Experto en efectos especiales en
películas como Star Trek, Jaws, Jurasic Park 3, Moonwalker
y Capitán
Eo, Kevin Pike comenzó a trabajar en
este campo por pura casualidad.
Mientras trabajaba en un restaurante en 1974, un grupo de hombres que habían
ido a cenar estaban charlando del mundo del cine y al marcharse dejaron
olvidado un maletín. Cuando Kevin fue a devolvérselo le dieron las gracias muy
agradecidos y le dijeron que no tenía idea del valor del contenido: El
storyboard original de la película “Jaws”
(Tiburón). Acabó trabajando en el rodaje de la
misma y al terminar continuó en la siguiente, también de Spielberg, “Encuentros en la tercera fase” (Close Encounters).
Supervisó los efectos especiales en la segunda unidad de dirección de Capitán Eo. Así es como conoció a Michael. Conectaron enseguida, a Michael le gustaba mucho la película “Regreso al Futuro”, en la que Pike había trabajado también.
“El teléfono sonó en mi oficina y era su secretaria, Mary, que llamaba en nombre de Michael Jackson invitándome a cenar en su casa. Ron Howard y Harrison Ellenshaw estarían también. Por supuesto, dije que sí”.
“La idea en aquel momento era hacer un cortometraje que podría ser considerado para los Oscars. Michael quería que la dirigiera Ron Howard, acababa de terminar “Cocoon” y a Michael le encantaba la película, a la que siguió “Splash”, por lo que Howard rechazó la oferta, ya que quería pasar un tiempo con su familia y descansar”.
“Colin llegó más adelante. Primero, Harrison Ellenshaw y yo hicimos algunos dibujos y storyboards, incluidas muchas transformaciones de personajes que gustaban mucho a Michael. Chilvers era conocido por la supervisión de efectos especiales en Superman, Michael se entrevistó con él y le gustó para que dirigiera el segmento de “Smooth Criminal”. Aún no era Moonwalker, era una historia más que una película, con “Smooth Criminal” como hilo conductor”.
“Teníamos reuniones y charlas telefónicas todos los días. A veces era: ‘Vamos a ver juntos una película’, y comíamos palomitas y veíamos una película juntos en su sala de proyección para sacar ideas. Michael era muy creativo y podía hacer todo lo que quería: Transformarse en un robot, en una paloma blanca mientras estaba en la prisión y salir volando por los barrotes, o transformarse en un cohete para disparar al enemigo.
Me llamó un día que descubrió la fotografía de un coche muy especial y dijo: ‘Quiero transformarme en este coche’. Así que fuimos a buscarlo. Para “Back to the Future”(“Regreso al Futuro”) habíamos hecho 3 Delorean y sabía que necesitábamos más de un coche para hacer esto. Resultó ser un prototipo para una exposición y sólo había uno en el museo Bertone. Michael continuaba insistiendo en que consiguiéramos el coche, y creo que el hecho de que fuera único, exclusivo, sexy, elegante y sorprendente le incitó aún más a conseguirlo. Después de una serie de llamadas y conversaciones, conseguimos el coche, prometiendo a Bertone el crédito en la película. A punto de irme y cerrar el trato recibí una llamada desde la casa de Michael, allí estaban todos los que ‘ponían la pasta’ y querían que les explicara el plan para conseguir el coche. Les dije que el coche que le había gustado a Michael era un coche exclusivo de $600.000 nunca fabricado y que se encontraba en un museo. Que no se nos permitía hacer un molde pero podíamos hacer una réplica para no usar el original.
Supervisó los efectos especiales en la segunda unidad de dirección de Capitán Eo. Así es como conoció a Michael. Conectaron enseguida, a Michael le gustaba mucho la película “Regreso al Futuro”, en la que Pike había trabajado también.
“El teléfono sonó en mi oficina y era su secretaria, Mary, que llamaba en nombre de Michael Jackson invitándome a cenar en su casa. Ron Howard y Harrison Ellenshaw estarían también. Por supuesto, dije que sí”.
“La idea en aquel momento era hacer un cortometraje que podría ser considerado para los Oscars. Michael quería que la dirigiera Ron Howard, acababa de terminar “Cocoon” y a Michael le encantaba la película, a la que siguió “Splash”, por lo que Howard rechazó la oferta, ya que quería pasar un tiempo con su familia y descansar”.
“Colin llegó más adelante. Primero, Harrison Ellenshaw y yo hicimos algunos dibujos y storyboards, incluidas muchas transformaciones de personajes que gustaban mucho a Michael. Chilvers era conocido por la supervisión de efectos especiales en Superman, Michael se entrevistó con él y le gustó para que dirigiera el segmento de “Smooth Criminal”. Aún no era Moonwalker, era una historia más que una película, con “Smooth Criminal” como hilo conductor”.
“Teníamos reuniones y charlas telefónicas todos los días. A veces era: ‘Vamos a ver juntos una película’, y comíamos palomitas y veíamos una película juntos en su sala de proyección para sacar ideas. Michael era muy creativo y podía hacer todo lo que quería: Transformarse en un robot, en una paloma blanca mientras estaba en la prisión y salir volando por los barrotes, o transformarse en un cohete para disparar al enemigo.
Me llamó un día que descubrió la fotografía de un coche muy especial y dijo: ‘Quiero transformarme en este coche’. Así que fuimos a buscarlo. Para “Back to the Future”(“Regreso al Futuro”) habíamos hecho 3 Delorean y sabía que necesitábamos más de un coche para hacer esto. Resultó ser un prototipo para una exposición y sólo había uno en el museo Bertone. Michael continuaba insistiendo en que consiguiéramos el coche, y creo que el hecho de que fuera único, exclusivo, sexy, elegante y sorprendente le incitó aún más a conseguirlo. Después de una serie de llamadas y conversaciones, conseguimos el coche, prometiendo a Bertone el crédito en la película. A punto de irme y cerrar el trato recibí una llamada desde la casa de Michael, allí estaban todos los que ‘ponían la pasta’ y querían que les explicara el plan para conseguir el coche. Les dije que el coche que le había gustado a Michael era un coche exclusivo de $600.000 nunca fabricado y que se encontraba en un museo. Que no se nos permitía hacer un molde pero podíamos hacer una réplica para no usar el original.
Entonces todos contestaron: “¡NO!” y sabía que habría sido el final de la película si no
conseguíamos el coche, porque Michael no se habría implicado del mismo modo. Me
llamó en medio de la noche y me dijo: “No te preocupes por nada, ¡ve allí y consigue el coche!”. Yo le contesté: “OK”.
Yo no tenía un céntimo, solo era un creativo pero sabía que si conseguía el coche, haríamos la película. Necesitamos 11 días para reunir todos los papeles y conseguimos el coche en Milán. Hicimos tres copias del original”.
(Michael se quedó con uno que fue expuesto hace dos años en Las Vegas).
Yo no tenía un céntimo, solo era un creativo pero sabía que si conseguía el coche, haríamos la película. Necesitamos 11 días para reunir todos los papeles y conseguimos el coche en Milán. Hicimos tres copias del original”.
(Michael se quedó con uno que fue expuesto hace dos años en Las Vegas).
“Durante un tiempo fueron guardados los tres coches en un almacén de LA y fueron expuestos hace unos años en Atlanta. Oí que alguien había comprado uno de los originales e hizo copias. A menos que lo vea, no puedo verificarlo. Puede ser ese del que estamos hablando (Las Vegas).
Cuando terminó el proyecto la productora se llevó todo lo que se había construido para la película, puesto que era de su propiedad… Me gustaría tener uno de ellos… Cuando pasas mucho tiempo haciendo algo, dejas una parte de tu corazón en ello. Quisiera ver uno de esos coches de nuevo”.
“Pudimos llevar a cabo la película porque se nos permitió total libertad creativa y financiera. Nunca hubo un guión sólido. Era parte del proceso intentar cosas nuevas basadas en la imaginación de Michael. Como la inclinación de los bailarines. Todo fue muy bien, teníamos un gran equipo y yo estaba encantado de formar parte de él. Pasé alrededor de un año en ese proyecto con Michael.
Al principio éramos los dos en el suelo del dormitorio preparando el proyecto. Llevábamos un taquígrafo que tomaba nota y grababa cada reunión. Sólo hablar de ideas era un momento creativo maravilloso. Él confiaba en mí. Me llamaba en medio de la noche sólo para charlar. Pasar tanto tiempo con él hizo que le tomara cariño. Después, cuando empezamos la película, ya estuvo más distante, porque no era tan accesible; estaba muy ocupado actuando y bailando. No me siento decepcionado, echaba de menos la cercanía, ciertamente, pero estoy contento de haber formado parte de la creación de la película. Cuando terminamos, añadieron más videos para convertirla en un largometraje”.
“La calle donde Michael es perseguido por los perros estaba en el plató de los Estudios Universal llamado “German town” y alojaba el Castillo de Frankenstein. Llenamos la calle de humo y la mojamos ¡suerte que no se calló! Lo de mojar la calle con agua fue un buen truco. Él quería que se inundara masivamente de agua. Era un plano muy dramático, si se observa, se ven similitudes con otro de la película ‘Altered States’ (Viaje alucinante al fondo de la mente), donde el personaje huye de un zoo.
Realmente fue perseguido por los perros, no lo recuerdo asustado por ellos. Pudimos hacer algunas tomas con los perros y algunas con él solo, pero, por lo que recuerdo, Mike corrió delante de los perros”.
“La idea de convertirle en un robot fue posterior a haber finalizado la
producción. Michael estaba fuera actuando en otro concierto y surgió la idea.
Tuvimos un largo parón y después volvió con la idea de convertirle en un robot
con la cabeza mecánica y retocado con efectos visuales. Yo había terminado mi
parte en ese momento y decidieron cambiar el final. Entonces no teníamos CGI ni
ordenadores. Éramos innovadores, originales, pensadores creativos.
Hicimos un molde de Michael para escanearlo y ponerlo en todas las escenas que pudiéramos, era la técnica de entonces para crear algunos efectos visuales. Al mismo tiempo hicimos una réplica completa suya en arcilla para transformarlo en un cohete. De hecho hicimos una estatua de cuerpo entero de Michael en mi oficina. Cerramos todas las ventanas e hicimos un molde suyo de cabeza a los pies para poder escanearlo. Creo que es el único molde que se le ha hecho.
Hicimos un molde de Michael para escanearlo y ponerlo en todas las escenas que pudiéramos, era la técnica de entonces para crear algunos efectos visuales. Al mismo tiempo hicimos una réplica completa suya en arcilla para transformarlo en un cohete. De hecho hicimos una estatua de cuerpo entero de Michael en mi oficina. Cerramos todas las ventanas e hicimos un molde suyo de cabeza a los pies para poder escanearlo. Creo que es el único molde que se le ha hecho.
Cuando venía a mi oficina solía hacer garabatos, así que tengo una colección de
garabatos suyos en mi escritorio”.
“En el plató no había nadie más profesional que él. Teníamos a los bailarines ensayando muy duramente la parte del baile del club. Michael llegaba al plató, veía lo que habían hecho y aprendía los pasos y ejecutaba cada uno de ellos. ¡Se quedaba con todos nosotros! ¡Era pura perfección! Todos aquellos bailarines y los ensayos… pensábamos que necesitaba aprender y que le enseñaran… bah! De ningún modo, ¡se sabía cada paso! Nos dejaba siempre sorprendidos. Era una alegría trabajar cada día con alguien tan sincero y profesional.
Era un genio, creativo y un ser humano de gran corazón. Haber estado tan cerca de él en mi vida es increíble”.
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