30 años después: Así aterrizó el Victory Tour de Michael Jackson en Jacksonville
El alcalde de entonces, recuerda los eventos que hicieron posibles los tres concietos en el Gator Bowl
El lunes se cumplen 30 años de los que muchos consideran los mejores conciertos de todos los tiempos en Jacksonville.
El Victory Tour de Michael Jackson viajó por 10 ciudades de América de julio a diciembre de 1984.
Lo normal no era que Jacksonville hubiera tenido la oportunidad de conseguir ser uno de esos diez puntos, pero así fue. De hecho, la gira no sólo llegó a Jacksonville, sino que los hermanos Jackson hicieron tres conciertos seguidos en el Gator Bowl, el estadio de fútbol de la ciudad por entonces.
El fútbol fue el catalizador para que esto ocurriera. El entonces alcalde, Jake Godbold, convenció al Rey del Pop para que acudiera a la ciudad.
En 1979, tras perder la oportunidad de traer a la ciudad a los jugadores del Baltimore Colts, el alcalde consiguió una reunión con los principales dueños de la NFL para intentar conseguir que se celebrara la siguiente Super Bowl en Jacksonville. Godbold presentó su candidatura a Sullivan, el dueño de los Patriots.
En lugar de pensar en fútbol, Sullivan tenía una idea diferente.
"Me dijo, 'Alcalde, no puedo ofrecerte la Super Bowl ni un equipo de la NFL, pero te puedo dar algo que equivale a tres partidos de la Super Bowl... Tengo los derechos contractuales para el Victory Tour de Michael Jackson,'" recuerda Godbold.
"Va a ser el mayor espectáculo y el mayor concierto que se ha visto jamás y lo vamos a hacer en 10 ciudades, sólo 10, y vosotros (Jacksonville) seréis una de ellas" dijo Sullivan a Godbold.
"Y le dije, ¿en serio?... Demonios, claro ¡lo queremos!" dijo Godbold.
Kouvaris recuerda el día que supo que Jackson iba al norte de Florida.
"Lo divertido es que me fui a una cabina de teléfono y llamé a Tom. Le dije, 'Escucha, no vamos a conseguir la Super Bowl, pero Michael Jackson abrirá la gira el año que viene en Jacksonville con tres paradas' Tom se quedó virtualmente mudo al otro lado del teléfono."
Cuando la noticia llegó a Jacksonville, la locura era contagiosa. El reportero de la WJXT, Tom Wills viajó a Kansas, la primera parada de la gira de Jackson, para enseñar a los espectadores del noticiero News4Jax el aspecto de un concierto así.
Esta era la oportunidad que buscaba Godbold, la de unir a la gente de la ciudad.
"Una de las cosas que necesitabamos en Jacksonville era sentir orgullo de nosotros mismos, construir nuestra autoestima... necesitábamos algo que encendiera la mecha, que uniera a blancos y negros, a jovenes y viejos" contó Godbold.
El alcalde de entonces, recuerda los eventos que hicieron posibles los tres concietos en el Gator Bowl
El lunes se cumplen 30 años de los que muchos consideran los mejores conciertos de todos los tiempos en Jacksonville.
El Victory Tour de Michael Jackson viajó por 10 ciudades de América de julio a diciembre de 1984.
Lo normal no era que Jacksonville hubiera tenido la oportunidad de conseguir ser uno de esos diez puntos, pero así fue. De hecho, la gira no sólo llegó a Jacksonville, sino que los hermanos Jackson hicieron tres conciertos seguidos en el Gator Bowl, el estadio de fútbol de la ciudad por entonces.
El fútbol fue el catalizador para que esto ocurriera. El entonces alcalde, Jake Godbold, convenció al Rey del Pop para que acudiera a la ciudad.
En 1979, tras perder la oportunidad de traer a la ciudad a los jugadores del Baltimore Colts, el alcalde consiguió una reunión con los principales dueños de la NFL para intentar conseguir que se celebrara la siguiente Super Bowl en Jacksonville. Godbold presentó su candidatura a Sullivan, el dueño de los Patriots.
En lugar de pensar en fútbol, Sullivan tenía una idea diferente.
"Me dijo, 'Alcalde, no puedo ofrecerte la Super Bowl ni un equipo de la NFL, pero te puedo dar algo que equivale a tres partidos de la Super Bowl... Tengo los derechos contractuales para el Victory Tour de Michael Jackson,'" recuerda Godbold.
"Va a ser el mayor espectáculo y el mayor concierto que se ha visto jamás y lo vamos a hacer en 10 ciudades, sólo 10, y vosotros (Jacksonville) seréis una de ellas" dijo Sullivan a Godbold.
"Y le dije, ¿en serio?... Demonios, claro ¡lo queremos!" dijo Godbold.
Kouvaris recuerda el día que supo que Jackson iba al norte de Florida.
"Lo divertido es que me fui a una cabina de teléfono y llamé a Tom. Le dije, 'Escucha, no vamos a conseguir la Super Bowl, pero Michael Jackson abrirá la gira el año que viene en Jacksonville con tres paradas' Tom se quedó virtualmente mudo al otro lado del teléfono."
Cuando la noticia llegó a Jacksonville, la locura era contagiosa. El reportero de la WJXT, Tom Wills viajó a Kansas, la primera parada de la gira de Jackson, para enseñar a los espectadores del noticiero News4Jax el aspecto de un concierto así.
Esta era la oportunidad que buscaba Godbold, la de unir a la gente de la ciudad.
"Una de las cosas que necesitabamos en Jacksonville era sentir orgullo de nosotros mismos, construir nuestra autoestima... necesitábamos algo que encendiera la mecha, que uniera a blancos y negros, a jovenes y viejos" contó Godbold.
Flashback: Crónica del concierto de Jacksonville de 1984
(...) Los Jacksons vendieron las 45.000 entradas del Gator Bowl en el concierto de anoche. El show de una hora y 45 minutos tuvo grandes coreografías, lásers rojos y verdes, niebla de hielo seco, fuegos artificiales, imágenes en vídeo y teatralidad tipo "Star Wars" y fue virtualmente identico al que hicieron hace dos semanas en Kansas City.
La ausencia del tema de Jermaine "Do You Like Me?" y el añadido de nuevos efectos visuales fueron las únicas diferencias.
Los 15 temas no ofrecieron sorpresas. Igual que en Kansas City, la selección recaía mucho en los álbumes en solitario de Michael. Los supuestos momentos espontáneos como el cambio a "Human Nature" en medio de la introducción de "Ben" estaban en el guión.
Aun así, el concierto fue una delicada puesta en escena para el que parece ser un talento ilimitado de Michael, y ofreció una prueba más de que el ídolo del pop de 25 años se merece la atención mediática y de los fans que está recibiendo.
Abrieron con "Wanna Be Startin' Something," The Jacksons emergieron desde debajo del escenario y comenzaron un set lleno de estilo y funk. Hubo ocho temas de Michael, un par de Jermaine y varios clásicos del grupo como "Heartbreak Hotel," "Shake Your Body" y un medley de Motown con "I Want You Back," "I'll Be There" y "The Love You Save."
No hubo bises ni temas del nuevo álbum, "Victory", aunque un portavoz del grupo confirmó que el single actual "State of Shock" - probablemente será añadido la semana que viene en los conciertos del Madison Square Garden en New York.
Para ser un concierto al aire libre, las imágenes de vídeo seran inusualmente nítidas y claras, con primeros planos del grupo y los píes de Michael.
Los 45.000 fans eran en su mayoría jóvenes con buen comportamiento a
pesar de lashoras de espera, las puertas abrieron a las 5 p.m. pero el
show no comenzó hasta las 9:40 p.m.
Pero una vez que Michael apareció en el escenario con su chaqueta plateada, pantalón negro y guante, el público explotó en una sesión de agudos gritos que era en parte devoción y en parte acto reflejo.
A cada movimiento, a cada primer plano de la cara o los pies de Michael en la pantalla, cada canción arrancaba la misma respuesta: frenesí.
Michael mostró a sí mismo merecedor de tal devoción durante el concierto.
La mezcla del público, blancos, negros, adultos y niños, mostraron que Jackson se había convertido en el artista rompebarreras por excelencia.
Todos aman a Michael Jackson.
¿Por qué no? Canta mejor que Boy George. Sus vídeos so mejores que los de Duran Duran. Y es una rareza en la música pop, un artista misterioso que habla con suavidad y que parece apelar a la humildad, la compasión y la unidad racial más que el sexo, las drogas y el rock 'n' roll.
Pero la pregunta sigue ahí. ¿Merece la pena pagar los 30 dólares de la entrada?
Los encargados de la gira dicen que los altos precios están justificados por el show de alta tecnología.
Otros lo comparan con una producción de Broadway y señalan que esos cuestan hasta 50 dólares.
Pero recordemos que de los 35 millones de fans que compraron "Thriller," menos de 3 millones podrán ver esos conciertos.
Así que el "privilegio" de formar parte de este gran evento, que posiblemente acabará en la historia como la gira que más ha recaudado de todos los tiempos, podría acabar justificando el precio.
Desde un punto de vista crítico, el show no merece tanto como 30 dóalres (Aunque ¿qué concierto, que no sea una reunión de los Beatles, merecería tal precio?). Sin embargo, la experiencia de estar allí, al parecer, parece no tener precio, al menos para los miles de celosos jóvenes fans que han encontrado a un nuevo héroe.
(...) Los conciertos de Kiss y Styx eran espectáculos, pero nada comparado con lo que hicieron los Jacksons.
Para empezar, el show de los Jacksons es mayor. En su corazón hay siete ordenadores para controlar luces, lásers y sonido. Y otra docena para logística de la gira y management.
Además, los Jacksons son el primer gruop en usar robótica en el escenario. A la gente le encantaron los robots, aunque esa parte acabó cuando comenzó a desplegarse la música del grupo.
Dos criaturas con forma de araña intentan atrapar a Michael. Michael repta por el escenario como una serpiente en el calor de la batalla antes de ser salvado por la mágia y levitar lejos del peligro.
Reapareciendo momentos después en un punto elevado del escenario con una chaqueta roja como la que llevó en el vídeo de Beat It mientras empieza la canción.
Los trucos de alta tecnología son una cosa, pero Michael Jackson es otra. Él supera a la electrónica.
The Jacksons consiguen un equilibrio perfecto entre teatralidad y musicalidad. Todo el mundo ha acudido a ver a Michael Jackson cantando y bailando, mientras sus hermanos armonizan y sirven de cierto apoyo en los pasos de baile.
Pero una vez que Michael apareció en el escenario con su chaqueta plateada, pantalón negro y guante, el público explotó en una sesión de agudos gritos que era en parte devoción y en parte acto reflejo.
A cada movimiento, a cada primer plano de la cara o los pies de Michael en la pantalla, cada canción arrancaba la misma respuesta: frenesí.
Michael mostró a sí mismo merecedor de tal devoción durante el concierto.
La mezcla del público, blancos, negros, adultos y niños, mostraron que Jackson se había convertido en el artista rompebarreras por excelencia.
Todos aman a Michael Jackson.
¿Por qué no? Canta mejor que Boy George. Sus vídeos so mejores que los de Duran Duran. Y es una rareza en la música pop, un artista misterioso que habla con suavidad y que parece apelar a la humildad, la compasión y la unidad racial más que el sexo, las drogas y el rock 'n' roll.
Pero la pregunta sigue ahí. ¿Merece la pena pagar los 30 dólares de la entrada?
Los encargados de la gira dicen que los altos precios están justificados por el show de alta tecnología.
Otros lo comparan con una producción de Broadway y señalan que esos cuestan hasta 50 dólares.
Pero recordemos que de los 35 millones de fans que compraron "Thriller," menos de 3 millones podrán ver esos conciertos.
Así que el "privilegio" de formar parte de este gran evento, que posiblemente acabará en la historia como la gira que más ha recaudado de todos los tiempos, podría acabar justificando el precio.
Desde un punto de vista crítico, el show no merece tanto como 30 dóalres (Aunque ¿qué concierto, que no sea una reunión de los Beatles, merecería tal precio?). Sin embargo, la experiencia de estar allí, al parecer, parece no tener precio, al menos para los miles de celosos jóvenes fans que han encontrado a un nuevo héroe.
(...) Los conciertos de Kiss y Styx eran espectáculos, pero nada comparado con lo que hicieron los Jacksons.
Para empezar, el show de los Jacksons es mayor. En su corazón hay siete ordenadores para controlar luces, lásers y sonido. Y otra docena para logística de la gira y management.
Además, los Jacksons son el primer gruop en usar robótica en el escenario. A la gente le encantaron los robots, aunque esa parte acabó cuando comenzó a desplegarse la música del grupo.
Dos criaturas con forma de araña intentan atrapar a Michael. Michael repta por el escenario como una serpiente en el calor de la batalla antes de ser salvado por la mágia y levitar lejos del peligro.
Reapareciendo momentos después en un punto elevado del escenario con una chaqueta roja como la que llevó en el vídeo de Beat It mientras empieza la canción.
Los trucos de alta tecnología son una cosa, pero Michael Jackson es otra. Él supera a la electrónica.
The Jacksons consiguen un equilibrio perfecto entre teatralidad y musicalidad. Todo el mundo ha acudido a ver a Michael Jackson cantando y bailando, mientras sus hermanos armonizan y sirven de cierto apoyo en los pasos de baile.
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Fuente:Mjhideout
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