Robando
del mejor | Patricia Ward Kelly
La cantidad de respuestas que he recibido por mi artículo sobre Gene (Kelly) y la próxima producción teatral de An American in Paris me ha llevado a pensar sobre la creatividad, las influencias y la pregunta ¿de dónde viene el arte? En nuestras conversaciones, Gene contestó la pregunta por mí. “Creo que todo el mundo ha sido influenciado por los que vinieron antes que ellos, o los eventos o los hechos” dijo. “Lo mejor no florece simplemente de la tierra. Van recogiendo una semilla que se había plantado antes.”
La cantidad de respuestas que he recibido por mi artículo sobre Gene (Kelly) y la próxima producción teatral de An American in Paris me ha llevado a pensar sobre la creatividad, las influencias y la pregunta ¿de dónde viene el arte? En nuestras conversaciones, Gene contestó la pregunta por mí. “Creo que todo el mundo ha sido influenciado por los que vinieron antes que ellos, o los eventos o los hechos” dijo. “Lo mejor no florece simplemente de la tierra. Van recogiendo una semilla que se había plantado antes.”
Para Gene, las semillas fueron muchas. “Yo robé de todo el mundo” dijo. A veces era muy consciente de dónde cogía prestado, como cuando él y su hermano pequeño Fred fueron al Loew's Penn Theater en el centro de Pittsburgh y tomó los pasos del gran Bill Robinson. En la mente de Gene, Robinson era “el epítome y la quintaesencia de la perfección del claqué” (...)
No paró aquí. Gene también se fijó en pintura, escultura, atletismo, musicales, películas, libros. “Cuando más aprende un bailarín, mejor será”
Cuando mencioné el voraz apetito de Gene a la historiadora del baile Elizabeth Kaye, me dijo que le recordaba a su amigo Rudolf Nureyev. “Era como una enorme aspiradora, lo absorbía todo”. Cuando ella le preguntó sobre esto, él respondió con una sonrisa, “Sólo robo de los mejores!.
Aunque Gene apreciaba cuando la gente rendía homenaje a su trabajo, nunca disfrutó con las copias literales. Prefería, en cambio, ver cómo los artistas cogían sus pasos e ideas y las convertían en algo nuevo. Sobre el papel del artista, decía, “Si sólo sigue al líder y acepta lo que se ha hecho antes, naturalmente, esto le puede llevar a tener una gran habilidad. Pero si quiere cambiarlo de alguna forma y hacerlo distinto, entonces ya saltaría a una liga superior.”
Para Gene, Michael Jackson era alguien que dio este salto. Sus movimientos eran derivados, pero transformados de muchos préstamos en una nueva y excitante forma de arte. Como Gene, Michael tenía una asombrosa para imitar las cosas con precisión. Una noche cuando Michael nos invitó a su casa para cenar y discutir la posibilidad de que protagonizara una versión musical de Frankie and Johnny, en medio de su salón nos hizo una rendición exacta de "Ballin' the Jack" de Gene - no la versión estilo vodevil con Judy Garland de For Me and My Gal sino la sexy y mundana versión del difícil de encontrar especial de televisión de Pontiac de 1959. La interpretó hasta el más mínimo detalle, incluyendo el sombrero inspirado en Bill Robinson. Más tarde, ya sentados en la mesa de la cena, se lanzó en un copia casi perfecta de "Makin' Whoopee," diciendo que adoraba cómo Gene armonizaba con Donald O'Connor en la vieja canción de Eddie Cantor.
Yo estaba impactada por lo mucho que se parecían Gene y Michael. Ambos eran esponjas, cogiendo lo que necesitan, modificándolo y descartando lo demás. Viendo todo lo que hizo Gene y calcando sus movimientos, Michael absorbió una completa historia del baile - un rango de influencias desde el simple taconeo de Bill Robinson, al masculino ballet del ruso Adolph Bolm a la moderna ingenuidad de Martha Graham - y mucho más.
Gene apreció que Michael tuviera "respeto por la generación mayor," y que no llevara "en secreto" a aquellos que ayudaron a dar forma a su estilo. Para Gene, el baile era un asunto de influencias y todos los bailarines "tenían generaciones tras ellos". Como aconsejó a su amigo Fred Astaire años antes cuando alguien le había robado una de sus coreografías: “No deberías enfadarte por esto. Deberías sentirte alagado de que el tipo haya robado tu número. Es una forma sincera de alago. Eso me ha pasado a mí, y no me voy a sentir resentido. Me voy a enorgullecer de ello”.
Fuentes: Examiner.com / MjHideout.com
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