Estaba paseando por la playa un día de invierno.
Mirando hacia abajo. Vi como una ola empujaba una pluma hacia la orilla. Era
una pluma de gaviota manchada de aceite. La cogí y sentí en mis dedos la oscura
película de grasa. No pude evitar preguntarme si el pájaro había sobrevivido.
¿Estaba todo bien ahí afuera? Sabía que no.
Me sentí triste al pensar en lo descuidadamente que tratamos nuestro hogar. La Tierra que todos compartimos no es solo una roca arrojada al espacio, sino un lugar donde vivir, nutriendo vida. Ella cuida de nosotros; merece que le devolvamos nuestro cuidado. Hemos estado tratando a la Madre Tierra del modo en que alguna gente trata un apartamento alquilado. Simplemente lo destrozan y se van.
Pero no hay ningún lugar a donde irse ahora. Hemos llevado nuestra basura, nuestras guerras y nuestro racismo a cada parte del mundo. Debemos empezar a limpiarlo, y eso significa limpiar primero nuestros propios corazones y mentes, porque ellos nos conducen a envenenar nuestro querido planeta. Cuanto antes cambiemos, antes se sentirá nuestro amor por la Madre Tierra y el amor que ella desinteresadamente nos devuelve. – Michael Jackson
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