viernes, 9 de mayo de 2014

Artículo: Reinventar a Michael Jackson / Article: Reinventing Michael Jackson




Es una de las leyes no escritas del negocio del pop: cualquier grabación escondida de una estrella, como las ocho canciones inéditas que conforman Xscape, la nueva adición al catálogo de Michael Jackson, que se publica el próximo martes, se revaloriza después de su muerte. No procede escandalizarse: lo vemos igualmente en literatura o en arte. Si puede generar dinero, cualquier pieza recuperada terminará en el mercado.
Pero, atención, no se acepta cualquier cosa: debe encajar en las expectativas de los compradores potenciales, que olfatean el oportunismo. Los herederos de Michael Jackson lo descubrieron con la primera colección póstuma de inéditos, Michael. Salió a finales de 2010 y fue técnicamente un pinchazo —medio millón de copias despachadas en Estados Unidos— dado que Jackson había sido el máximo vendedor de 2009, a raíz de su muerte.
¿Gato por liebre? Michael se vio afectado por declaraciones de familiares asegurando que no era su voz la que sonaba en algunas piezas; su padre, el temible Joe Jackson, aseguraba que Michael nunca hubiera aprobado el lanzamiento de grabaciones inicialmente desechadas.
La edición Deluxe ofrecerá los originales como los dejó Michael.
Dado que el legado del llamado Rey del Pop era entonces un verdadero campo de minas, con los parientes divididos en facciones belicosas, conviene relativizar toda la polémica. Cierto que Michael daba una impresión de producto demasiado heterogéneo y hecho sin mucha cabeza, sospechoso además por errores en los créditos: Dave Grohl, exbaterista de Nirvana, negó que tocara en el tema (I can’t make it) Another Day.
Para evitar esas notas discordantes, la elaboración del nuevo disco se ha realizado con suma discreción y se está presentando con paranoicas precauciones (en la primera escucha, ni se daban los títulos). Tampoco existía la urgencia económica del anterior: cuando murió Jackson (25 de junio de 2009), tenía un descubierto de unos 500 millones de dólares (359 millones de euros). En los años posteriores, se ha saldado la deuda y el dinero ha entrado en torrente gracias a las ventas extraordinarias de su catálogo, el documental This is it, el espectáculo del Cirque du Soleil inspirado en él y el nuevo acuerdo con la multinacional Sony, paradójicamente la misma discográfica con la que la estrella rompió de mala manera a principios de siglo.
El equipo de producción de Xscape está encabezado por Timbaland, J-Roc, Rodney Jerkins, Antonio L. A. Reid y los noruegos Stargate, antiguos conocidos o bien creadores con los que (se supone) Jackson expresó el deseo de juntarse. Beneficiarios todos de la callada labor de los responsables de la herencia, que han centralizado el material inédito, digitalizado e indexado.
Sabemos que Jackson era un auténtico estajanovista: se conservan centenares de descartes de estudio, aparte de docenas de maquetas. En años de vacas gordas, nadie lo aprovechó más que Michael: contrataba a diferentes productores y podía trabajar simultáneamente en varios estudios de Los Ángeles. Cada álbum editado dejaba atrás puñados de canciones, en diferentes grados de acabado, que no superaron el corte. Las facturas de algunos discos eran tan astronómicas que, cuando se sumaba el presupuesto de mercadotecnia, no resultaron rentables en primera instancia.
Se conservan centenares de descartes de estudio y docenas de maquetas.
Para Xscape, se ha decidido a confeccionar un álbum contemporáneo de Michael Jackson. Es decir, se han conservado únicamente sus partes vocales y cada productor ha añadido respetuosas envolturas instrumentales. ¿Herejía? Jackson hoy tendría 54 años y, con sus facultades vocales intactas, no le costaría mucho encajar en un panorama musical dominado por discípulos como Pharrell Williams.
Xscape contiene ocho canciones; en busca de la uniformidad sonora, se han evitado curiosidades como su emparejamiento con Freddie Mercury. Una muestra de la confianza de los responsables de Xscape es que la edición Deluxe del disco ofrecerá las versiones originales, tal como las dejó Michael. Hasta que no se puedan hacer las comparaciones, resulta arriesgado valorar las prestaciones de los productores. En primeras escuchas, Xscape suena vibrante y, sí, inconfundiblemente Jackson. Una versión radiante, en plenitud de facultades.
Pero nadie quiere pillarse las manos. En la información previa, el tema “A Place With No Name” aparece como composición de Jackson, cuando se reconoce inmediatamente una variación sobre “A Horse With No Name”, del trío América. Ya ocurrió con “This Is It”, que resultó ser una colaboración con Paul Anka (aquí se incluye otra adhesiva pieza hecha a medias con el polifacético canadiense, “Love Never Felt So Good”).
También se necesitan fechas. Por ejemplo, para calibrar su momento legal cuando cantó “Do You Know Where Your Children Are”, aparentemente una respuesta a las acusaciones de abusos sexuales. Lo único seguro es que habrá nuevos lanzamientos de Michael en el futuro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario