"Cuando
trabajaba en el estudio con Michael era muy habitual llevar una cesta de frutas
a cada estudio (para todos los cantantes, no solo para Michael) que podía
contener manzanas, bananas, naranjas, uvas y tal vez una granada. La mayoría de
la gente en el estudio disfrutaba con alguna fruta, particularmente las bananas
o las uvas, porque son muy fáciles de comer y no manchan demasiado. La granada
era ignorada habitualmente porque cuando empezabas a comerla te llenabas de
jugo rojo todas las manos, y se podría decir que no estaba bien visto.
Así que un día que estaba trabajando con Michael en su estudio vio la granada y sonriendo la partió con sus propias manos. Tenía zumo y semillas por toda su cara y manos ¡y no le importaba nada! Le encantaba el sabor dulce de la fruta.
Desde ese día me aseguré de que siempre hubiera granadas en su cesta de frutas porque le hacían muy feliz. Incluso cuando íbamos a los estudios de Florida o Nueva York intentaba encontrar granadas para él. Para mí era muy alentador trabajar con alguien a quien realmente no le importaba lo que la gente pensara o dijera de él. Era un talento único y asombroso".
Brad Sundberg. In the Studio with Michael Jackson.
Fuente: In the Studio with MJ
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