King!

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lunes, 12 de agosto de 2013

Un sueño hecho realidad

                                Por Marjorie De Faria, USA



El sol estaba saliendo lentamente sobre las montañas, sus luminosos rayos amarillos-naranja brillaban a través de las grandes e hinchadas nubes. Iba a ser un bonito y cálido día de verano. Un día que he estado esperando que llegara durante toda mi vida.
Mi mente se movía a toda velocidad durante toda la noche, mi corazón latía como loco, no podía dormir; estaba llena de ansiedad. La única cosa que he estado deseando se iba a hacer realidad. La suerte de conocer y cenar con el único e irrepetible Michael Jackson, nadie podría ser más feliz de lo que lo soy yo en este momento.

Todo comenzó con un concurso de Q-106 y los locutores de radio Jeff& Jerr anunciando uno de los nuevos videos de Michael: “In the Closet.” La persona que ganara tendría la oportunidad de ir al lugar del rodaje del video y cenar con Michael y también con Naomi Campbell. Habría 35 fans elegidos del club de fans, un bufet y una banda caribeña. Todo lo que tenías que hacer era escribir por qué querías cenar con Michael. Nunca pensé, ni en un millón de años que podría ser una de las 35 elegidas, pero lo fui y estaba sumamente feliz.
Salté de la cama y me preparé. Tenía que estar en Los Ángeles a las 8am y tenía que coger un tren desde San Diego a L.A. para encontrarme con los demás que iban al lugar del rodaje del video.

Cuando finalmente llegué a la estación de tren, nos estaba esperando un enorme autobús con aire acondicionado para llevarnos. Había muchos fans de Reino Unido, Alemania y Holanda; eran los presidentes de clubs que hacían reportes del evento. El resto de los fans eran de la zona de California.

Me senté con unas niñas de unos 12 años y les pregunté por qué les gustaba Michael, contestaron: “por su modo de bailar!” se siente bien ir en autobús con otros que comparten el mismo sentimiento que yo y poder hablar sobre lo que nos gustaba de Michael sin miedo a ser criticados por ello.

Nuestro destino era el desierto de Mojave, un lugar perfecto donde Michael podía rodar sin problemas y sin excesivos fans molestándole. El viaje fue largo y nos llevó al menos cinco horas y media llegar hasta allí, pero paramos de vez en cuando para estirar las piernas. El ruido de la charla, las risas e incluso los llantos era ensordecedor.

Llegaron los discursos de lo que debíamos hacer y no hacer cuando estuviéramos en presencia de Michael. “No le preguntéis a Michael ninguna cuestión relacionada con cirugías, problemas de piel, ni nada relativo a su vida personal.” “Haced preguntas relacionadas con su trabajo, música y baile y decidle cómo os sentís respecto a él.” “Solo una pregunta por persona,” Michael se pone nervioso cuando le desbordan a preguntas.

No le agarren, ni le toquen, ni traten de besar a Michael. No le den ningún regalo, por favor, entréguenselos a su seguridad personal. No tomen fotografías de Michael a menos que se lo diga él mismo. Michael tiene su propio fotógrafo. De modo que todas las cámaras que lleven deberán dejarlas en la entrada de la carpa a la que vamos a entrar. Dejen espacio a Michael, no se agolpen a su alrededor y sobre todo, diviértanse.

Tendrán asientos en la mesa donde estará Michael y el Invitado Especial estará a su derecha. Si han entendido todos estas normas firmen por favor el impreso que les estamos dando y devuélvanlo. [Esto era para que no pudiéramos ir a cotillear a programas o a revistas de chismes].

Las normas parecían tener bastante sentido común y por lo que pude deducir nadie se opuso a ellas, de otro modo Michael se hubiera ido y la cena y todo lo demás se habrían arruinado, cosa que ninguno de nosotros quería. La ganadora fue la afortunada -y era divertido que tuviera un nombre como el de alguien a quien adoraba- Elizabeth Taylor. Correcto, su nombre era Elizabeth Taylor y tenía el pelo oscuro y era guapa, como Liz, solo que tenía los ojos marrones y no lavanda, estaba casada y tenía unos veinticinco años. Su marido iba con ella también.

Finalmente llegamos al lugar a las 2 p.m. Tenía apariencia de un pueblo español, había bailarines, cámaras, animales y un montón de gente zumbando por los alrededores. Eso nos puso incluso más nerviosos. Salimos lentamente del autobús y seguimos a uno de los guardias de Michael hasta una caravana donde íbamos a descansar antes de ir a la cena especial.

No se podía ver mucho, excepto accesorios y equipos de cámaras, y el lugar donde estaba rodando el video estaba como a 100 metros de donde estábamos. Aunque se veía a Herb Ritts, caminando hacia un coche destrozado, hablando con otra persona y señalando algo. Las nubes se estaban oscureciendo sobre nuestras cabezas y parecía que una tormenta iba a pasar por allí antes de que acabara el día.

Por fin eran las 8 p.m., hora para todos nosotros de cenar con Michael. El mismo guardia que nos llevó a la caravana era el que nos llevaba ahora con Michael. Mi corazón latía tan deprisa que creía que se me iba a salir del pecho.

El guardia nos recordó que todos debíamos permanecer en calma mientras nos llevaba a esa enorme carpa blanca donde sonaba con gran estruendo música tropical. Mientras entrábamos a la carpa nos cegaron las luces de repente cuando comenzaron a hacernos fotos y a filmarnos.

Nos llevaron a una bonita zona con aspecto tropical con una enorme mesa para todos nosotros. Los hibiscos amarillos, rojos, naranja y rosa colgaban sobre nuestras cabezas y también descansaban en medio de la mesa rodeando a la comida que estaba colocada en el centro.

 

Las palmeras rodeaban por completo el espacio de la cena. Cada asiento tenía un plato blanco con adornos dorados y con las etiquetas en las que estaban los ojos de Michael y nuestros nombres impresos en ellas. Los manteles de hilo y las servilletas eran de un suave color melocotón y guirnaldas de frutas caían por los respaldos de las sillas. Bellas fuentes en la parte de atrás de la sala hacían el escenario muy relajante. Era muy impresionante para todos nosotros.


El vigilante nos dijo que nos relajáramos y bailáramos, mientras esperábamos a que llegara Michael. Los niños salieron a la pista a bailar y el resto les seguimos. Sentía que era una eternidad mientras el tiempo pasaba y se iba haciendo más y más tarde.

Entonces las cosas se calmaron y el guarda dijo, “Está llegando!” Las luces brillaron de nuevo mientras todos estábamos de pie mirando, esperando, el corazón golpeando fuerte, pero demasiado asustados como para echar un vistazo. Michael salió del coche azul, vio a la gente y corrió adentro otra vez.


Elizabeth dijo, “Oh no, esto es todo, no va a salir, así que se acabó, se arruinó todo!” el guardia que estaba a su lado le hizo guardar silencio mientras Skipper, uno de los guardaespaldas personales de Michael le persuadía para que saliera. Lo que fuera que le dijera funcionó, porque ahí salió este hombre tímido, muy delgado, alto, llevando una camisa de seda negra con una banda roja en uno de sus brazos y pantalones de seda negros. Caminó por delante de nosotros saludándonos y todos empezamos a saludarle a él, este hombre es guapo, quiero decir GUAPO. No como le ves en revistas, o en televisión, incluso más hermoso. Su palidez le hace parecer tan frágil, sus manos tan delgadas y huesudas parece que se podrían romper si uno las estrecha. Pero su piel parecía tan suave, e incluso tenía barba incipiente. Su estructura ósea es deliciosamente fuerte y de aspecto sexy y como Elizabeth y yo dijimos, Michael es muy sexy. Y no es mentira.

Finalmente una palabra, “Bienvenidos,” dicha con suavidad y con ligero temblor en el tono. Michael nos dirigió hacia la mesa haciendo gestos con la mano. “Por favor venid conmigo!” Movía su cabeza asintiendo y seguía indicándonos que nos sentáramos a la mesa, dando palmaditas en la cabeza a los niños y besando a los bebés y a las madres que trataban de sostenerlos, mientras iban pasando para sentarse. Elizabeth estrechó su mano y él la besó. Pensé que se iba a desmayar, pero no lo hizo. Ella le devolvió el beso. Michael se rió, la cogió de la mano y se sentó a su lado. [todos envidiamos a Elizabeth en ese momento!]

Después supimos por ella que su cara es tan suave y huele tan bien, estaba usando alguna cara y suave colonia y que sus manos parecían seda. Todavía estaba temblando por la experiencia. Su marido estaba en ese momento detrás, olvidado de alguna manera, simplemente mirando lo que pasaba.

De repente empezaron a traer comida. Todos pensamos, “Oh, esto va a ser bueno, Michael es vegetariano y vamos a comer todos comida para conejos aquí.” Muchos de nosotros nos quedamos sorprendidos al ver pizzas, no una, sino unas dieciséis repartidas por toda la mesa. Patatas fritas, hamburguesas, carne -sí, carne- nuggets de pollo y otras comidas para tomar con los dedos. Incluso nos trajeron refrescos y otras bebidas. Era bastante evidente que Michael sabía lo que les gusta comer a los niños. Uno de ellos dijo, “Yeah! Michael fue al McDonald y nos trajo todo esto.” Eso me hizo reír.

Teníamos miedo de comer con los dedos, estando en presencia de tan importante persona, así que esperamos a ver cómo lo hacía él. Naturalmente, Michael, siendo un niño el mismo, empezó a coger la pizza recogiendo el queso con sus dedos y empezó a comer. Los niños ya habían empezado así que los demás nos relajamos y empezamos a comer también. Michael se comió también un taco de queso, con los dedos también. Era muy normal, no una persona caprichosa y presumida en absoluto.

Satisfechos con la comida, todos necesitamos movernos un poco. La música era realmente buena y Elizabeth rompió un poco las reglas, cogió de la mano a Michael y le pidió salir a bailar. El resto de nosotros pensamos, oh-oh, esperábamos que los guardas de seguridad la parasen, pero no sucedió nada. Michael dijo que sí, sorprendentemente, y nos invitó a todos a seguirle.

Salimos a la pista de baile, y dos de las bailarinas caribeñas empezaron a bailar la rumba mientras todos hacíamos una cadena, Michael incluido y empezamos a bailar alrededor de la pista de baile. Las cámaras lanzaban flashes, los cámaras filmaban como locos, y Naomi Campbell se unió a nosotros inesperadamente. Es tan alta que llevaba chanclas, pero tan guapa, sin mencionar lo sexy que es también.

Todos nos reíamos y bailábamos pasándolo bien. Michael se reía y giraba al revés, nosotros igual, y se reía más. La música cambió y él y Naomi bailaron juntos. Me di cuenta de que ella inclinaba su cabeza constantemente hacia el oído de Michael y él parecía muy contrariado con ella por lo que después de un rato la dejó y se fue a bailar con los niños.


Finalmente, la hora de nuestra diversión llegó a su fin y Michael tenía que volver a su caravana para descansar. Pero antes de marcharse, le dijo a su fotógrafo que hiciera una foto de grupo con todos nosotros junto a él. Nos dio las gracias a todos, dio a Elizabeth otro beso y le mostró su aprecio por asistir a la cena como su pareja especial. Nos saludó a todos y nosotros a él. Nos caían las lágrimas a todos, era triste que Michael se tuviera que ir, mientras Skipper le llevaba al coche.

Nos dijeron que podíamos quedarnos y bailar mas rato, si queríamos, hasta que llegara el autobús para llevarnos a casa. Pero ninguno de nosotros tenía ganas de bailar ya, sin Michael no había diversión y todos estábamos listos para marcharnos.

Al final llegó el autobús y subimos todos a él, no como la primera vez, que el ruido era ensordecedor, sino más sombrío. Todos queríamos a Michael y hubiéramos querido pasar la noche entera con él. Sin embargo, Michael nos dio dos horas de su tiempo, más de lo que nos había dicho el guardia que haría. La excitación dio paso al cansancio y todos dormimos con nuestros sueños cumplidos y grabados en nuestras mentes durante todo el camino de vuelta a casa. Fue un día especial en que nuestros sueños se hicieron realidad finalmente.





 




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