lunes, 19 de octubre de 2015

El encuentro entre Michael Jackson, Mariah Carey y Luis Miguel | The meeting between Michael Jackson, Mariah Carey and Luis Miguel




En Seúl tuvo lugar el primero de los dos conciertos llamados “Michael Jackson and Friends”, a beneficio de los niños de Kosovo, y contó con la presencia de Slash, Boyz II Men, Andrea Bocelli y Luciano Pavarotti. 

Al concluir el concierto, yo estaba con Michael entre bastidores cuando llegó Mariah Carey, que acababa de actuar, con su novio de aquel entonces, el cantante mexicano Luis Miguel.
Luis y yo hablamos de fútbol, mientras Michael y Mariah conversaban. Estaban debatiendo quién cantaba mejor: la canción era “I’ll be there” y tanto la versión de los Jackson 5 de 1970 como la que hizo Mariah con Trey Lorenz veinte años después habían llegado al número uno de las listas de singles más vendidos.

“Michael” insistía Mariah con una sonrisa de oreja a oreja “No hay nadie que cante esa canción mejor que tú.”

Las mejillas de Michael no tardaron en ruborizarse.

“No, no” se apresuró a decir. “Te lo digo en serio, tu versión es mejor.”

Para Mariah era un honor estar en presencia de Michael (se comportaba como una admiradora fascinada) y según hablaban las dos estrellas, me percate que la sonrisa de Luis Miguel se iba desvaneciendo. Me dio la impresión de que le molestaba un poco que Mariah le prestase tanta atención a Michael. A mí me sorprendía que Mariah, que era una estrella por mérito propio, estuviera tan fascinada por Michael, pero con los años vi a muchas estrellas comportarse así en su presencia.

Volviéndose hacia mí, Mariah le preguntó a Michael:

“¿Cómo se llama tu amigo? Es muy guapo.”

Comenzó a acariciarme el cabello (inexplicablemente) anaranjado.

“Por favor, no pares” dije inclinándome hacia ella como un cachorro.

“Frank, basta” interrumpió Michael. “Mariah no quiere acariciarte la cabeza.”
Sólo Dios sabe lo que tienes ahí.

Luis Miguel estaba algo incómodo y perplejo, esperando ahí de pie, con su traje ajustadísimo. No pude evitarlo. Comencé a dar rienda suelta a mi vieja broma preferida.
“Cómo me gusta tu traje” le dije.

“Basta” farfulló Michael, pero yo ya era presa de un impulso irresistible.

“¿De qué marca es?” pregunté.

Por el rabillo del ojo vi que Michael trataba de contener la risa.

Luis Miguel masculló el nombre de un diseñador, pero no sonreía.

Definitivamente no le había gustado que Mariah me acariciara la cabeza ni que coqueteara con Michael de forma amistosa.

Cuando se despidieron, Michael aprovechó el momento para vengarse y le dijo a Mariah:
“Frank es un gran admirador tuyo y está enamoradísimo de ti.”

Me puse rojo. ¿Estaba enamorado de ella? Ahora mismo me lo pregunto y no lo sé, pero sí recuerdo que me pareció muy sexy.

  -    Por Frank Cascio – del libro “Mi amigo Michael”



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