MIRA OTRA VEZ, BEBÉ FOCA
Una de las fotografías más conmovedoras de la
naturaleza es la de un bebé foca sola, acostada sobre el hielo. Estoy seguro de
que la han visto - la imagen parece ser todo ojos, la confianza de los ojos
oscuros de un pequeño animal mirando a la cámara y dentro de tu corazón-. La
primera vez que los vi, los ojos preguntaron: “¿Vas a hacerme daño?" Sabía
que la respuesta era sí, porque miles de focas bebés eran asesinadas cada año.
Muchas personas se conmovieron por el desamparo del
bebé foca. Dieron dinero para salvar a las focas, y la conciencia pública
empezó a cambiar. De regreso a la imagen, los dos ojos comenzaron a decir algo
diferente. Ahora ellos preguntaron: "¿Me conoces?" Esta vez no sentí
tanto dolor como el que sentía cuando el hombre inflige violencia a los
animales. Pero me di cuenta de que aún quedaba un gran vacío. ¿Cuánto sabía
realmente acerca de la vida en la tierra? ¿Qué responsabilidad sentía por las
criaturas fuera de mi pequeño espacio? ¿Cómo iba a llevar mi vida para que cada
célula de la materia viva se beneficiara también?
Creo que los sentimientos de todos aquellos que
empezaron a preguntarse acerca de estas cosas estaban cambiando desde el miedo
hacia mayor cercanía con la vida en su conjunto. La belleza y la maravilla de
la vida empezó a parecer muy personal, la posibilidad de hacer del planeta un
jardín para crecer todos empezaba a amanecer. Miré a los ojos del bebé foca, y
por primera vez sonrieron. "Gracias", dijeron. "Me has dado esperanza."
¿Es eso suficiente? La esperanza es una palabra tan
hermosa, pero a menudo parece muy frágil. La vida está todavía siendo
innecesariamente lastimada y destruida. La imagen de una foca bebé solo en el
hielo o una niña huérfana en la guerra todavía atemorizan por su impotencia. Me
di cuenta de que, finalmente, nada salvaría la vida en la tierra sino la
confianza en la vida misma, en su poder para curar, en su capacidad para
sobrevivir a nuestros errores y darnos la bienvenida de nuevo cuando aprendemos
a corregir esos errores.
Con estos pensamientos en mi corazón, miré a la
imagen de nuevo. Los ojos de la foca parecían ahora mucho más profundos, y vi
algo en ellos que no había visto antes: la fuerza invencible. "No me han
hecho daño", dijeron. "No soy un bebé solo. Soy vida, y la vida nunca
puede ser matada. Es el poder que me ha sacado del vacío del espacio, que se
preocupaba por mí y alimentaba mi existencia contra todos los peligros. Estoy
segura porque yo soy ese poder. Y tú también. Sé conmigo, y vamos a sentir el
poder de la vida juntos, como una criatura aquí en la tierra”.
Bebé foca, perdónanos. Mira a nosotros una y otra
vez para ver cómo lo estamos haciendo. Esos hombres que te golpean son también
son padres, hermanos e hijos. Ellos han amado y cuidado de los demás. Un día
extenderán ese amor a ti. Ten seguridad y confianza en ello.
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