Una
de las series de conciertos más memorables en la historia de la Ciudad de
México se vivió a finales de 1993, cuando Michael Jackson y Madonna se
presentaron en tierras chilangas –casi- durante los mismos días.
Jackson
ofreció cinco conciertos en el Estadio Azteca, en los que reunió unas 500 mil
personas (es el mayor récord de un concierto internacional hasta ahora en el
DF), mientras que Madonna se presentó tres días en un foro formado por cuatro
gradas temporales levantadas en el área de la curva peraltada del
Autódromo Hermanos Rodríguez (sí, donde hoy está el Foro Sol).
En
ese entonces, los conciertos en la Ciudad de México no eran algo habitual, por
lo que tener a las dos figuras más importantes de la música en ese entonces
representaba un importante acontecimiento. Pero reunir a estas dos estrellas en
las mismas fechas y en la misma ciudad (y hasta con gran parte de la misma
gente) no fue casualidad.
La
TV vs. Ocesa
Por
aquellos años, el negocio del entretenimiento y la música en México estaba
prácticamente dominado por la empresa Televisa, que era el principal pedestal
para los cantantes a través de sus canales de televisión, estaciones de radio,
sellos discográficos y publicaciones.
Pero
a inicios de los 90, los iniciadores de lo que hoy es la empresa Ocesa, se
dieron cuenta del área de oportunidad que representaba traer conciertos
internacionales a México y, además de Madonna, trajeron a otras grandes
figuras, como Paul McCartney o Pink Floyd, a foros que hasta entonces eran poco
aprovechados, como el Autódromo Hermanos Rodríguez (que acababa de quedarse sin
Fórmula 1 por segunda vez en su historia) y el Palacio de los Deportes (que
desde los Juegos Olímpicos de 1968 no había recibido grandes eventos de manera
constante).
Cuentan
que la iniciativa de Ocesa fue tomada por algunos (muy) altos ejecutivos de la
televisora privada como una especie de afrenta, por lo que decidieron hacer uso
de todo su músculo para demostrar quién mandaba y decidieron ir por la mayor
estrella de ese entonces: Michael Jackson.
No
fueron las mismas fechas, pero casi
En
un principio, Michael Jackson vino a México a ofrecer tres conciertos, los
cuales estaban programados para el 29 y 30 de octubre y el 2 de noviembre;
pero después se anunciaron dos nuevas fechas para el 4 y 6 de noviembre, lo que
obligaba a recorrer el concierto del 30 para el 31. Sin embargo, esas fechas
estaban todavía lejanas a las de los conciertos de Madonna, que serían 10,
12 y 13 de noviembre. Casualmente, Michael Jackson, tras sus dos primeros
conciertos, tuvo un problema dental y le tuvieron que extraer una muela, lo que
obligó a posponer las fechas de sus presentaciones “por motivos de salud”.
Así,
los últimos tres conciertos del “Rey del Pop” en la Ciudad de México se
llevaron a cabo los días 7, 9 y 11 de noviembre, es decir, dos de ellos
quedaron intercalados con las presentaciones de Madonna. ¿Coincidencia? Hay
quien dice que la intención era realizar ambos conciertos el mismo día, pero
las autoridades del DF no lo permitieron… y casi impiden que Madonna se
presentara.
Salinas
y Madonna
Los
conciertos de la gira "The Girlie Show" de Madonna estaban, como le
gusta a ella, rodeados de escándalos y en el escenario solía, como hasta ahora,
jugar con símbolos religiosos, palabras altisonantes y situaciones sexuales.
Esto escandalizó a muchas “buenas conciencias” chilangas (y, de paso, sirvió de
excusa para algunos que no querían competencia), las cuales hicieron hasta lo
imposible por convencer a las autoridades de que el concierto de la “Reina del
Pop” fuera cancelado.
Como
la empresa que organizaba el concierto y el foro en el que se realizaría eran
prácticamente nuevos, esto estuvo a punto de lograrse debido a que (cuentan) no
les dieron los permisos correspondientes. Sin embargo, los organizadores
recurrieron a los más altos niveles y (también cuentan) fue el entonces
Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, quien terminó
autorizando la presentación. Eso sí, ningún político se atrevió a tomarse la foto
con Madonna, lo cual sí hizo Salinas con Jackson.
Coberturas
disparejas
En
los medios, la cobertura de ambos conciertos era dispareja: mientras la
televisión transmitió imágenes de la llegada de Michael Jackson con escenas del
aterrizaje de su avión captadas desde un helicóptero y lo siguió hasta el
momento en el que apretó el botón del semáforo de Migración, de Madonna
prácticamente no se supo nada hasta que llegó al escenario del Autódromo
Hermanos Rodríguez y dijo algunas groserías en español.
Los
conductores estrella de la estación WFM, parte de Televisa, se desplegaban
durante el día para dar las novedades de lo que hacía Michael Jackson, que en
realidad era poco, ya que se limitaba a asomarse unos segundos por la ventana
del hotel Presidente Chapultepec (en Polanco, hoy parte de la cadena
Intercontinental) para “saludar” a sus fans.
Así,
Charo Fernández, Martha Debayle, Jorge "el Burro" Van Rankin, Esteban
Arce, Eduardo Videgaray y Karina Velasco visitaban el Estadio Azteca para
presenciar los preparativos del concierto, volaban en el helicóptero para
transmitir desde las alturas y hacían guardias afuera del hotel para
entrevistar a los admiradores e imitadores de Michael Jackson que permanecían
día y noche con la esperanza de ver a su ídolo. En esos días, el cantante
empezaba con sus problemas generados de las denuncias de supuesto abuso de
menores y enfrentaba un juicio de derechos de autor, lo que (dicen), sumado a
sus problemas de salud, también hizo que su estancia fuera más bien apagada.
Sin
embargo, tuvo un par de actividades, como una visita privada al Presidente
Carlos Salinas de Gortari y su familia, y unas horas de shopping en una tienda
de discos de Polanco donde hasta firmó autógrafos.Todo esto hizo que la fiebre
por Michael Jackson en la Ciudad de México fuera mucho más fuerte que la
presencia de Madonna, además de que ir al concierto del cantante e “Thriller”
era más accesible.
Los
boletos
Mientras
que para ver a Michael Jackson en el Estadio Azteca se podían conseguir boletos
en la sección general (hasta arriba, pues) desde 40 “nuevos pesos” y 300 en
mejores localidades, para ver a Madonna era necesario pagar unos 500 “nuevos
pesos”. Asimismo, para ver a Jackson había disponibles cerca de 100 mil
localidades para cada una de las cinco fechas, mientras que para Madonna eran
tres conciertos y unos 40 mil lugares por día.
Así
que la visita de Michael Jackson fue más popular entre los chilangos e,
inclusive, con el tiempo se volvería histórica, porque fue la única que hizo en
toda su vida y fue parte de su última gran gira de conciertos. Es más, fue
tanta la expectación de ver a Michael Jackson en la Ciudad de México que hasta
el staff de Madonna compró boletos (o se los regaló Madonna) para asistir a uno
de sus conciertos en el Estadio Azteca, según reveló la cuenta oficial de
Twitter de Michael Jackson hace unos días. Los que en ese entonces escuchamos
en vivo a Michael Jackson y lo vimos hacer el famoso “moonwalker”, para minutos
después ser testigos de la manera en la que salió del escenario volando con una
mochila de propulsión, fuimos afortunados… y a Madonna, pues la vida nos dio
oportunidad de verla años más tarde.
Fuente: Chilango.com