viernes, 31 de octubre de 2014

Aquella chaqueta roja de Thriller / That Red Jacket







En retrospectiva, estoy asombrada de que Michael me permitiera tanta autonomía con el diseño de vestuario para “Thriller”. Él ya tenía una fuerte imagen establecida en sus actuaciones y videos previos –no tan extrema como las chaquetas militares con galones y hombreras que adoptaría más adelante-, pero el guante plateado, cadenas, hebillas y cinturones eran ya una pauta en su guardarropa.
También había adoptado calcetines blancos y mocasines negros, en homenaje al gran Fred Astaire, quién bailó con mocasines a lo largo de su carrera. Ese destello blanco en sus tobillos atraía la atención a sus mágicos pies.
Puede que fuera trabajando con el director de cine John Landis –a quien él estimaba como un colega creativo- lo que le permitió a él participar en “Thriller” como actor protagonista de una película. Con Michael como actor principal, participé haciendo mi trabajo de diseñadora de vestuario como si interpretara a un personaje dentro de un guión. Yo no era una estilista creando una imagen para una estrella de rock. Michael quería formar parte de nuestro mundo; él ansiaba fervientemente convertir “Thriller” en el corto cinematográfico más grande de Hollywood. 

Una de las razones por las que John (Landis) decidió utilizar a la actriz Ola Ray fue porque sentía que teniendo a una chica en la historia haría ver a Michael más viril. Esa fue mi meta con el vestuario de Michael. Para realzar su físico y masculinidad, yo había diseñado una chaqueta roja de piel con hombreras anchas y acolchadas, recargadas al estilo de los 80, (Michael apenas pesaba 45 kilos). Yo había dibujado diferentes modelos, y una vez que me decidí sobre la chaqueta en forma de V y hombros amplios, lo tuve claro. Es gráfica y estructural, y yo quería una silueta potente. La V en la chaqueta evoca la forma piramidal de la coreografía, Michael está a la cabeza de la banda que forma una V, y los espíritus bajan la calle bailando hacia el espectador.

Imaginen, estoy leyendo el guión, y cuando llego a la parte final –el desenlace, el momento culminante del baile en el callejón con los espíritus- sabía que tenía que poner a Michael un color que impactara absolutamente en la pantalla.
Había tanta niebla y misterio en el decorado, muchos colores negros, blancos, beige, grises, marrones, que fue cuando pensé: ¿Qué color podría destacar? Usar negro en Michael estaba absolutamente descartado –su ligero contorno habría simplemente desaparecido entre las sombras. El blanco no habría funcionado.
Me gusta decir que todo diseño es reductivo. Por un proceso de eliminación, el rojo se convirtió en la mejor solución. El rojo resaltaría cuando Michael se sentara en la sala de cine, destacaría en el oscuro callejón, y el rojo destacaría en el baile fantasmagórico. El rojo simboliza sangre y vida. El rojo funcionaría como un punto de la historia y como un catalizador visual. Era el rojo.

Michael accedió a ver los dibujos del diseño de vestuario en un descanso a altas horas de la noche mientras grababa “Bad”. Hacia la media noche, caí en un profundo sueño en el sofá de la recepción. Michael estaba de un excelente humor cuando me despertó hacia las 2 de la mañana. Revisando los dibujos, compartí la idea del rojo y mi deseo de mantener una silueta potente pero sencilla. Sin cadenas ni hebillas, y “Thriller” necesitaba estar “libre de guante”. Después de mi nerviosa vacilación, me sentía abrumada con su sinceridad y generosidad de espíritu. Cuando Michael vio los diseños le encantó la imagen.
Era una de las personas más naturalmente elegantes que han pasado jamás por este planeta. Su gracia en los movimientos, su estrecho contorno vertical y su gusto por lo extraordinario, hacen de él un icono del estilo. Citando a Diana Vreeland: “Demasiado buen gusto puede ser aburrido”. ¡Y Michael nunca fue aburrido! 

Por Deborah Nadoolman Landis 

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