A finales de 1994,
volaba regularmente desde Los Ángeles hasta Nueva York para fotografiar a
Michael en los estudios de Sony Music. A veces, llegaba el jueves y me quedaba
hasta el lunes o el martes, dedicando el sábado o el domingo para hacer las fotos.
Una vez, me quedé la semana entera y trabajamos haciendo fotos dos fines de semana
seguidos.
Recuerdo una tarde cuando estaba en mi hotel y sonó el
teléfono: “Por favor, espere, se pone Michael…” Su voz apareció al otro lado, “Steve, ¿puedes venir a mi apartamento? Necesito hablar contigo.”
“Por supuesto, Michael, voy a estar allí alrededor de
media hora”, dije.
Caminé unas cuadras hasta llegar a la Trump Tower, donde Michael se estaba quedando durante las sesiones de grabación del álbum HIStory. Cuando
llegué, su chef personal me dejó entrar y de inmediato salió dejándonos solos.
Después de charlar unos minutos, Michael fue directo al grano: “Steve, ¿Conoces la canción
Smile?”, dijo.
“Creo que sí,
Michael, pero no estoy seguro…”
“¡Oye! Te la voy a cantar.”
Para poder comprender mi reacción, debo decir que
yo nací y crecí en una pequeña ciudad al norte de Detroit, no era mi
expectativa llegar muy lejos o hacer muchas cosas en mi vida.
Aunque había trabajado como asistente para el fotógrafo personal de
Michael durante tres años, el ascenso súbito de posición en que me encontraba
en ese momento hacía que mi cabeza diera vueltas bastante rápido. Yo tuve conversaciones con Michael y nuestra relación de
trabajo era bastante amistosa, pero yo estaba aquí, un tipo sencillo de
Michigan, y este hombre estaba cantando una canción para
una audiencia de solo una persona. Yo.
Fue absolutamente maravillosa la claridad de su voz a capella. El vello de mis brazos se me erizó, me conmovió casi hasta las lágrimas, fueron
un par de minutos. Cuando terminó de cantar, Michael me preguntó si
conocía algo sobre la historia de la canción. Me tomé un par de segundos para
recuperar el aliento y murmurar una respuesta.
Durante las siguientes horas, Michael me
habló de Charlie Chaplin y específicamente sobre la película The Boy, y sobre Jackie Coogan, el niño actor que actuaba con Chaplin en la
película, y cómo la experiencia de Jackie trajo como consecuencia todas las
leyes que existen actualmente para proteger a los niños artistas. Michael era una fuente inagotable de información. Estuvimos discutiendo sobre el concepto de las fotos
para la portada del single de la canción.
En
las próximas dos semanas, estuvimos en el estudio. Michael no necesitaba decirme que esperaba que la sesión fuera
perfecta. Él me inspiro cuando cantaba la canción. Ambos
quedamos satisfechos con el resultado.”
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