Todos
sabemos el fuerte compromiso de Michael Jackson para ayudar a los pobres, especialmente
los niños. Esta es una HIStoria real de una niña de la República Dominicana,
que nació en una choza con un piso de tierra. Ahora con 41 años y gracias a
Michael Jackson, Lidia es madre, tiene un permiso de conducir, un trabajo, un diploma en
escuela secundaria y un título universitario en curso.
Cuenta
con suelo de moqueta, un refrigerador lleno de alimentos, una ducha caliente
cada mañana, y una gran HIStoria que contar acerca de cómo llegó a este punto
en su vida.
Hace
décadas, en los años 80, Lydia Knight, una niña desfavorecida de la República
Dominicana, consigue su primer par de zapatos nuevos! Demostrando solamente que
un pequeño acto de bondad puede cambiar totalmente la vida de las personas.
Cuando
tenía unos 10 años de edad, los voluntarios llegaron a su pueblo y le midieron
los pies a los niños, con la promesa de volver con nuevos zapatos hechos para
ellos. “No podía creer que alguien me
enviara esto - era como, he oído esto antes”, dice Lidia. Muchos comités
misioneros llegaron a la República Dominicana, pero llegarían a su pueblo o no
tendrían nada para Lydia?
Esta
vez, sin embargo, había algo para Lidia. Su primer par de zapatos nuevos.
Los
zapatos vinieron de un proyecto patrocinado por Michael Jackson. Lidia y los
otros niños también recibieron un par de calcetines, una mochila llena de
útiles escolares y un pequeño estéreo portátil que tocaba música de Michael
Jackson.
Desde
entonces, la vida de Lidia era diferente. La escuela fue divertida porque tenía
nuevos cuadernos, lápices de colores y zapatos, y ella no tenía que sentirse
avergonzado de no tener nada. Ella dice que los zapatos y la música eran la
prueba de que había una mejor forma de vida para ella, en alguna parte. Sus
propias amigas ya estaban empezando a tener bebés, cayendo en el mismo patrón
de edad de la pobreza y la tristeza.
Lidia
sabía que merecía algo mejor. “La semilla
fue plantada en mi corazón. Yo sabía que tenía que salir de allí”, dice
ella. “Yo estaba decidido a cambiar algo,
y eso no pasaría si me quedaba en la República Dominicana. Llegué a creer que
podía hacerlo.” “Michael Jackson me inspiró a soñar, cuando pensé que no estaba
permitido hacerlo. No me enseñaron a soñar”, dice Lidia. “Estoy agradecida por esta nueva transición
en mi vida, la cual puedo mejorar… y no creo que Dios me trajese aquí para que
me detenga.”
Lidia
actualmente trabaja como camarera, es madre y comenzará su segundo año de la
universidad Girardeau Partnership. Su madre y su hermano viven ahora en Nueva
York, y su hermano mayor y dos hermanas siguen viviendo en la República
Dominicana.
Ella
ha decidido perseguir sus objetivos, cuando la mayoría de nosotros nos rendimos
después de escuchar uno o dos veces ‘NO’?
Una
vez más, Lidia dice que se acuerda de su primer par de zapatos y lo que
aprendió de la atención y la generosidad de un extraño.
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