miércoles, 12 de noviembre de 2014

Electrizando un Estilo, Diseñando un Thriller / Energizing a Style, Designing a Thriller



Comenzamos con los relatos del libro El Rey Del Estilo “Vistiendo a Michael Jackson”


Capítulo Uno


ELECTRIZANDO UN ESTILO, DISEÑANDO UN THRILLER
La prenda favorita de Michael de todos los tiempos era una chaqueta color blanco nata adornada con perlas y canutillos de cristal en color crema. Colocadas firmemente en hileras rígidas sobre las solapas, las perlas parecen ponerse firmes como soldados en un cuadro, pero bailando a la luz.


Cuando Dennis y yo hicimos esta pieza, llevábamos siete años como estilistas, diseñadores, modistos y ayudantes de vestuario personales exclusivos de Michael. Aunque llamábamos a otros vendedores para ayudarnos a reunir y montar algunos de los tejidos y materiales necesarios para vestirle, el diseño y la producción de ropa era un trabajo estrictamente de dos hombres, realizado por Dennis y por mí.

Era 1991 y Michael se estaba preparando para asistir a la 64 edición de los Premios de la Academia. Me llamó y dijo: “Bush, voy con Madonna a los Premios de la Academia. Averigua qué se va a poner”.

“Michael, ninguna mujer contará jamás lo que se va a poner para ir a los Oscars antes de pasear por la alfombra roja. No hay modo de que lo averigüemos”.

“Yo sé que puedes hacerlo por mí”.

Click.

Dennis y yo nos miramos el uno al otro e inmediatamente empezamos a llamar a todo el mundo que pudiera darnos una pista de lo que Madonna podría llevar a los Oscars. Solo había una remota posibilidad, pero Michael no creía en lo imposible. Pudimos descubrir que Bob Mackie era el diseñador y Madonna podría llevar un vestido blanco con perlas. No era mucho, pero mejor que nada.

Dennis dibujó dos chaquetas: Una de estilo tradicional sin botones, de corte sastre hasta la cadera y otra estilo militar. Ambas con perlas y canutillos. A una semana del evento más esperado del año (sin presiones). Llevé los dos diseños al estudio de grabación de Michael y se los dejé en la mesa de mezclas, él los miró silenciosamente y dijo: “Bush, ¿puedo quedarme con ambos?”.

Oh, Dios mío. ¡Tenemos una semana para hacer no una chaqueta, sino dos!

“Claro, Michael”.

Esto era bastante típico. De hecho, raramente nos presentábamos con un solo traje para Michael el día del evento. Siempre llevábamos un par de conjuntos que hicieran juego porque era mejor para Michael decidir en el último momento lo que le iba mejor. El que sería elegido como el más correcto se decidía por impulso e instinto.

La noche de los Oscars le llevé ambos trajes y los dejé sobre la cama. Llegué pronto para ayudarle a vestirle. Ese era mi trabajo. Dennis era el artista, el artesano y el co-ingeniero del vestuario, mientras que yo estaba a cargo del guardarropa y de los trajes de la coreografía en las giras, decidiendo la forma y funcionalidad de las piezas, y de darles el “último toque” a las ropas.

Michael señaló la chaqueta tradicional. “Esta me parece mejor para mí hoy”. Y entonces acarició la chaqueta militar. “Esta será mi chaqueta de los Grammy, Bush. Ponla aparte”.


De modo que Michael usó la chaqueta de noche para los Oscars y dos años más tarde, cuando se le concedió un premio por su hermana Janet en los Grammys de 1993, Michael lo recibió gentilmente llevando su chaqueta de perlas de estilo militar. Era su chaqueta favorita de siempre.

          


De las cientos de piezas que creamos para Michael en los veinticinco años que trabajamos con él, ¿qué hacía de esta chaqueta en particular su favorita? El corte de la chaqueta no era exclusivo. De hecho, tenía su clásica silueta militar –corta hasta la cintura, amplia de hombros, unas decorativas charreteras que dirigen tus ojos hacia la luz. La respuesta más corta es: opulencia.

Michael estaba obsesionado con la herencia y la historia militar británicas. Una de las citas favoritas de Michael procedía de una fuente inesperada: “A los hombres se les gana con baratijas”. Napoleón había dicho estas palabras para indicar el significado de las medallas con las que regalaba a sus soldados. Cuando fuimos de gira por Europa, Michael se las arregló para visitar castillos y viejas ciudades, en donde se quedó fascinado por los retratos de reyes y reinas que había en los museos. Se quedaba mirándolos atentamente a lo largo de las paredes del Palacio de Buckingham, la Torre de Londres o las Casas del Parlamento, absorbiéndolo todo; la ostentación, el glamour, las medallas y honores, el modo tan increíble en que reyes y comandantes eran retratados. Michael estaba fascinado por todo eso.

Para los trajes de Michael, Dennis y yo estudiamos la monarquía y la historia militar europea, poniendo especial atención en uno de los reyes más destacados, el rey Enrique VIII de Inglaterra. Y ahí estaban. Perlas. Cosidas en la ropa de los reyes. Deslumbrando en sus cuellos, chalecos y pecheras. Durante este tiempo de la historia, la realeza eran las únicas personas que podía usar perlas, porque los nobles eran los únicos que podían permitírselas. Las perlas estaban reservadas verdaderamente para la élite. Y esta opulencia no estaba colgada de un hilo y usada como un collar. Las perlas de la realeza estaban unidas a las ropas.

Hay una ironía aquí, por supuesto, pues Michael era conocido como el Rey del Pop. Pero como resultó ser, fue Elizabeth Taylor, en realidad quien dijo ese nombre por primera vez públicamente. Ella le presentó como “El Rey del Pop, Rock y Soul” en los Premios de la Música Americana (American Music Awards) y la prensa se le echó encima.

Después de un corto espacio de tiempo, Dennis y yo nos dimos cuenta de que si poníamos una corona o un escudo de armas o un querubín en el sitio adecuado, ya estaba casi todo hecho. Ese era el modo de engatusarle. Con los ojos abierto de par en par y completamente entusiasmado por un león germano de dos cabezas o cualquier otro tipo de “nuevas” medallas que probábamos para llamar la atención, Michael susurraba: “Bush, ¿cómo lo sabías?”

“¡Vaya! ¡He estado haciendo esto para ti un millón de años!”, es lo que quería decirle. Pero normalmente solo respondía con: “Sabemos lo que te gusta”. Creo que eso le confortaba. Era más fácil darle lo que sabíamos que le gustaba, estar en su elemento respecto al aspecto visual de su modo de vestir. Michael dijo una o dos veces: “Bush, necesito intentar un cambio para este cortometraje o este reportaje fotográfico”. Entonces intentábamos algo diferente a su perfil habitual –como si pudieras alguna vez “reinventar” a Michael Jackson- solo para volver de nuevo a su silueta preferida.

Continuará...

4 comentarios:

  1. Buenas noches! Me gusta mucho tu blog y lo que me encanta más es leer el libro estilista Michael - '' El Rey del Estilo - Vestiendo Michael Jacskon ''. Felicitaciones por el gran trabajo!

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    1. Gracias M Jackson en verdad que aprecio mucho tu comentario y me encanta saber que te gusta el blog yo lo hago con mucho amor para tod@s los fans de Michael Jackson. Me alegra que te guste el libro pero yo no lo he traducido lo saco del foro Mjhideout y lo traje aquí para que lo disfruten.

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    2. Hola Gemma, ¿cómo no amar a un hombre tan especial como Michael! Él es maravilloso! Sí, seguir viendo tu hermoso blog.

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    3. Gracias por las palabras :)
      Oh es verdad Michael es (lo siento es que no puedo decir era) un ser único en esta tierra, lo más maravilloso que pudo haber existido.
      Pronto más sorpresas en cuanto a libros.

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