ÁNGEL DE LA LUZ
Es difícil ver
ángeles, a pesar de que me he pasado horas mirando sus cuadros. Alguna gente
puede verlos sin mirar cuadros, y cuentan interesantes historias. Los ángeles
de la guarda son todos femeninos por ejemplo, cosa que no me sorprendió una vez
que lo averigüé. Un ángel del nacimiento, de los más jóvenes, se ocupa de cada
bebé cuando nace, mientras que otro ángel, más viejo pero no siniestro, ayuda a
los moribundos a abandonar este mundo sin pena o dolor.
Puedes rezarles a los
ángeles y ellos te escucharán, pero la mejor manera de llamarlos, me han dicho,
es reír. Los ángeles responden al encanto, porque de esto es de lo que están
hechos. De hecho, cuando la mente de las personas están nubladas por la rabia o
el odio, ningún ángel puede llegar a ellas.
No todos los ángeles
tienen alas - eso dicen los que les han visto - pero aquellos que tienen pueden
desplegar un abanico de plumas doradas y extenderlo por encima del mundo
entero. Si tuvieras ojos que pudieran mirar directamente al sol, verías un
abrumador ángel presidiendo allí; otro más sereno sonríe desde la luna.
Los ángeles pasan su
vida entera, que es eterna, dando vueltas alrededor del trono del Creador,
cantando Su alabanza. La gente con oídos agudos los han escuchado. Las armonías
de los coros angelicales son increíblemente complejas, dicen, pero el ritmo es
simple. “Es mayoritariamente una marcha” afirmó un oyente oculto. Por alguna
razón, este hecho es casi el mejor que he aprendido nunca.
Después de un tiempo
te sientes desolado oyendo de los ángeles que no puedes ver por ti mismo.
Cuando una avisadora de ángeles oyó esto, se quedó impactada. “¿No ver?” dijo.
“Pero tienes un ángel dentro de ti. Todo el mundo lo tiene. Lo puedo ver ahora
mismo, y pensé que tú también podías.” “No”, dije tristemente, y le pregunté
que cómo era. “¿Se parece conmigo?”
“Bien, sí y no,”
contestó la avisadora de ángeles misteriosamente. “Todo depende de lo que tú
pienses que eres. Tu ángel es un destello de luz posado en el centro de tu
corazón. Es más pequeño que un átomo, sólo tendrás que esperar. Una vez que te
acerques a él, tu ángel se expandirá. Cuanto más te acerques, más crecerá,
hasta que al final, en una explosión de luz, verás a tu ángel en su verdadera
forma, y justo en ese instante, también te verás a ti mismo.”
Así que ahora estoy
todo el tiempo buscando mi ángel. Me siento en silencio, mirando hacia mi
interior. No pasó mucho tiempo hasta que tuve una visión momentánea de algo. “¿Eres
tú, Ángel, manteniendo una vela?” Un destello y se fue. Sólo esto fue
suficiente para que mi corazón palpitara salvajemente. La próxima vez mi ángel
estará ondeando una lámpara, luego manteniendo una antorcha en lo alto, y
finalmente encendiendo una hoguera.
Esto es lo que la
avisadora de ángeles prometió, y ahora que he conseguido la visión de la
gloria, conozco lo suficiente para creer.
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