King!

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sábado, 15 de noviembre de 2014

“Michael Jackson: En Busca de Neverland” por Gloria Rhoads Berlin. (2ª parte del capítulo 5º) / "Michael Jackson: In Search of Neverland" by Gloria Rhoads Berlin. (Part 2 of Chapter 5 th)



Continuamos con  2ª parte del capítulo 5º




La semana entera que pasamos en el rancho pasó demasiado rápida para mí. Saboreé cada momento y aprecié las ideas de Michael.

Le pregunté, “Michael, ¿por qué te gustan tanto los niños?”

Él dijo, “Es difícil que consiga estar rodeado de niños, Gloria. Cada vez que veo la cara de un niño, veo a Dios brillando en sus ojos. Normalmente estoy rodeado de adultos y jóvenes que vienen a mis conciertos. Vengo de una gran familia pero no sé si podré tener hijos propios. Sólo quiero convertir esto en un paraíso para mí mismo y para los niños. Sólo quiero compartir los placeres de la vida con ellos.”

Esa tarde estábamos sentados a la orilla del lago, frente a la casa, cuando Michael ofreció, “¿Quieres beber algo?”

Dije, “Sí, quizá beba algo. He visto una fuente cerca de la casa de invitados. Iré a beber de allí.” Michael dijo, “Ok, o también puedes coger una botella de agua de la nevera.” Llevaba la nevera consigo. Siempre llevaba una nevera por el rancho, especialmente cuando íbamos a caminar durante horas.

El viento de verano soplaba fuerte y cálido desde el Parque Nacional de los Padres. Me apetecía saltar al lago pero no nado muy bien, así que no me atrevía. Cuando se lo dije a Michael, me dijo, “Bueno, no lo hagas si no sabes nadar. No sería capaz de rescatarte.”

Entonces decidimos darnos un chapuzón en la piscina, y volvimos paseando hacia el espacio de recreo que rodeaba la casa, junto a la piscina.

Cuando estábamos en el rancho, también visitamos el rancho de John y Bo Derek. Michael llegó a caballo y cabalgó por el prado con ellos. Tenían una cuadra con caballos, y estuvieron trotando a caballo por los alrededores con Michael. Yo estaba sorprendida de verle cabalgar a caballo como un cowboy. Nunca imaginé que pudiera hacerlo.

En el cuarto día de esta imponente aventura de nuestra exploración por el rancho, Michael empezó a confiarme algunos de sus sueños.

Michael tenía una jirafa y su cría en la casa de Encino. Dijo que las traería a Neverland para que recortaran y podaran los árboles que rodeaban la Mansión Tudor. Estaba impaciente por trasladar a sus animales desde Encino, lejos de las demandas de los inspectores de Control Animal de Los Ángeles.

Le conté mi reciente y desafortunada experiencia con el oficial de Control Animal en Encino, quien trató de confiscar mi perrito y llevárselo delante de mis propios ojos. Me metí en tal pelea con el agente que fui arrestada, incluso encarcelada, y tuve que acabar pagando una fianza!

Michael reía y reía. Decía, “Caramba, estoy muy orgulloso de que terminaras luchando por el arresto de tu perro contra el Departamento de Regulación Animal. Me cuestan mucho pesar y dinero y no me dejarán en paz. Siempre tenía unas cuantas citaciones en Encino, en las puertas de la casa. Llamaban y llamaban al timbre pero no podían entrar. Incluso tenían órdenes de arresto contra mí, pero no podían encontrarme porque estaba de gira.”
En nuestro quinto día en Neverland, Michael todavía se estaba riendo de mi arresto. Mucha gente habría dicho que no se lo hubiera contado porque podría haberme despedido como su agente. Después de todo, un famoso probablemente no querría que le representara un agente que ha ido a la cárcel a cuenta de un perro. Pero Michael pensaba que era la cosa más divertida que había escuchado nunca, y yo apreciaba su maravilloso sentido del humor.

Siguió siendo fiel a mí, me dio un abrazo y me confió, “Oh, eres la persona que necesito. Amas a los animales tanto como yo.”

En el quinto día, Michael me preguntó por otras celebridades con las que había coincidido cuando trabajaba como actriz en la Fox, MGM, Columbia, Warner Brothers y Universal Estudios.

Empezamos a hablar de famosos y actores y de sus hábitos y habilidades. Michael y yo estábamos familiarizados con la industria discográfica y cinematográfica, así que hablamos de famosos con bastante talento y belleza, como Paula Abdul, Brooke Shields, Debbie Allen y Elizabeth Taylor. Él quería conocer cada detalle de Elizabeth Taylor e indagó hasta saberlo todo sobre ella en el tiempo en que estuve en MGM, cuando ella era una estrella allí.

Elizabeth Taylor y yo nos conocimos cuando yo tenía 16 años, acabamos compartiendo el mismo agente. Desgraciadamente, Kurt Frings me dejó, pero mantuvo a Elizabeth, a quien lanzó al estrellato. Lo que sorprendía a él también era que Elizabeth y yo habíamos compartido el mismo agente y que habíamos estado en MGM al mismo tiempo.

La curiosidad de Michael era infinita, y tenía la habilidad de hacerte una pregunta en menos de diez palabras para que tú le contaras un libro entero de historias en respuesta. Por eso digo que es uno de los hombres más inteligentes que he conocido en el mundo. Definitivamente no era Wacko Jacko; Michael era un genio.

Durante nuestra semana allí, Michael me dijo que se había enamorado del rancho en su primera visita porque había flores en cada habitación. Le dije a Michael que la razón de que hubiera flores en cada habitación de la casa (incluidos algunos baños), fue que yo le había pedido a Bill Bone que pusiera flores en cada habitación de la casa.

“Bravo!” replicó Michael. “¿De verdad hiciste eso?”

“Sí, lo hice, porque sé que adoras las flores.”

“Oh, dijo Michael, “Eres mi agente inmobiliaria favorita. Realmente conseguiste asombrarme.”

“Sí, quería que fueras feliz mientras veías la casa.” Dije.

De hecho, el dueño tuvo que gastar unos 250.000$ en flores para la casa principal y la de invitados. El Sr. Bone pudo devolver algunas de las flores del interior de la casa a la floristería; había hecho un trato, sabiendo que lo que quería eran los mejores arreglos florales para sorprender a Michael.

Otro aspecto de la casa que encantaba a Michael era que había pasadizos secretos. Había paredes que se movían con muchos lugares donde esconderse y una habitación del pánico donde nadie podía encontrarte. Bill Bone la construyó así por sus hijos. Esta era otra razón por la que era la casa perfecta para Michael Jackson, porque él sabía dónde esconderse de la gente. Jugando al escondite con Michael era imposible encontrarle en los 1.300m2 de casa. Michael aprendió rápidamente todos los pasadizos secretos y sabía qué botones pulsar para que los muros se abrieran y cerraran. Aprendió cada secreto y no necesitó muchas lecciones.

Michael tomó por costumbre deslizarse diariamente por la barandilla desde la segunda planta hasta la primera, a pesar de que su dormitorio estaba en la primera planta a la derecha de la entrada principal. Hay que subir y bajar algunos escalones para llegar al dormitorio principal, los dos enormes armarios de esta suite tenían 8 metros de largo por 4.5m. de ancho, lo que es el tamaño de un salón en muchos hogares. Había dos grandes cuartos de baño. Para él y para ella. Pero Michael ocupó los dos armarios y los dos baños.
Era su suite real, tan magnífica que la Princesa Diana habría dormido felizmente allí. A través de las ventanas podías ver los pájaros y las madreselvas con los colibríes picoteando la miel de las rosas. Era un encantado y alejado paraíso.

Entrar en cada cuarto de baño era como entrar en tu propio privado país de ensueño. Ambos baños, el de él y el de ella, tenían una gran bañera con Jacuzzi en su interior, y una sauna con un spa incorporado. No había necesidad de dejar la casa para conseguir cualquiera de esos servicios que te pudieran proporcionar, además había una sala de masajes con mesas especiales para masaje.

Mientras continuábamos conduciendo alrededor del rancho y hablando, Michael, básicamente planeaba la construcción de Neverland. Pasamos momentos fabulosos convirtiendo sus sueños en realidad… Michael seguía pidiéndome que subiera a los árboles con él. Yo sabía que me da demasiado miedo subir a un árbol. Michael podía trepar por un árbol igual que un chimpancé, balancearse arriba y abajo y bajar después tan rápido como fuera posible. Subir y bajar por un árbol no es lo que mejor sé hacer, y no podría ni intentar compararme con él. Michael no tenía miedo. A mí me daban miedo las alturas, subir a un árbol me asustaba. No encuentro práctico hacerlo a menos que tengas los pies firmes o seas un koala, y yo no soy ninguna de las dos cosas.

Mientras se aproximaba el final de nuestra visita; estábamos en el sexto día en el rancho, examinando más de cien lugares diferentes que interesaban a Michael. Como no era posible subir por las colinas a pie, éramos conducidos por T. Hayer, quien conocía el rancho muy bien, y nos lo había estado mostrando de parte de su patrón, Bill Bone.

En el rancho, tuve la oportunidad de preguntarle a Michael si había trabajado como cajero en el supermercado Gelson, de Encino, donde solíamos encontrarnos. Riendo me contestó, “Bueno, les pedí trabajo en broma por un par de días, cuando estaba haciendo The Wiz. Sin embargo, lo único que quería era salir de la casa y no quedarme allí donde quiera que mi padre estuviera, por eso corrí al super a pedir trabajo.”

Lo pregunté porque recordaba haber visto a Michael en el supermercado Gelson con el vestuario de The Wiz. Estaba detrás de un mostrador, cerca de un cajero pelirrojo, empaquetando comestibles para la gente.

“¿Por qué estabas allí?” pregunté.

Michael rió, “Pensé quedarme a trabajar en Gelson, pero tenía un trabajo mejor, haciendo The Wiz y grabando discos con Quincy Jones. Si me hubiera quedado trabajando como cajero en Gelson, no estaríamos aquí en el rancho!”

Michael fue poniéndose cada vez más pensativo, después, tranquilamente, empezó a compartir algunos de los momentos de su carrera conmigo.

“Los momentos de más éxito de mi carrera han sido también los más solitarios. Estoy rodeado por miles de maravillosas y animadas personas por todo el mundo, pero no existe ninguna persona especial para mí. Algunas veces me siento extremadamente solo. Los conciertos son fantásticos pero después, estoy siempre solo.” Eso es lo que Michael me dijo.
Había visto a Michael en concierto, y después de haber presenciado esa magnífica actuación podía entender lo que me estaba contando: que viajaba con una sensación de vacío.

Michael susurró, “Gloria, me siento como si estuviera bailando en lo alto de un alambre en el circo más inmenso, sin una red debajo. No hay nadie allí, no hay red, y yo tengo que dar lo mejor de mí mismo y permanecer en lo alto de ese alambre para lograr más éxito de un país a otro.”

Yo estaba asombrada de que él estuviera descubriéndome tanta inseguridad directamente desde su corazón. Compasivamente, eché mis brazos alrededor de Michael y le abracé y le abracé hasta que lanzó un profundo suspiro.

Mientras charlábamos, me di cuenta de que Michael había ido de gira por muchos países, pero había podido ver muy poco de ellos. Bill Bray, su jefe de seguridad y ahora director ejecutivo, le encerraba en su habitación por su propia protección y seguridad del resto del mundo. Bill Bray también sabía que Michael tenía que dormir, así que se aseguraba de que Michael estuviera en su habitación por la noche y se quedaba un rato haciendo planes para la próxima parada del tour.

A veces Bill salía y dejaba a Michael con la puerta de la habitación cerrada para que no pudiera salir. (Por su propio bien, no salía solo a ninguna parte sin Bill Bray.) Michael me dijo que esto le hacía sentir muy solo y abandonado. Pero, por supuesto, él entendía y apreciaba lo que Bill Bray hacía por él, Bray había estado trabajando cuidando de Michael desde que éste tenía cinco años de edad.

Algunas noches solitarias, me dijo Michael, simplemente abría la ventana de su habitación y hablaba con la luna. La luna le daba fuerza, energía, inspiración; se sentía reconfortado por su poder mágico. Aunque no hubiera nadie más alrededor, al menos podía tener una conversación con la luna.

Los lujosos beneficios de ser el Rey del Pop eran soberbios, por supuesto. Era maravilloso viajar alrededor del mundo y visitar magníficas ciudades y grandes hoteles, y Michael me dijo que recibía saludos de Jefes de Estado y de muchas personalidades de Europa, Japón y China.

Pero debido al ritmo de viajes de Michael alrededor del mundo, realmente no conseguía dormir ni descansar demasiado. A veces se preocupaba por sus coreografías y también por las actuaciones musicales de aquellos que trabajaban con él. Cada actuación original estaba centrada en Michael y, siendo él reconocido como el más grande artista del mundo, ninguno de los músicos, bailarines o cantantes podían dejar pasar la oportunidad. Michael tenía que sentirse más que libre para bailar con completo abandono y así poder conectar con sus fans.

Michael tenía muchas inspiraciones. A menudo se refería a su madre, Katherine, como la fuente de inspiración para asistir a las principales obras benéficas en muchas de las ciudades que visitaba. Michael también alababa y ayudaba a los hombres y mujeres militares que ponían su vida al servicio de nuestro país. Sus amigos especiales como Berry Gordy, Lionel Ritchie, Smokey Robinson, Diana Ross, Elizabeth Taylor, Brooke Shields y muchos cientos de otros artistas de talento que llegaron a su vida, eran también magníficas inspiraciones.

Sus millones de fans eran parte genuina de la extensa familia de Michael, desde que bailaba en la luna alrededor del mundo convirtiendo los sueños en realidad. “Hacer el Moonwalk formaba parte de mi alma y mi espíritu.” Me dijo. “Por eso bailé el moonwalk para Berry Gordy en honor del 25 aniversario de Motown.”

continuará 

Leer los anteriores capítulos:

Capítulo 3°

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