Bruce
Springsteen fue a ver el Victory Tour en Filadelfia y luego él y Michael tuvieron
una conversación detrás del escenario. Este es un artículo de la revista People año 1984 en la cual redactan tal encuentro.
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Bruce Springsteen
conoce a Michael
Se
había corrido la voz. La gente esperaba. El monarca y el Jefe del rock -
Michael Jackson y Bruce Springsteen - iban a conocerse por primera vez, y 25
miembros e invitados de la gente de Jackson se habían congregado en la
recepción de la suite de Jackson en Philadelphia para presenciarlo. Se sentía
la historia.
Springsteen, de 35 años, entró primero, calzaba botas, tejanos, una camisa de manga corta enrollada para dejar sus bíceps a la vista, barba de dos días y pañuelo rojo al cuello, como si su cuerpo necesitara un torniquete para cortar toda la energía de sus días libres. Luego entró Jackson, de 26 años, fresco tras una ducha postconcierto. Llevaba una camisa rosa sobre una camiseta blanca, pantalón rosado con la pernera tan larga que acababa en acordeón sobre sus zapatillas de estar por casa azules con sus iniciales bordadas en oro. Parecía como un amigable escolar rico cuya curiosidad quería saberlo todo sobre aquél hombre trabajador.
Se les dejó espacio y ambos se quedaron allí de pie.
"Hola," dijo Jackson, extendiendo su mano. "Acabo de leer un artículo sobre ti en la revista People. Es muy bueno."
"Oh, gracias," sonrió Springsteen. "He disfrutado realmente de tu concierto de hoy."
"He oído que haces conciertos largos. ¿Cuánto duran?"
"Oh, unas tres horas."
"¿Cómo lo haces? ¿Te tomas un descanso?"
"Si, como media hora. Funciona bien, supongo"
Una cámara dispara. Los ojos de Jackson miran alrededor sin parar lo suficiente para ver. Parece ansioso por pensar en otra pregunta, de la misma forma que parece ansioso en el escenario, cuando acaba una canción por empezar la siguiente. Springsteen chupa un cubito de hielo.
"¿Compusiste el tema Fire [para Pointer Sisters]?" preguntó Jackson.
"Si, fue muy rápido. Me llevó unos 10 minutos. Pero no compongo cuando estoy de gira ¿Tú puedes?"
"No," dijo Jackson, "Hay demasiado de lo que ocuparse."
No sabe dónde colocar sus manos, las cruza ante él, luego se las coge por detrás, luego se las pasa por el cinturón. En una televisión cercana suena un tema reggae y comienza un paso de baile, luego se para.
¿No podía decirle simplemente a Springsteen que pasara a la habitación para charlar como dos seres humanos normales, quizá para descubrir que a ambos les gustaba ver las reposiciones de la serie The Honeymooners? ¿O era la ansiedad de la intimidad quizá peor para él que la de ocupar el centro de un escenario?
Springsteen, de 35 años, entró primero, calzaba botas, tejanos, una camisa de manga corta enrollada para dejar sus bíceps a la vista, barba de dos días y pañuelo rojo al cuello, como si su cuerpo necesitara un torniquete para cortar toda la energía de sus días libres. Luego entró Jackson, de 26 años, fresco tras una ducha postconcierto. Llevaba una camisa rosa sobre una camiseta blanca, pantalón rosado con la pernera tan larga que acababa en acordeón sobre sus zapatillas de estar por casa azules con sus iniciales bordadas en oro. Parecía como un amigable escolar rico cuya curiosidad quería saberlo todo sobre aquél hombre trabajador.
Se les dejó espacio y ambos se quedaron allí de pie.
"Hola," dijo Jackson, extendiendo su mano. "Acabo de leer un artículo sobre ti en la revista People. Es muy bueno."
"Oh, gracias," sonrió Springsteen. "He disfrutado realmente de tu concierto de hoy."
"He oído que haces conciertos largos. ¿Cuánto duran?"
"Oh, unas tres horas."
"¿Cómo lo haces? ¿Te tomas un descanso?"
"Si, como media hora. Funciona bien, supongo"
Una cámara dispara. Los ojos de Jackson miran alrededor sin parar lo suficiente para ver. Parece ansioso por pensar en otra pregunta, de la misma forma que parece ansioso en el escenario, cuando acaba una canción por empezar la siguiente. Springsteen chupa un cubito de hielo.
"¿Compusiste el tema Fire [para Pointer Sisters]?" preguntó Jackson.
"Si, fue muy rápido. Me llevó unos 10 minutos. Pero no compongo cuando estoy de gira ¿Tú puedes?"
"No," dijo Jackson, "Hay demasiado de lo que ocuparse."
No sabe dónde colocar sus manos, las cruza ante él, luego se las coge por detrás, luego se las pasa por el cinturón. En una televisión cercana suena un tema reggae y comienza un paso de baile, luego se para.
¿No podía decirle simplemente a Springsteen que pasara a la habitación para charlar como dos seres humanos normales, quizá para descubrir que a ambos les gustaba ver las reposiciones de la serie The Honeymooners? ¿O era la ansiedad de la intimidad quizá peor para él que la de ocupar el centro de un escenario?
Michael parece buscar algún objeto. "Mi secretaria, Shari, te quiere para Navidad" dijo, poniendo su brazo alrededor de su cintura y metiéndola entre ellos.
"¿Por qué no para Acción de Gracias?" dijo Springsteen entre risas mientras los tres posaban para el fotógrafo personal de Jackson.
"¿Hablas con la gente durante tus conciertos?" preguntó Jackson. "He leído que lo haces."
"Si, les cuento cosas. He aprendido que a la gente así le gusta escuchar tu voz además de cuando cantas. Se vuelven locos cuando simplemente... hablas."
"Oh, yo no podría hacerlo. Parece que la gente podría saber algo de ti que no deberían."
"Más o menos te entiendo, las canciones son una protección. Pero recuerdo una vez que toqué a beneficio de los veteranos Vietnam y tuve que salir al escenario a presentar a un tipo que era presidente o algo, y no tenía mi guitarra. Tio, estaba temblando. Me di cuenta que era la primera vez en 15 años que estaba en el escenario sin ella, y nunca he estado más nervioso en mi vida."
La voz de Jackson se hizo más débil, nadie podía escucharla. "¿Te gusta hablar ante toda esa gente? Es como extraño."
"Si, es raro, ¿no?"
Jackson toma aire y da un paso hacia la puerta. Las botas de Springsteen siguen allí plantadas. Rompe la pausa. "Cuánto tiempo has ensayado para esta gira?" pregunta.
"Oh, uno o dos meses."
"Hay mucha coordinación en el show."
"Si, hay mucha tecnología... acabaremos en diciembre. Luego vamos a hacer una película."
"Si, algo he escuchado, ¿con Steven Spielberg?"
"Si, de hecho hoy mismo he hablado por teléfono con él" dijo Jackson "Todavía no sabemos de qué irá la película, pero será con él."
Pausa. Las manos de Jackson se mueven al ritmo del tema reggae, sus ojos saltan como gorriones. "He leído que te vas a dormir nada más actuar. No puedes hacerlo ¿verdad?" preguntó Jackson.
"No, me siento bien tras un concierto porque creo que he trabajado duro. Me quedo despierto hasta las 4 de la madrugada o así. ¿Qué haces tú?"
"Veo la tele o leo" dijo Jackson. "No puedo irme a dormir"
"¿Nunca sales por ahí?" preguntó Springsteen.
"No puedo. Hay demasiada gente que me incomodaría... ¿Cómo decidiste que la revista People escribiera sobre tí?"
"Eché los dados," dijo Springsteen, moviendo la mano como si echara unos dados imaginarios.
"Oh," dijo Jackson, moviendo la cabeza. "Yo nunca me fiaría lo suficiente de nadie como para hacer eso."
Volvió a mirar alrededor de la habitación, su banco de preguntas se había quedado vacío. "Bueno, creo que tengo que irme" dijo con tranquilidad. "Ha sido realmente genial conocerte". Le dio la mano y se fue por la puerta hacia otra parte de la habitación.
Springsteen se entretuvo un rato. Antes había visto a Jackson hacer cosas durante más de hora y media en el escenario y parecía que no le costaba ningún esfuerzo. Pero esto era algo con lo que Springsteen parecía más familiarizado, 15 minutos de lucha de un ser humano.
"Sabes", dijo, escupiendo el cubito de hielo en su vaso, "Realmente es un verdadero buen tipo."
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