La
entrega de premios se celebró en el Club de Mónaco Sporting Club. Michael fue
el último en hablar, como un punto destacado indiscutible del programa. Yo ya
estaba en el lugar y lo llamé poco antes de la actuación por lo que vino de inmediato.
Según los organizadores, su temprana llegada hubiera creado demasiada
confusión. Cuando llegó, todos los demás artistas se alineaban en la nave
lateral del escenario, y el príncipe Alberto solemnemente le dio el premio “Artista
del milenio”, haciendo hincapié con palabras entusiastas en la importancia: “Cuando dentro de mil años miremos hacia
atrás en la historia de la música pop, ningún artista será recordado con tanto
respeto, como Michael Jackson.” Michael agradeció cortésmente al Príncipe, pero
luego se volvió para deleitar a los fans y les aseguró:
“¡Ustedes son la razón por la que sigo
haciendo lo que hago!”
Lo
cual fue recibido con una ovación de pie.
Una
vez más hubo representantes de la "Mercedes", para dar por fin un
"Smart" a Michael. Le dieron un certificado de registro del vehículo
y las llaves, y después de los premios nos mostraron un pequeño coche en un
garaje subterráneo. Michael no pudo evitar reír al ver el coche. Mirando a
través de la puerta abierta, trató de imaginar lo que podría ser el Smart - Ese
especie de juguete- vehículo eléctrico en el rancho. No estaba muy seguro de lo
que querían de él los chicos de "Mercedes", pero amablemente les dio
las gracias por el maravilloso regalo:
“¡Oh, muchas gracias!”.
El
Smart era obviamente demasiado pequeño para él... en un folleto del
"Smart", que dejaron los empleados de "Mercedes", vio una
foto de "una torre de cristal" con coches Smart en el interior. Esta
"torre", una especie de garaje de varios pisos, con paredes
transparentes con capacidad de hasta treinta Smart, fueron construidas con
fines promocionales. Michael estaba completamente encantado, y ahora a toda
costa, quería la misma "elegante torre" en su rancho!
“¡Dieter, eso es lo que quiero!”
A
la mañana siguiente llamé a "Mercedes", y, para mi sorpresa,
estuvieron de acuerdo:
“Está bien, le daremos la torre”.
Michael,
condujo realmente una vez el Smart negro, que recibió como regalo, por el
Principado de Mónaco. Es cierto que no hemos ido muy lejos. Iba de compras a
FNAC, un gran centro comercial, y el coche pequeño estaba acompañado por dos de
nuestras furgonetas grandes… El movimiento era tan lento que los guardias
podían correr al lado. Pero los fans, que se encontraban en gran número,
también corrían tras él, llegando a ser intrusivos. Más y más fans rompieron la
defensa, e hicieron tambalear un poco el Smart, así que teníamos miedo de que
lo dieran vuelta. Por lo tanto, en un lugar más o menos seguro Michael se mudó
a nuestro coche.