jueves, 18 de septiembre de 2014

Jonathan Morrish: “Tuve el honor de trabajar con él” / Jonathan Morrish: "I had the honor of working with him"




“Fui increíblemente afortunado y privilegiado de trabajar con Michael, bueno, en realidad con los Jacksons cuando se unieron a CBS desde Motown en 1976 y también de haber permanecido unido a su carrera hasta su último álbum, Invincible, en 2001.

Simplemente, Michael Jackson fue el mayor cantante y bailarín de todos los tiempos y su muerte no es solo una inmensa y trágica pérdida sino que tristemente anuncia el final de una era. Michael cambió el modo de hacer música y a la industria musical. Sus vídeos elevaron las barreras hacia nuevos estándares y sus giras mundiales llevaron a la música en escena a unos niveles de excelencia artísticos y técnicos sin precedentes. Deja detrás de sí un legado que será escuchado por las generaciones venideras.

Como estrella infantil, lo que es probablemente el cargo más difícil de llevar, era un hombre cuya confianza tenías que ganar legítimamente. Comprendía la dinámica del mundo del espectáculo –la disciplina, la necesidad de perfección, el ojo para el detalle- y esperaba lo mismo, legítimamente también, de la gente que trabajaba con él.

Pero podía ser traviesamente cómico. Una vez en Alemania, justo antes de un programa de televisión, insistió en que me quedara detrás de un cámara para que si se distraía, pudiera llamarme para sustituirle. No hace falta decir que después de unos cuantos minutos me hizo señas y yo salí obedientemente a ocupar mi lugar–y era en directo en tv frente a 30 millones de personas- ¡mientras él se iba! No importaba. Creo que era su forma de divertirse y desafiar.

Tenía una mente encantadora y en nuestros viajes alrededor del mundo y las ciudades en que actuaba se aseguraba de visitar galerías y ver los sitios importantes. Sí, le gustaba ir de compras y por supuesto las tiendas se cerraban para él, dada la imposibilidad para el hombre más famoso del mundo de comprar a horas normales. Pero lo hacía para que todo el mundo a su lado se divirtiera y era increíblemente generoso.

Como también lo era como artista, dándolo todo en el escenario para sus fans que habían pagado para verle. Darles lo que querían y les gustaba y hacerlo con estilo, pasión, energía y con las mejores condiciones técnicas”.



Jonathan Morrish, jefe de prensa de Epic en Reino Unido, Muscles y Michael

“Llevé a dos ganadores de un concurso del periódico para conocerle en San Diego. Cuando estábamos a punto de irnos me preguntó: “¿Qué haces pasado mañana?” Murmuré algo sobre volver a mi hotel. “¿Por qué no vuelves a mi casa?”, preguntó Michael. Y 48 horas después estaba tomando helado con Michael, su madre y su boa constrictor, Muscles, en la cocina de su casa de Encino".

Jonathan organizó muchos eventos para Michael en UK: el museo de cera Madame Thussaud, la cena en Guildhall… Organizó eventos cada vez que Michael estuvo en UK.

En 2009 comentó esto:

“Cuando conocí las noticias de que Michael había fallecido, simplemente sentí una total incredulidad. Para mí era una figura más grande que la vida y las noticias no parecían ser reales. Era como si él perteneciera a todo el mundo y por eso nunca podría ser arrebatado de aquí. Mis pensamientos están con su familia. Michael, gracias por la música. Y gracias por los recuerdos".

 Jonathan Morrish.


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Más adelante les voy a traer una ampliación del tema con recuerdos de Jonathan Morrish muy interesantes, así que atentos ;)



Entrevista de John Pidgeon a Michael Jackson (1980) / Interview by John Pidgeon Michael Jackson (1980)



 

Era enero de 1980, yo estaba en California haciendo entrevistas para una serie de documentales que me habían encargado en Capital Radio. (...)

Ya estaba atardeciendo cuando atravesé las puertas del 4641 de la Avenida Hayvenhurst. Un alsaciano atado me enseñó sus dientes y me pringó de saliva la ventana del coche y de huellas la puerta. Pero los perros ladradores no me molestan, sabía que cuando gruñían era peor. Este ladraba mucho y saltaba frente a mi, pero lo aguanté hasta que apareció una señora a la que reconocí como Shirley Brooks (...). Shirley era publicista de Epic Records, y ya nos conocíamos. Cuando estreché su mano me dijo que parecía cansado.

“Ha sido un día largo. Pero no me quería perder esto por nada del mundo” (...). Ella me dijo “Una cosa, ¿no te importa que su hermana esté sentada con vosotros en la entrevista, verdad?”. “Por supuesto que no, Shirley. ¿Cómo se llama?”

“Janet.”

“Janet” repetí.

“Ah, y otra cosa…”

Shirley hizo una pausa, para asegurar que tenía mi atención. Anticipando que no estaba preparado para asimilar la bomba que estaba a punto de lanzar.

“Si pudieras dirigir las preguntas a Janet, ella se las hará a Michael.”

Mi boca se abrió para preguntar sobre esta petición tan extraordinaria, pero me iba llevando del brazo hacia una doble puerta que llegaba a unos escalones cubiertos con alfombras para ponerme en presencia de aquel-al-que-no-se-debe-hablar-directamente, mientras yo seguía confuso por no saber si poner cara de encantado-de-conocerte o si tendría permitido decir hola cara a cara o canalizar mis saludos también a través de su hermana.

Michael Jackson se pudo de pie. Le di la mano. Manejaba sus finos dedos con delicadeza, con miedo por si le hacía daño. Era delgado como un palo, con la piel fina y el pelo como si nunca hubiera visto una cuchilla afeitando sus mejillas y barbilla de forma apurada. Todavía conservaba su nariz, su piel marrón y su pelo afro, como confirmaba su portada de Off The Wall. Su voz era monocorde cuando me saludó. Cuando le dije hola a Janet, ella sonrió como si todo fuese un juego. Michael volvió a sentarse y yo me senté en un puf entre ambos, separados por el cristal de una mesa baja. Shirley Brooks se había ido al fondo de la habitación pero podía oirnos. Descargué mi grabadora del hombro y la puse en el suelo, encufé el micro y trasteé con los controles. Luego me eché sobre la mesa, moviendo el micro sin saber a quién apuntar con él.

Luego me enteré de que no fui el único entrevistador que había sufrido el extraño ritual de usar a Janet Jackson como conductora de las preguntas. Mientras ocurría, yo estaba muy preocupado por si transgredía esa norma y me quedaba sin entrevista. ¿Sería que no podía hablar con él porque yo era blanco? No parecía la razón. Nada indicaba que Michael hubiera dicho o sugerido que fuese racista. De hecho criticó públicamente a su padre por hacer un comentario provocador sobre el color de sus managers blancos, diciendo “Espero con ansias que un día todos los colores puedan vivir como una sola familia” una declaración tan antiracista como el video que hizo para ‘Beat It’.

¿Quería ir aclimatando a su hermana para cuando llegara al estrellato en la música a las irritante pero necesaria atención de los periodistas? Puede ser, pero lo veo poco probable. Finalmente concluí que Michael sólo quería levantar una barrera de protección entre él y el resto del mundo, simbolizada por sus habituales gafas oscuras y mas tarde, y bastante más extrañamente llevando mascarilla en público.

Siendo el dueño de Neverland, podía justificar su reclusión diciendo que tener un zoo y un parque de atracciones le permitía no tener que salir de casa. Su estilo de vida hermético se parecía al de Elvis Presley, que tenía su própio cine y sala de TV en la que había varias pantallas conectadas al circuito cerrado de cámaras montadas en las puertas de Graceland, así podía ver a gente real paseando arriba y abajo del bulevar que lleva su nombre. (...) Cuado conocí a Michael, aunque nuestra comunicación verbal fuese indirecta, estabamos cara a cara, respirando el mismo aire, codo con codo. Interlocutores aparte, no era más raro que Norman Whitfield (al que acababa de entrevistar). Es fácil concluir que lo que le cambió fue la fama. Vale que ya llevaba 10 años siendo famoso, pero lo que le esperaba en los ochenta era algo de una magnitud totalmente distinta. (...)

En todo 1982, sólo concedió una entrevista, a Rolling Stone, y tras eso nada, once años de silencio total, hastsa su vanagloriosa, autodefensiva confesión con Martin Bashir en 2003. Pero en enero de 1980, con su Off The Wall en lo alto de las listas y su sublime ‘Rock With You’, como Nº 1, accedió a ser entrevistado por mi.

“Bien... entonces, hmmm, yo quería... quiero decir...” comencé mirando a ambos Jackson sin saber exactamenter en quién fijarme, “Si podemos mirar atrás hacia... hmmm... hacia... sabes, cuando comenzaste... hmmm, cuando empezaron los Jackson Five.... hmmm, quería preguntarle a Michael cómo… ellos… encajaban en el engranaje de Motown?”

Una pausa.

“Michael, ¿cómo encajaste en el engranaje de Motown?”

Gracias, Janet. Si, eso es lo que intentaba decir.

Pausa más larga.

“Hmmm....” la duda de Michael era prolongada y curiosamente musical. Si la hubiera podido aislar como una pista vocal, su nuevo productor Quincy Jones, estoy seguro de que podría hacer una canción con ella.

“Estabamos haciendo un show en el Regal Theatre de Chicago y era como un show de talentos y ganamos, y Gladys Knight esaba allí y también un tipo llamado Bobby Taylor, y ellos hablaron de nosotros en Motown, y Motown quiso hacernos una audición…”

La versión oficial decía que los había descubierto Diana Ross así que me dejó chafado oir que le daba el crédito a Gladys Knight, sobre todo porque era una cantante infinitamente inferior a la Ross.

“… Entonces fuimos a la mansión de Berry Gordy en Detroit – con piscina interior – y todas las estrellas de Motown estaban allí, las Supremes, los Temptations, las Marvelettes, los Miracles, e hicimos nuestra audición y les encantó, y Diana Ross vino hacia nosotros tras el concierto que dimos para ellos y nos besó a todos y dijo que eramos maravillosos y que quería formar una parte especial en nuestra carrera y así es como comenzó todo…”.

La mansión de Berry Gordy dejó una gran impresión en Michael y sus hermanos, sobre todo la piscina cubierta. Era la casa más grande a la que habían invitado a los Jacksons (...)

“… Entonces hicimos nuestro primer single, ‘I Want You Back’, y fue disco de oro, igual que ‘ABC’, ‘The Love You Save’, ‘Never Can Say…’, y así otro y otro....”

Sonríe como Campanilla.

“Así comenzamos.”

Y así continuó la entrevista. Yo le hago una pregunta a Janet, ella se la rebota a Michael, y él responde al micro. Casi me acostumbré al proceso.

“Se supone que Motown era una gran familia feliz. ¿Era así cuando los Jacksons pasaron por allí?”

“¿Era Motown como una gran familia entonces, Michael?”

“Si, eso es cierto, así era. Todo el mundo trabajaba unido. Estabas grabando una sesión y Berry Gordy puede entrar y cambiar las cosas y nadie se enfada. Es igual que cuando Walt Disney iba de un estudio a otro como una abeja, sabes, hacia el polen, de un sitio a otro, estimulando a la gente, marcandoles el camino correcto. Berry era maravilloso cogiendo una canción y llevándola en la dirección correcta, dandole los ingredientes correctos para hacer un éxito. Sabía justo lo que hacía falta y no todo el mundo podía hacerlo. Realmente tiene algo.”

(...) Cuando los Jacksons se mudaron a CBS en 1976, su nuevo disco lo hicieron Gamble y Huff.

“Hicimos temas bastante buenos con ellos – ‘Show You The Way To Go’, que fue un gran éxito, y también, hmmm…”

Janet interrumple a Michael, “‘Enjoy Yourself’.”

“‘Enjoy Yourself’ – gracias” rie, y rie también su hermana, pero se excusa a sí mismo añadiendo, “muchas buenas canciones. Y, hmmm, como llevamos tantos años en el estudio, algo nos decía que debíamos hacer nuestros propios temas, así que nos metimos y compusimos los temas del album Destiny, y llegó a doble platino”. El recuerdo de este logro hace que vuelvan de nuevo las sonrisitas.

(...) “Aparte de su éxito comercial, ya que los Jacksons escribieron y produjeron el álbum por sí mismos, ¿quedaron contentos creativamente con ese disco?”

Janet tradujo mi pregunta como, “¿Crees que los hermanos lo podían haber hecho mejor?"

“Eso creo yo. Estoy seguro que mis hermanos también, porque yo nunca estoy satisfecho con nada porque creo profundamente en la perfección. Sigo sin estar satisfecho con muchas cosas, y me gusta eso, proque si estás satisfecho con todo, siempre te vas a quedar en un nivel y el mundo seguirá por delante de ti.” Eso también le hizo reir. “Eso tampoco es bueno.”

Hablando de Off The Wall

“Llamé a Quincy un día, le dije, ‘Quincy, estoy preparado para hacer un disco en solitario, he escrito las canciones que quiero hacer, pero quiero un productor realmente bueno para que trabaje conmigo’. Le dije, ‘Yo también voy a producirlo, pero quiero a alguien que trabaje conmigo.’ Le dije, ‘¿Me recomiendas a alguien?’ Y realmente no lo decía con segundas intenciones” – Michael se ríe de pensarlo – “Ni siquiera pensaba en él, y me dijo ‘Smelly’ – me llamaba Smelly (por la aversión de Michael a la palabra ‘funky’) – me dijo, ‘Smelly, ¿porqué no me dejas hacerlo a mi?’ Le dije, ‘Esa es una gran idea’”

Michael se sabía esta historia a conciencia. Un mes antes, en una conversación con Stephen Demorest, otro entrevistador al que pidió que hiciera sus preguntas a través de Janet, dijo lo mismo, palabra por palabra: "Quincy me llama Smelly y me dijo, ‘Smelly, ¿porqué no me dejas hacerlo a mi?’ Le dije, ‘Esa es una gran idea’”

Michael podría tener problemas con otras cosas, pero no con su voz, un instrumento de una extraña belleza y expresividad. La pureza de sus notas, el timbre, erea, supongo, un capricho de la naturaleza (...) ¿De donde venían las experiencias que cantaba con su preciosa voz? Mi pregunta no fue exactamente así, pero Michael la comprendió.

“No hay una explicación real. No tiene nada que ver con experiencias personales. Cuando canto - lo diré tan sencillo como pueda - es realmente Dios. No es una experiencia personal ni nada así, es sólo sentimiento y Dios, diría que principalmente Dios.”

Michael tenía 21 cuando hablé con él, y llevaba siendo una estrella la mitad de su vida. Diez años es una carrera larga para muchos músicos. ¿Cómo se veía en los siguientes diez?

“Pienso, en secreto y en privado, realmente en lo más profundo, que hay un destino para mi. Tengo fuertes sentimientos por hacer cine, algo me dirige hacia ese camino de las películas, musicales y drama, de todo el conjunto, también coreografiar películas, incluso escribir guiones y hacer la banda sonora.”

Le pregunté qué pensaba de que su música fuese categorizada como disco.

“Odio las etiquetas, porque sólo debe ser llamada música. Llámala disco, llámala cualquier cosa, para mi es música, es bonito para el oido, y eso es lo que cuenta. Es como cuando oyes a un pajaro cantar, no dices, ‘Es una urraca azul, este es un cuervo.’ Es un sonido precioso, eso es lo que cuenta y eso es algo feo por parte de los hombres. Categorizan demasiado, se ponen un poco demasiado raciales sobre las cosas, cuando deberían ir todos juntos. Por eso nos escucharás mucho hablando sobre los pavos reales, porque el pavo real es el único ave de toda la familia de aves que integra todos los colores en uno, y ese es nuestro objetivo principal en la música, integrar a todas las razas en una a través de la música, y es lo que hacemos. Cuando vas a nuestros conciertos, ves a gente de todas las razas, y todos se cogen de las manos y sonríen. Ves a los niños bailando y también a los mayores y a los abuelos, eso es lo genial. Eso es lo que me hace seguir adelante.”

Como la segunda cinta estaba a punto de terminar, le dije a Janet que me parecía un buen momento para acabar la entrevista.


Audio de la entrevista en versión animada






AUDIO: Michael Jackson (1980)

John Pidgeon, audio de Rock's Backpages , enero 1980.

John Pidgeon, a través de Janet de 13 años de edad, escucha al Rey del pop sobre cómo se vinculó a Motown, aprendió acerca del estudio, como él ve su futuro y su defensa de la música disco.

De John y Yoko a Tupac, PBS Digital Studios, Blank on Blank series ha tomado de periodistas de la música, cintas de audio no escuchadas y las ha fusionado con animación inteligente.