Michael
tenía una naturaleza generosa. E incluso a una temprana edad, tenía un espíritu
empresarial también. Cada vez que recibía su paga semanal, Michael se la
gastaba en dulces. Montó una tienda de dulces en la parte trasera de nuestra
casa, así podía invitar a los niños del vecindario.
Intentaba enseñar a Michael acerca del mundo a través de documentales. Un día, Michael y yo vimos una película sobre los niños más desafortunados en África. La situación de sus vidas hizo que ambos acabáramos llorando. Michael, a sus 14 años de edad, se volvió hacia mí y dijo: “Un día, madre, yo voy a hacer algo al respecto”.
Varios años más tarde, lo hizo. Michael me sorprendió en un viaje a Nueva York. Salimos al hangar del aeropuerto y fui testigo de las cajas de alimentos, bienes y provisiones de auxilio que estaban siendo embarcados en varios aviones que se encontraban sobre el asfalto. Me sentí orgullosa de saber que mi hijo había cumplido su promesa, estaba enviando ayuda a África. Su generosidad no acabó ahí. Las donaciones a instituciones de beneficencia y los años trabajando para niños con discapacidad de todo tipo continuaron. Michael a veces salía por la noche y al azar ofrecía ciento de dólares a las personas sin hogar que se encontraba. Él valoraba mucho menos el dinero que lo que hacía, su objetivo era hacer diferente la vida de las personas e inspirar al mundo a cambiar para mejor.
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Katherine Jackson,
extracto del Libro “Never Can Say Goodbye”
"Dar
a alguien un pedazo de tu corazón vale más que todas las riquezas en el
mundo" MJ.
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Al
leer este pequeño extracto del libro se me llenaron los ojos de lágrimas :´(
El solohecho de saber que cumplió su promesa a su madre es admirable e inspirador.
El solohecho de saber que cumplió su promesa a su madre es admirable e inspirador.