El agente de
Hollywood Robert "Robby" Lantz contó está historia en el libro "The
Girl Who Walked Home Alone: Bette Davis A Personal Biography"
Con
la ocasión del 55 cumpleaños de Elizabeth Taylor, hubo una tremenda fiesta
planeada en casa de Carole Bayer Sager, que estaba a tres casas de la de
Elizabeth.
Fui invitado a la fiesta, así como Bette Davis, a la que había representado
durante muchos años y de quien era amigo.
Le dije a Bette que la llevaría a la fiesta. "Me paso y te recojo a las
nueve en punto"
Me dijo, "La invitación es para las ocho en punto. Si estoy invitada a las
ocho, iré a las ocho".
Le dije, "Bette, conozco a Elizabeth desde hace cien años. La adoro, pero
las ocho en punto para Elizabeth significa las diez. Vayamos a las
nueve'".
Me dijo, "No. ¡No, no, no!" Así que eso fue todo. Hice lo que Bette
deseaba.
"La recogí. Llegamos a la casa y no había ni rastro de Elizabeth. No había
mucha gente allí. Gradualmente, sobre las nueve y media, quizá más tarde, la
casa comenzó a llenarse con todos los grandes de Hollywood; directores de
estudios, estrellas, directores, agentes.
¡El 55 cumpleaños de Elizabeth Taylor!
Bette se sentó en un gran sillón de uno de los salones, y no parecía muy
cómoda. Según pasaba el tiempo, cada vez parecía más incómoda. Me dijo
"¡Las grandes fiestas no me seducen!"
Sabía que la cena no comenzaría hasta después de las diez y que Bette querría
irse antes. Hice un plan para que pudiéramos desaparecer. Hablé con el chófer y
le dije que nos esperara en el coche.
Eso fue exactamente lo que ocurrió. Bette ya llevaba demasiado tiempo allí y
dijo que no quería quedarse hasta el final de la cena. Salimos y esperé que
nadie se diera cuenta.
Pero según íbamos hacia el coche, escuchamos como alguien, que llevaba tacones
altos, corría detrás de nosotros. Era Elizabeth. Corriendo tras ella iba
Michael Jackson.
Elizabeth iba tan acelerada que le faltaba el resuello y se tomó un momento
antes de hablar. "Robby, podrías, por favor, preguntarle a Bette si no le
importaría... Todo lo que quiere Michael es que, por favor, se haga una foto
con ella".
Bette estaba a mi lado, pero Elizabeth dirigió la pregunta hacia mí, en lugar
de hacia Bette, así que actué como su agente.
Michael Jackson estaba en la cima de su fama, pero eso no le importaba a Bette.
Lo que le importaba era que había sido invitada al cumpleaños de Elizabeth.
Bette buscó en su pequeño bolso de fiesta y sacó su barra de labios. Estaba
oscuro, pero no necesitó un espejo mientras se los pintó.
Bette se colocó junto a Michael, que estaba temblando ligeramente y posó,
sonriendo directamente a la cámara.
Fue Elizabeth quien cogió la cámara de Michael y tomó la foto.
"Haz una más para asegurarnos" dijo Bette, y así lo hizo Elizabeth.
Bette Davis fue una verdadera estrella de estrellas.
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