Érase una vez en la sagrada
tierra de Indiana, donde nació un mesías musical, llamado “King of Pop” después
de hacer historia con su música. Pero antes de ser “King of Pop” era
simplemente Michael Jackson. Este bondadoso y compasivo artista sentía una gran
empatía y dolor por toda la humanidad, especialmente por los niños, por los
animales y por la madre tierra. Quería curar al mundo con su amor y con su
música y fue incomprendido durante toda su vida.
Esta es una historia de
compasión de sus días de juventud.
Un
día de primavera, Majestik, un amigo cercano de la familia, y Michael, antes de
ser el Rey del Pop, estaban en la casa de éste, en Hayvenhurst, pasando el rato
juntos. Se dirigían al estudio que había detrás de la casa mientras iban
charlando entre ellos. Majestik estaba hablándole a Michael cuando se dio
cuenta de que éste se encontraba mirando hacia el suelo y llorando.
Le
dijo: “Michael, ¿qué estás haciendo?”
Michael
respondió con lágrimas resbalando por su cara, “Mira, es un pajarito, y está muerto!”
Majestik,
que no tenía la misma sensibilidad que Michael y con su mente en lo que estaban
hablando, le dijo, “Michael es solo un
pájaro. No podemos hacer nada ya. Vamos hombre, está muerto. Vámonos. Tenemos
que irnos. Vamos”
Michael
se detuvo mirándole y con su voz suave y su enorme corazón declaró, “Majestik, este era un
ser viviente con un corazón y un alma como nosotros, tenemos que hacer algo!”
Majestik
insistió enfáticamente, “¿Qué vas a
hacer, Michael? Ya está muerto. No hay nada que puedas hacer ya.”
Mientras
trataba de convencer a Michael de que siguiera adelante, se dio cuenta de que
Michael se encontraba de rodillas en el suelo cavando un agujero con sus
propias manos para enterrar al ave, mientras decía, “Tenemos que enterrarle. No podemos
simplemente dejarle aquí, y tenemos que rezar una oración por este pájaro.”
Cuando
terminó de cavar el agujero, colocó al pájaro en él y lo cubrió con tierra,
mientras terminaba de enterrarle acariciaba suavemente la tierra con sus manos,
entonces se levantó e insistió a Majestik para que se quedara con él allí
mientras decían juntos una oración junto a la tumba del ave. Michael pidió a
Dios que bendijera al pajarillo y lo llevara al cielo.
Después
de la oración, Majestik apremió a Michael diciendo, “Está bien, vámonos ya. Tenemos trabajo que hacer. Vamos. Ya está hecho
todo. Vámonos!”
Pero
Michael, ignorando sus ruegos se dio cuenta de que el pajarito se había caído
de un nido de un árbol cercano. De repente, subió por el árbol hasta donde
estaba el nido y lo fijó cuidadosamente para que ningún otro pajarito pudiera
caer y morir.
La
misión que Dios le había encomendado para aquel día de primavera había sido
completada, entonces bajó del árbol, se sacudió las ropas y continuó con
Majestik hacia el estudio a trabajar.
Bom dia, Gema! Beijos do Brasil!
ResponderBorrar**Linda história sobre o nosso anjo Mike.
♥♥♥
Também saudações amigo. Sim, a bela história que eu compartilhei.
ResponderBorrarYa había leído la historia antes. Me parece preciosa
ResponderBorrarPero en la repetición esta el gusto jajaja es verdad es preciosa y demuestra lo buena persona que era MJ.
ResponderBorrarSaludos de Gema.
Saludos
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