“Yo
solía ir a Neverland antes del juicio y, a veces durante el mismo, y tuve la
oportunidad única de ver a Michael con sus hijos. Él quería protegerlos de esta
terrible experiencia por la que estaba pasando, era obvio que ellos sentían que
algo le estaba sucediendo a su padre.
El
día de absoluciones fui a Neverland, fui invitado a una conferencia de
prensa mundial y decidí no ir. Sentí que pertenecía estar en Neverland con
Michael, y me decidí. Fui a su casa y vi a sus hijos abrazados a él. Él les
dijo quién era yo y cada uno de ellos me dio un abrazo. Fue un día muy
especial.
Siempre he tenido una creencia fuerte basada en mis observaciones y mis sentimientos acerca de Michael, él era el mejor padre. Vivía para sus hijos, él quería protegidos de cualquier posible peligro, por ejemplo un secuestro o cualquier cosa…
Él
hizo lo mejor que pudo haber hecho. Quería que ellos fueran extremadamente
educados. Se aseguró de que fueran cultos, tenía una gran colección de libros.
Quería que supieran sobre cualquier tema. Los llevó por todo el mundo para exponerlos
a otras culturas. Él quería que fueran muy receptivos hacia todos los grupos
étnicos, grupos religiosos, razas y culturas. Él quería que fueran humanos,
amables y sinceros como él.
Mi
impresión de sus hijos, era que tenían el mejor padre del mundo; sensible,
dulce y honrado. También disciplinado. No se salieran fuera de su control. Más
que nada quería que apreciaran el mundo tal como es, a ser conscientes de sus
peligros y ser cultos y bien educados.
Hizo
lo mejor que podía hacer, dadas las presiones sobre él. Era un padre
maravilloso. Y creo que estos chicos son simplemente fabulosos.”
“Defenderé Michael Jackson hasta mi último aliento. Yo sabía que él era inocente, sé que fue escogido porque era rico y famoso y se podía apreciar que era muy vulnerable, un objetivo para todo tipo de personas.
Las
personas que lograron acercarse a Michael Jackson, pensaron que podrían beneficiarse
de una manera u otra. Las personas querían el dinero de él desde los primeros
días. Incluso en sus momentos más oscuros, las personas estaban procesando,
incluso en el momento más preocupante imaginables, la gente estaba atrás de su
dinero. La presión sobre esta pobre alma era enorme.
Era
un genio brillante y un tipo de alma gentil que fue torturado, explotado y
castigado por las cosas que no hizo. Siempre me sentiré honrado de tener que defenderlo.”
- Dr. Tom Mesereau, abogado que defendió a MJ.