La
demo de “Don’t Be Messin’ ‘Round” se encuentra entre docenas de temas inéditos
de las sesiones de Bad y nos proporciona un entendimiento dentro del proceso de
grabación y composición del Rey del Pop.
Jackson
tenía el hábito de escribir y grabar docenas de potenciales canciones para cada
nuevo proyecto. Este era el caso especialmente en la época BAD, un periodo
prolífico en su carrera. En un determinado momento, consideró hacer de Bad un
triple álbum dada la cantidad de material de calidad.
“Don’t
Be Messin’” ilustra bien este concepto. En la pista podemos escuchar a Jackson
dando instrucciones, dictando vocalmente las partes instrumentales, planeando
dónde acentuar las palabras o añadir percusión, tarareando e improvisando las
vocales sin acabar. “Una de las principales intenciones es mostrar que esto es
trabajo en progreso”, dice Matt Forger, un ingeniero de sonido amigo y
colaborador de Jackson durante mucho tiempo. “Descorrer la cortina. Ver en
realidad a Michael en su ambiente natural de trabajo; cómo dirige, su sentido
del humor, su enfoque”.
El
producto final, por tanto, está intencionadamente inacabado y es espontáneo.
“Puedes oírle divirtiéndose”, dice Forger. “Su espíritu y emoción están
totalmente allí. Él sabía que en las demos no tenía que estar totalmente
perfecto en su ejecución. Por eso se relajaba. Se lanzaba a improvisar y bailar
o cantar o golpear con los dedos o a hacer palmas. Simplemente le escuchas
disfrutando”.
Jackson
escribió y grabó por primera vez “Don’t Be Messin’” durante las sesiones de
Thriller con el ingeniero Brent Averill. En ese momento estaba trabajando en
una variedad de ideas musicales, incluidas demos de “P.Y.T.” y “Billie Jean”.
“Don’t Be Messin’” presenta a Jackson tocando el piano él mismo (“Él podía
hacer más de lo que en realidad dejaba saber a la gente”, dice Forger). También
produjo, arregló y dirigió muchas de las partes instrumentales, incluyendo las
cinemáticas cuerdas, la parte del piano de Jonathan Maxey en el puente y los
punteos funky de guitarra de David Williams.
Finalmente,
como “Don’t Be Messin’” no estaba completamente terminado y estaba entrando
mucho más material para Thriller, Jackson decidió dejar la canción para más
adelante, teniendo en mente revisarla para el siguiente álbum. “Así es como
Michael elaboraba ideas y canciones”, explica Forger. “dejaba la canción
abierta hasta que le llegara su momento. A veces una canción no estaba lista o
no encajaba en el concepto de un álbum o en un proyecto y se quedaba en las
cajas de seguridad. Y después, en un determinado momento, la sacaba de nuevo”.
En
este caso, la pista volvió a resurgir en 1986, durante las primeras sesiones de
BAD. Jackson trabajó en la canción primeramente con los ingenieros de grabación
Matt Forger y Bill Bottrell en el “laboratorio”, apodo para su renovado estudio
en Hayvenhurst. Como era típico en Jackson para los temas rítmicos, la canción
era bastante larga (casi 8 minutos) en sus primeras fases. “A Michael le gusta
que una canción sea larga”, dice Forger. “Le gusta sacarle partido para poder
bailar –lo que es gran cosa, porque cuando Michael siente que la música le hace
bailar significa que lo ha conseguido”.
Los
patrones rítmicos de Jackson, sin embargo, eran poco comunes por el hecho de
que carecían de esa predecible repetición de mucha de la música disco,
sorprendiendo con extraños patrones de ritmo, texturas y matices. “Algunas de
estas versiones largas de “don’t Be Messin’ suenan realmente interesantes
porque pasan cosas diferentes en distintas secciones”, dice Forger. “No es
realmente como si estás ahí sentado durante 8 minutos pensando que es
terriblemente larga, porque pasan cosas durante ese espacio de tiempo que te
hacen sentir que “Sí, es guay”. Te gusta escuchar el ritmo, de hecho”.
Cortar
la canción era a menudo un proceso brutal para Jackson, especialmente los
intros y los outros (principios y finales). Como en otras canciones de Thriller
o Bad, creo, Jackson intentó recortarla en unos cuatro o cinco minutos, los que
tiene la nueva mezcla de “Don’t Be Messin’”.
Jackson
continuó trabajando en “Don’t Be Messin’” hasta final de 1986, en su estudio y
en Westlake. Sin embargo, una vez que entró Quincy Jones, empezaron los
recortes serios y “Don’t Be Messin’” se quedó fuera. Jackson sacó la canción de
nuevo durante las sesiones de Dangerous y HIStory, actualizando su sonido y
añadiendo nuevos elementos. Definitivamente, era una canción que le gustaba.
Pero finalmente no encontró su lugar.
La
versión (BAD 25) que mezcló Forger fue la última en la que Jackson trabajó durante las
sesiones de Bad en 1986. Forger siente que es la más pura y más satisfactoria
de las versiones: “Es exactamente como Michael la hizo en ese momento. Es
precisamente Michael diciendo: ‘Así es como tiene que ser’”.
La
demo de 1986 no es una canción rompedora. Las vocales están solo a media
potencia, las letras no están terminadas y la producción no está cerrada como
lo hubiera estado si la hubieran realizado completamente Jackson y Quincy
Jones. Sin embargo, es una sólida adición a la lista creciente de descartes de
la era Bad (una lista que incluye “Streetwalker”, “Fly Away” y “Cheater”).
“Tiene una pegadiza melodía subyacente”, dice Forger. “Y tiene un sentido
rítmico abreviado de un modo interesante”. En una entrevista de 2009 al
legendario ingeniero de sonido Bruce Swedien, citaba el tema como uno de sus
favoritos inéditos de Jackson. “Es simplemente hermoso”, dijo. “Oh, Dios mío,
no hay nada como eso”.
Como
mucho de su trabajo, el tema no encaja claramente en un solo género, fusiona
aromas de Latin, jazz y pop. Con su alegre ritmo Bossa Nova y capas de frases
repetidas intercaladas, es una canción que se fija fácilmente en la memoria y
te hace querer moverte. También recompensa al oyente con su sofisticada síncopa
y su complejo arreglo rítmico (“La música es como un tapiz”, dijo Jackson una
vez. “Son diferentes capas que se van entrelazando, y si la miras por capas, la
entiendes mejor”.)
Para
Forger, trabajar en el tema desencadenó recuerdos de un momento más sencillo en
la turbulenta carrera de Jackson: “Me trajo sentimientos de aquel momento.
Michael era tan exuberante, una persona tan feliz. Quería desafiar al mundo y
hacer música grande y maravillosa”.
¿Cuál
fue el objetivo para Forger al resucitar este tema?
“Simplemente
hacerlo auténtico. Algo de lo que Michael hubiera disfrutado y se hubiera
sentido orgulloso. Tiene su encanto y su energía. Si la gente lo aprecia y lo
disfruta por lo que es, entonces me sentiré genial. Todo lo que deseo es que se
disfrute como la cosa simple que es”
Fuente:Theatlantic.com
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