Bueno, llegamos al final del libro “Michael Jackson: En busca de
Neverland” una gran historia contada gracias a la señora Gloria
Rhoads Berlin y que sin duda alguna nos hizo conocer un poquito más a Michael,
nos hizo soñar con aquel lugar tan mágico llamado Neverland ese lugar al que
tod@s soñamos con algún día conocer.
Capítulo 8
Una cita con el destino
¿Dónde estaba yo cuando Michael Jackson murió? Estaba en el
mismo supermercado Gelson donde Michael y yo solíamos encontrarnos cuando él
era joven.
La última vez que había hablado con él fue en el Hotel
Beverly Hilton, unos tres años antes. Michael estaba saliendo de una reunión
con un grupo de hombres de negocios. Michael se acercó y me abrazó y dijo, “Hola, ¿cómo te va?”
Le dije, “Estoy bien. ¿Cómo estás tú? Te veo maravilloso.”
Le pellizqué en la mejilla.
Me dijo, “Bueno, estoy en una reunión con estos señores para ir a Japón
otra vez. Están planeando un festival allí y querrían que actuara.” Eso fue todo, y entonces me dijo
adiós mientras corría rápidamente hacia la limo.
Esa fue la última vez que vi a Michael Jackson.
Naturalmente, me preguntaba cómo lo pasaba en Neverland, pero nunca tuve la
oportunidad de preguntárselo.
El día en que falleció, yo estaba comprando en Gelson y me
dirigí hacia un publicista del espectáculo amigo mío. Nos paramos en la
floristería y empezamos a hablar. Su madre se había mudado a una casa nueva que
él le había comprado y le estaba comprando flores en Gelson.
De repente recibió un mensaje de texto de alguien de UCLA.
Le habían informado que Michael Jackson había fallecido. Se volvió y me contó
las noticias.
Oh, me quedé tan aturdida. Casi me desmayé y empecé a caer
hacia adelante. Estaba tan alterada que empecé a gritar mientras él me sujetó
para que no me cayera. Entonces corrí inmediatamente al teléfono, pregunté al
gerente si podía usarlo para llamar a mi hijo. Él solía jugar con los hermanos
Jackson en su casa cuando eran mucho más jóvenes, y pensé que querría saberlo.
Entonces el gerente empezó a contárselo a todo el mundo en
el supermercado.
Compré una tarjeta y escribí una nota de pésame para la
familia Jackson, compré tres grandes bouquets de flores blancas y corrí hacia
la casa a dejar la tarjeta en el buzón. Había ya unos 24 fotógrafos y 20
camiones de prensa allí, esperando a los otros miembros de la familia Jackson
que llegaban del Hospital de Los Ángeles.
Fue espantoso y muy desconcertante. Fue una trágica pérdida.
Estuve profundamente apenada durante varias semanas, sintiendo una gran empatía
por Katherine, Joe y los tres hijos de Michael.
Cuando estaba en Gelson, el día, hora y minuto en que el
publicista me había dicho que Michael Jackson acababa de morir, sentí como un
frio dedo me golpeaba en el hombro, igual que cuando él jugaba al escondite
conmigo.
En realidad, era la voz de Michael la que escuchaba.
“Hola Gloria, solo vine a decirte adiós.”
Es como si pudiera escuchar sus palabras y su voz en mi
mente diciéndome adiós en el supermercado Gelson.
Eso es lo que creí que había pasado, y sentí un helado
escalofrío recorriendo mi espina dorsal. Por eso casi me desmayé. Quería
explicar lo cerca que me sentía de él. Estoy tan apenada de que se haya
marchado.
Michael Jackson fue una persona muy importante en mi vida y
verdaderamente creo que vino a decirme adiós el día que falleció.
Cuando pienso en Michael, sé que está mirando desde el
cielo, donde está bailando y cantando para siempre en los arcoíris de Dios. Hay
muchas historias de esperanza e inspiración jamás antes contadas que podría
compartir con ustedes. Sus intenciones fueron convertir Neverland en un
paraíso para todos los niños del mundo, y su espíritu vivirá allí para siempre.
Si deseas volver a leer este maravilloso libro visita la etiqueta “Michael Jackson: En busca de
Neverland” y vuelve a soñar con visitar aquel lugar
mágico.
****************
Tradución gracias al foro mjhideout.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario