lunes, 27 de octubre de 2014

La historia detrás de la pegadiza canción de Michael Jackson: “Don’t Be Messin’ ‘Round” / The story behind the catchy song Michael Jackson: "Do not Be Messin '' Round"



La demo de “Don’t Be Messin’ ‘Round” se encuentra entre docenas de temas inéditos de las sesiones de Bad y nos proporciona un entendimiento dentro del proceso de grabación y composición del Rey del Pop.

Jackson tenía el hábito de escribir y grabar docenas de potenciales canciones para cada nuevo proyecto. Este era el caso especialmente en la época BAD, un periodo prolífico en su carrera. En un determinado momento, consideró hacer de Bad un triple álbum dada la cantidad de material de calidad. 

“Don’t Be Messin’” ilustra bien este concepto. En la pista podemos escuchar a Jackson dando instrucciones, dictando vocalmente las partes instrumentales, planeando dónde acentuar las palabras o añadir percusión, tarareando e improvisando las vocales sin acabar. “Una de las principales intenciones es mostrar que esto es trabajo en progreso”, dice Matt Forger, un ingeniero de sonido amigo y colaborador de Jackson durante mucho tiempo. “Descorrer la cortina. Ver en realidad a Michael en su ambiente natural de trabajo; cómo dirige, su sentido del humor, su enfoque”.



El producto final, por tanto, está intencionadamente inacabado y es espontáneo. “Puedes oírle divirtiéndose”, dice Forger. “Su espíritu y emoción están totalmente allí. Él sabía que en las demos no tenía que estar totalmente perfecto en su ejecución. Por eso se relajaba. Se lanzaba a improvisar y bailar o cantar o golpear con los dedos o a hacer palmas. Simplemente le escuchas disfrutando”.

Jackson escribió y grabó por primera vez “Don’t Be Messin’” durante las sesiones de Thriller con el ingeniero Brent Averill. En ese momento estaba trabajando en una variedad de ideas musicales, incluidas demos de “P.Y.T.” y “Billie Jean”. “Don’t Be Messin’” presenta a Jackson tocando el piano él mismo (“Él podía hacer más de lo que en realidad dejaba saber a la gente”, dice Forger). También produjo, arregló y dirigió muchas de las partes instrumentales, incluyendo las cinemáticas cuerdas, la parte del piano de Jonathan Maxey en el puente y los punteos funky de guitarra de David Williams.

Finalmente, como “Don’t Be Messin’” no estaba completamente terminado y estaba entrando mucho más material para Thriller, Jackson decidió dejar la canción para más adelante, teniendo en mente revisarla para el siguiente álbum. “Así es como Michael elaboraba ideas y canciones”, explica Forger. “dejaba la canción abierta hasta que le llegara su momento. A veces una canción no estaba lista o no encajaba en el concepto de un álbum o en un proyecto y se quedaba en las cajas de seguridad. Y después, en un determinado momento, la sacaba de nuevo”.

En este caso, la pista volvió a resurgir en 1986, durante las primeras sesiones de BAD. Jackson trabajó en la canción primeramente con los ingenieros de grabación Matt Forger y Bill Bottrell en el “laboratorio”, apodo para su renovado estudio en Hayvenhurst. Como era típico en Jackson para los temas rítmicos, la canción era bastante larga (casi 8 minutos) en sus primeras fases. “A Michael le gusta que una canción sea larga”, dice Forger. “Le gusta sacarle partido para poder bailar –lo que es gran cosa, porque cuando Michael siente que la música le hace bailar significa que lo ha conseguido”.

Los patrones rítmicos de Jackson, sin embargo, eran poco comunes por el hecho de que carecían de esa predecible repetición de mucha de la música disco, sorprendiendo con extraños patrones de ritmo, texturas y matices. “Algunas de estas versiones largas de “don’t Be Messin’ suenan realmente interesantes porque pasan cosas diferentes en distintas secciones”, dice Forger. “No es realmente como si estás ahí sentado durante 8 minutos pensando que es terriblemente larga, porque pasan cosas durante ese espacio de tiempo que te hacen sentir que “Sí, es guay”. Te gusta escuchar el ritmo, de hecho”.

Cortar la canción era a menudo un proceso brutal para Jackson, especialmente los intros y los outros (principios y finales). Como en otras canciones de Thriller o Bad, creo, Jackson intentó recortarla en unos cuatro o cinco minutos, los que tiene la nueva mezcla de “Don’t Be Messin’”.

Jackson continuó trabajando en “Don’t Be Messin’” hasta final de 1986, en su estudio y en Westlake. Sin embargo, una vez que entró Quincy Jones, empezaron los recortes serios y “Don’t Be Messin’” se quedó fuera. Jackson sacó la canción de nuevo durante las sesiones de Dangerous y HIStory, actualizando su sonido y añadiendo nuevos elementos. Definitivamente, era una canción que le gustaba. Pero finalmente no encontró su lugar.

La versión (BAD 25) que mezcló Forger fue la última en la que Jackson trabajó durante las sesiones de Bad en 1986. Forger siente que es la más pura y más satisfactoria de las versiones: “Es exactamente como Michael la hizo en ese momento. Es precisamente Michael diciendo: ‘Así es como tiene que ser’”.

La demo de 1986 no es una canción rompedora. Las vocales están solo a media potencia, las letras no están terminadas y la producción no está cerrada como lo hubiera estado si la hubieran realizado completamente Jackson y Quincy Jones. Sin embargo, es una sólida adición a la lista creciente de descartes de la era Bad (una lista que incluye “Streetwalker”, “Fly Away” y “Cheater”). “Tiene una pegadiza melodía subyacente”, dice Forger. “Y tiene un sentido rítmico abreviado de un modo interesante”. En una entrevista de 2009 al legendario ingeniero de sonido Bruce Swedien, citaba el tema como uno de sus favoritos inéditos de Jackson. “Es simplemente hermoso”, dijo. “Oh, Dios mío, no hay nada como eso”.

Como mucho de su trabajo, el tema no encaja claramente en un solo género, fusiona aromas de Latin, jazz y pop. Con su alegre ritmo Bossa Nova y capas de frases repetidas intercaladas, es una canción que se fija fácilmente en la memoria y te hace querer moverte. También recompensa al oyente con su sofisticada síncopa y su complejo arreglo rítmico (“La música es como un tapiz”, dijo Jackson una vez. “Son diferentes capas que se van entrelazando, y si la miras por capas, la entiendes mejor”.)

Para Forger, trabajar en el tema desencadenó recuerdos de un momento más sencillo en la turbulenta carrera de Jackson: “Me trajo sentimientos de aquel momento. Michael era tan exuberante, una persona tan feliz. Quería desafiar al mundo y hacer música grande y maravillosa”.



¿Cuál fue el objetivo para Forger al resucitar este tema?

“Simplemente hacerlo auténtico. Algo de lo que Michael hubiera disfrutado y se hubiera sentido orgulloso. Tiene su encanto y su energía. Si la gente lo aprecia y lo disfruta por lo que es, entonces me sentiré genial. Todo lo que deseo es que se disfrute como la cosa simple que es”

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