. El otro día, charlando con sus sobrinos, los 3T, justamente les contaba que una vez, pasando frente al Buckingham Palace, de camino a unos estudios de TV en South Bank, vi que la bandera estaba arriada. Michael no sabía qué significaba y le expliqué que era porque la Reina no estaba en casa. Cada vez que volvía a Londres y teníamos que acudir a alguna entrevista en la tele me decía: “Judd, ¿podemos pasar por el palacio?” Pasábamos frente a él y se burlaba de mí con aquella risita tonta: “¿Crees que podríamos entrar y tomar una taza de té?”. Tenía un gran sentido del humor. Si nos aburríamos en Top Of The Pops, yo solía hacer algún truco de magia para relajar el ambiente y a él le encantaba. Otro día acudimos a una entrevista en Capital Radio, que en aquella época tenía su sede en la Torre Euston. Llegamos con tiempo, soy un maniático de la puntualidad, así que pasamos de largo y vimos a un mogollón de niños; era justo cuando acaban de exponer la estatua de Michael en el Madame Tussaud. Había miles de niños frente a la emisora, rodeados de policías y agentes de seguridad. Dimos la vuelta al edificio y aparcamos en la parte posterior, junto a la esquina de una plaza llamada Laurence Corner. Teníamos diez minutos libres y nos quedamos allí de palique, cuando Michael vio una tienda y me preguntó qué era. Le dije que era un sitio donde vendían cosas militares: ropa, recuerdos, etcétera. Le apeteció entrar y como no había moros en la costa le dije que sí, pero que cinco minutos, que teníamos que llegar a tiempo a la radio. Así que entramos y dentro había una chica bellísima observando la multitud. Al verme entrar con Michael y el guardaespaldas se quedó de piedra. Nunca olvidaré aquellos ojazos clavados en él. Tuve que decirle: “Michael, dile hola o algo”.

“Hola, ¿podemos echar un vistazo?”, le dijo. Ella se quedó embobada mirándolo y asintió lentamente. Así que nos pusimos a curiosear y él empezó a comprar cosas —montones de cosas— y yo detrás recogiéndolas todas. Se enamoró de un sombrero colonial blanco con plumas, pero el dueño dijo: “No, este un artículo especial de colección”. Respiré hondo y le dije: “Oiga, ¿usted sabe con quién está hablando?”. Pues no, no tenía ni idea de quién era Michael y se negó a vendérselo. En fin, pagamos las compras, nos metimos en el coche, hicimos la entrevista y ahí acabo todo. Unos años después le conté esta historia a alguien y un tipo de la televisión decidió averiguar quién era aquella chica, ¡y la encontró! Había pasado ya de los cuarenta y había formado una familia. Nos encontramos en la tienda, que se había trasladado a Camden, y me contó lo que pasó: al parecer estuvo mirando entre la multitud con la esperanza de vislumbrarlo entre la gente, cuando de repente Michael entró en la tienda, ¡y le firmó un autógrafo! Él siempre era muy amable.

Una vez, durante la grabación de Off The Wall, estábamos charlando y oímos por la radio a Paul McCartney, con quien yo había colaborado como músico de sesión (también toqué la armónica en Karma Chameleon y para las Spice Girls, pero eso es otra historia). En fin, en aquella época conocía a un montón de gente y hacía todo tipo de cosas. Así que estábamos en Soho Square y en Sony/CBS hablaban de McCartney, y le dije: “Parece que tenemos a Paul aquí al lado”. Y él me dijo: “Judd, me encantaría ver a Paul McCartney”. Así que llamé a Paul y resultó que, efectivamente, se encontraba en los estudios que había justo enfrente de donde estábamos. “¡Oh, dile a Michael que venga!”, me dijo Paul. Así que cruzamos Soho Square y nos encontramos con Paul y Linda —una mujer fantástica—. En seguida hicieron buenos amigos. Obviamente, aquello fue antes de que Michael comprara el catálogo de los Beatles… Y, cómo no, acabaron haciendo Say Say Say y The Girl Is Mine.

Michael era un hombre realmente brillante, además de listo y afectuoso. Charlaba con todo el mundo que conocía y siempre hacía bromas, era muy divertido. La última vez que lo vi antes de su muerte fue en los World Music Awards, o quizá fuera en los BRIT Awards. Se me acercó y lo primero que dijo fue: “¡Hey, Judd!, has subido unos kilitos, ¿eh?”. Siempre divertido. Era un encanto. Tenía sus problemas, claro (por ejemplo con su padre, un tipo muy exigente), pero se esforzaba en superarlos. Así es la vida. Lo cierto es que era un placer trabajar con Michael y también pasar el rato con él. Era buen hombre y muy divertido, sabía cómo tratar con la prensa. En este aspecto era realmente único, ¡acordaos si no de la máscara de oxígeno! Alucinaba viendo como jugaba con los periodistas (y con todo el mundo). ¿Y por qué no?... Qué listo era.

Dejé Epic y me fui a trabajar a Motown un par de años después de que saliera Off The Wall

Coincidí de nuevo con Michael en el 25 aniversario de Motown, en Pasadena. Habían montado una gran fiesta y querían reunir a todas las grandes figuras aquella noche. Todos los Jacksons confirmaron su asistencia salvo Michael, que estaba de gira en solitario. Él propuso tocar un par de canciones, a condición de que pudiera cantar su nuevo single, Billie Jean, a lo que Berry Gordy se negó rotundamente. Pero Michael le estuvo dando tanto la lata que Gordy acabó aceptando. Michael acaparó todo el éxito con ese tema. Imaginaos la escena: el auditorio al completo —toda la gente de Motown, los Jacksons, Diana Ross y las Supremes— y de repente aparece él, solo, se enciende el foco y empieza a hacer el moonwalk. Era la primera vez que lo hacía. La sala se vino abajo.

En aquella época la música era un negocio boyante, se ganaba un montón de pasta y el botín daba para todos. Tan solo mis gastos superaron el millón durante el primer año. Eh, pero es solo rock and roll (hoy en día tienes que pedir autorización para que te den una bolsita de té…). Aquellos tiempos no volverán, pero me siento muy feliz de haber podido compartir tantos momentos fantásticos con un hombre realmente increíble.


Anécdotas de Michael y sus hijos, más extractos de libro "Remember the Time" / Anecdotes of Michael and their children, plus excerpts from the book "Remember the Time"


Hola a todos chic@s, como de costumbre les dejo más extractos del libro "Remember the Time: Protecting MJ in His Final Days".



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Prince, Paris y Blanket usaban nombres en clave...





Javon: Los tres estaban familiarizados con la naturaleza de la vida de su padre. Era como si hubieran nacido listos para todo lo que tenían que pasar. La caravana de autos se presentaba a las cuatro de la mañana, para entrar, ir aquí, volar allí, tener la escuela en una habitación de hotel. Irlanda un día, Las Vegas la próxima, fue la segunda naturaleza para ellos.

En público, el señor Jackson nunca los llamó por sus nombres. Nunca diría "Paris, ven aquí" o "Blanket, ven aquí" Él no quería que alguien al alcance del oído averiguara quiénes eran y tomar una foto. Por lo que los niños tenían nombres en clave, para Blanket fue de "Kooco" y Paris era "Osh Kosh"

En realidad no puedo recordar el nombre de código de Prince, porque nunca tuvimos que usarlo. Él nunca salió de la linea. Conocía las reglas mejor que los otros dos. Una vez, estábamos en FAO Schwarz y a Paris se le salió llamar a Prince por su verdadero nombre. Él se acercó a ella y le dijo:

-"¡¡no me llames así!! Ya sabes que no me debes de llamar así. Utiliza nuestros nombres en clave, sis (sister)"

Bill: Recuerdo que una noche el Sr. Jackson estaba teniendo una cena de negocios con alguien y se estaba haciendo tarde y me pidió que llevara a los niños a casa. Así que los llevé a la casa, Paris y Prince estaban en la parte de atrás donde se almacenaba algunos de nuestros equipos como radios de repuesto y tales.

Nosotros no usábamos nuestros nombres reales en la radio. Yo era BB "Big Bill" (gran Bill). Tenía mi auricular, y yo llamaba a la casa diciendo: "BB a la base. Este es BB" para hacerles saber que estaba en camino. Unos minutos más tarde, oigo a alguien decir "base a BB. BB ya viene”

Le dije: "este es BB, ir a BB"

La voz volvió a decir "BB ya viene. Base a BB"

Estas respuestas fueron y vinieron un par de minutos, hasta el punto que me estaba fastidiando.

Yo estaba gritando en la radio "¡¡se trata de BB. Venga a BB!!"

Entonces escuché risitas. Paris estaba en uno de los teléfonos de repuesto en la parte posterior, fingiendo su voz. Yo ni siquiera sabía que era ella. Todos nos echamos a reír, y me dijo:

-"Bueno, me pillaste"

Momentos como éste son de los que yo me acuerdo. Usted puede imaginarse siendo un niño y que era tu mundo, con nombres en clave y guardias de seguridad, y como cualquier niño que usa su imaginación y se divierte con la vida que conoce.

Prince captó quién era su padre. Tal vez él no sabía toda la historia, pero él había visto lo suficiente para entender por qué todos estos secretos eran necesarios. Blanket, creo que era demasiado pequeño para entenderlo. Paris también conocía las reglas pero a veces se emocionaba tanto que lo olvidaba.
 
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Michael y sus hijos en el mini gran prix de Las Vegas




 


Javon: El mini Gran Prix de Las Vegas es el parque de diversiones al aire libre con go-karts, juegos, paseos, y tal. Yo tenía un primo que era subgerente aquí. Estaba a un par de millas al norte de la casa. Nosotros pasamos allí un tiempo, y el Sr. Jackson siempre nos decía: "Hombre, yo estaría encantado de ir allí un día con los niños. Les encantaría"

Cuando él dijo eso, hice una nota mental para él, y finalmente llamé a mi primo y le pregunté si podíamos conseguir el lugar después de la hora y dejar que el Sr. Jackson y sus hijos jugaran allí. Mi primo llamó a su gerente de distrito, y él me llamó y nos confirmó.


Bill: volvimos con el señor Jackson y le dijimos: "señor, nos hicieron los arreglos para que usted y los niños puedan ir al parque de atracciones por una noche" cuando le dijimos eso se iluminó como un niño en una mañana de Navidad, él nos dijo:

- "¿en serio?..¡¡Oh Dios mío!! ¡¡genial, genial, genial!!

El parque cierra a medianoche. Llegamos alrededor de las 12:30 p.m. Me bajé del coche, entré, caminé alrededor para asegurarse de que todos se hayan ido, y dije a los asistentes del parque que yo estaba con la gente que venían y entonces volví al coche y llevé a la familia.

Tan pronto como entramos, el Sr. Jackson y los más pequeños empezaron a correr como cuatro niños locos. Primero fueron a la sala de juegos, corrieron de una máquina a la otra, jugando uno contra el otro. Jugaron pinball y ganaron algunos premios. Prince ganó un par de cosas. Paris estaba un poco molesta, ella nunca ganó nada. Se puso a llorar. Me acerqué a la máquina y traté de ganar algo para ella. No podría hacerlo.

Por último, el director llegó, abrió la máquina, y sacó algo para ella. Ella estaba feliz después de eso, corriendo con su pequeño animal de peluche

Javon: subieron a los karts por un rato. Al principio era sólo el Sr. Jackson, Paris y Prince en la pista. Nos quedamos atrás con Blanket porque no era lo suficientemente alto como para conducir. Estaba muy molesto porque quería salir y correr con sus hermanos. Ya que no había nadie más allí, el personal le dejó subir a uno de los coches y empujar los pedales un poco.

Sólo lo llevó unos tres metros y corrió hacia el lado de la barricada, pero los tres metros que llegó a conducir hicieron su pequeño día.

Bill: allí tienen también este tobogán gigante, una caída de noventa pies de altura, que te gustaría montar en sacos de patatas. Eso fue lo último que hicieron antes de irse. Blanket era tan pequeño que el señor Jackson lo sostuvo en sus brazos sentándolo en sus piernas y se deslizó hacia abajo, Paris y Prince se deslizaron hacia abajo por sí mismos.

Todos ellos compitieron entre sí hasta la parte inferior. Se la pasaron muy bien. Fue bueno verlos. Era simplemente diferente ver la emoción en ellos, porque ellos no salían con este tipo de libertad, que en realidad no lo hicieron. Hasta ese momento, había sido realmente todo negocio con él. Los abogados, gerentes, reuniones. Nos habíamos llevado a los niños al circo un par de veces, pero siempre sin él.

Ser capaz de disfrutar de estos momentos con sus hijos, se podía ver que no fue así regularmente. Así que para ver la emoción en su rostro, siendo libre de hacer lo que quisiera con sus hijos en el parque, estaba inmensamente feliz. Fue invaluable

Javon: En el momento en que llegamos al coche, todos los niños se durmieron, Cayeron rendidos en el asiento trasero. Los llevamos a casa y cargamos con los tres hasta sus habitaciones y los acostamos en sus camas. Bill y yo nos dirigimos a la planta baja, mientras que el señor Jackson nos aguardaba allí, acabábamos de llegar a la parte inferior de la escalera cuando él volvió a salir y nos llamó en un susurro diciéndonos:

- "Chicos, quiero agradecerles mucho por hacer esto por mis hijos. Ellos realmente lo aprecian. Y Javon, por favor, dales un agradecimiento al personal, a tu primo por el cierre del parque de forma gratuita. Es raro que alguien haga un favor para mí sin querer algo a cambio. Asegúrese de recordarme mañana para enviarles una foto autografiada. Gracias y que Dios los bendiga”


 

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Los momentos de Michael en el cine...



 
Javon: Su pasatiempo favorito era ir al cine. Le encantaba llevar a los niños, especialmente a todas las grandes superproducciones de acción como spiderman o transformers. Hay un gran multiplex en las palmas de las manos, que es donde queremos generalmente ir.

Nosotros llamamos un día o dos de anticipación y hable con el gerente, que si nos podían ofrecer a un lado una pantalla para una vista privada. El único momento que fue un problema fue para spiderman 3. Él quería ir el día de la apertura. Llamamos al gerente y dijo que no creía que pudiera cerrar un teatro a corto plazo para el día inaugural.

El señor Jackson dijo que estaba bien: él quería verlo con una gran multitud de todos modos. A veces le gustaba mirar las cosas con una audiencia. Cada vez que quería hacer eso, yo iría a apartar los asientos. Luego esperaríamos para las previsualizaciones (anuncios) para comenzar y que apagaran las luces, Bill me avisaba por la radio que estaba caminando con el Sr. Jackson y los niños.

Yo encendía mi teléfono mientras Bill los dejaba para luego salir y estar junto a la puerta.

Bill: En cualquier momento que íbamos al cine, siempre insistió en llevar mantequilla en aerosol y salsa picante para las palomitas de maíz. Teníamos que tenerlos. A veces nos íbamos a al teatro, y yo estaría pensando que Javon pensaba que yo había traído a la mantequilla en aerosol y la salsa picante.

Cuando nos dimos cuenta de nuestro error, uno de nosotros tendría que correr a la tienda a comprarlos. A veces nos hubiera gustado que los gerentes detuvieran la película hasta que pudiéramos conseguir la mantequilla en aerosol y la salsa picante para entregárselo de forma segura.

No me importa lo que digan acerca de Michael Jackson tratando de actuar como lo hace un hombre blanco. ¿Cualquier persona insistiría en tener su propia mantequilla en aerosol y salsa picante en una sala de cine? Este hombre es negro, ghetto y caperuzo
 
Gracias al foro MJHideout


Para leer más extractos del libro: